Nota crítica del libro:

Cortina, A y Serra, M.A. (coords.) (2015). ¿Humanos o posthumanos? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano. Barcelona: Fragmenta Editorial

por Sandra Ruiz, UCV «San Vicente Mártir»

Internet es el punto de encuentro de miles de personas que aportan y acceden a un volumen importante de contenidos muy diferentes. Desde hace más de cinco años, el diario La Vanguardia acoge en la sección Temas de debate  225 temas con las respuestas de dos expertos en la materia. Entre ellos se encuentran las dos exposiciones que ofrecieron, el 29 de septiembre de 2013, Albert Cortina, abogado, urbanista y colaborador en dicho diario y Miquel Ángel Serra, doctor en Biología y docente como réplica al interrogante planteado en esta ocasión: ¿Humanos o posthumanos? El debate que se dio a continuación y que se mantuvo durante un año generó un importante número de intervenciones, unas más extensas, otras más breves, algunas en forma de microrrelatos, basadas en experiencias en primera persona… todas interesantes y únicas. Así, tanto por la cantidad como por la calidad de estas publicaciones, los autores decidieron publicar el conjunto de las mismas como libro. Fragmenta Editorial se encargó de ello y el resultado ha sido el de una obra particular.

En el texto de Albert Cortina, Análisis: singularidad tecnológica y La clave: mejoramiento humano, el autor hace referencia a los cambios que el propio ser humano puede y ya está haciendo en muchos casos, tanto a nivel corporal  como en la Naturaleza. El foco de atención se dirige además hacia la postura que manifiestan Ray Kurzweil, ingeniero de Google quien se posiciona a favor del transhumanismo y Nick Bostrom, filósofo, que define esta tendencia como un movimiento que, desde la cultura, el plano intelectual y el científico defiende la aplicación de las nuevas tecnologías  para eliminar aquellos rasgos del ser humano que se consideran incómodos o problemáticos como son la enfermedad, el envejecimiento y, porque no, hasta la mortalidad. Con esta definición se establece el límite y la separación de otro movimiento, denominado posthumanismo, que supondría ir más lejos que el transhumanismo, ya que busca alcanzar una perfección tal que daría lugar a seres completamente diferentes de los humanos actuales. Pero no solo se trata de intervenir en el cuerpo humano sino también en el entorno que habitamos. La propuesta en este caso se materializaría en el proyecto smart city. Este proyecto se da a través de la llamada inteligencia ambiental cuya meta sería una mejor y, obviamente, más inteligente gestión urbana. Son múltiples las puertas que se pueden abrir con estas llaves, pero no sabemos con seguridad qué podemos encontrar después. Es por ello que Cortina plantea dos cuestiones que se pueden resumir de la siguiente manera: ¿se lograría un equilibrio en el nuevo sistema o por el contrario desembocaría irremediablemente en una forma de totalitarismo cibernético?

Por su parte, Miquel Àngel Serra también reflexiona sobre las posibles consecuencias que se derivarían si el transhumanismo se materializara definitivamente en nuestras vidas. Esencialmente se trata de pensar si vale la pena poner en juego nuestra propia existencia por alcanzar un mundo que aparentemente nos daría  la felicidad que promete, de ver si todos los implicados se verían beneficiados o por el contrario sería una minoría la que se salvaría de vivir en una sociedad totalitaria.

Estructura de Cortina, A y Serra, M.A. (coords.) (2015). ¿Humanos o posthumanos? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano. 

En lugar de enfrentar de verdad los grandes problemas de hambre, explotación del ser humano y del medio, etc. hablemos de posthumanos.
En lugar de enfrentar de verdad los grandes problemas de hambre, explotación del ser humano y del medio, corrupción, etc. hablemos de posthumanos (Infografía)

El libro se ha estructurado de la siguiente manera: la presentación de la obra por parte de Màrius Carol, periodista y director de La Vanguardia seguida de la primera parte, titulada ¿Humanos o posthumanos?, donde aparecen los dos artículos antes citados. Le sigue una segunda sección, Debate 3.0. Comunidad de 213 participantes en la que se encuentran recogidas las 223 observaciones que durante un año aportaron quienes intervinieron a través de la plataforma digital[1] creada desde el mismo diario para dar lugar al debate y al intercambio de opiniones. Los perfiles de quienes colaboraron con sus propuestas son profesionales de la Arquitectura, la Biología, la Filosofía,  la Física, la Geología, el Derecho, la Enfermería o el Arte, ingenieros, investigadores, profesores…, que además han hablado en muchos casos desde su posición también como budistas, católicos, judíos, musulmanes, sufís, Bahá´ís o no creyentes.

Cuestiones más reiteradas

A pesar de que las intervenciones se hicieron desde diferentes posiciones y no hubo un principio que las regulara, es posible ver que hay una serie de cuestiones que aparecen casi de forma continua. En esencia son estas:

1.- Es prioritario ser conscientes del equilibrio de poderes, ya que la brecha entre quienes no tienen nada y aquellos que poseen mucho se haría más grande. El abuso de poder y las desigualdades sociales se verían incrementados si no hubiera un control adecuado. Esto llevaría a la siguiente cuestión, porque:

2.- ¿Quién se encargaría y de qué manera decidiría hasta dónde se puede intervenir? ¿En qué premisas se basaría? ¿Quién juzgaría y desde qué posición?

3.- A pesar de que ninguno de los autores que ha intervenido ha empleado un lenguaje catastrofista, y en todo momento se considera innegable el papel positivo de las nuevas tecnologías, ¿sabemos bien hacia dónde queremos ir? Si hay riesgos que son aceptables y otros desproporcionados, ¿por qué correr también los segundos?

4.- La tecnología ha de estar al servicio del ser humano y no al revés.

5.-  Es urgente el papel de la ética en todas estas cuestiones así como un diálogo permanente y abierto entre la filosofía, la economía, la biología y el derecho con el conjunto de la sociedad. De una manera u otra, todos estamos implicados y todos podemos vernos afectados.

6.- Hemos perdido la capacidad de conexión con la Naturaleza. Los recursos son cada vez más escasos y la celeridad con que se consumen abocará a situaciones difíciles para toda la humanidad.

7.- El ser humano ha de ser consciente de su profundidad y de su vida. Somos cuerpo y también alma, espíritu, poseemos una destacada capacidad que es la creatividad. Las emociones son primordiales y se han ido viendo desplazadas por la fascinación de la inteligencia artificial.

8.- Aunque una prótesis, un marcapasos o un port-a.cath hagan más fácil la vida en determinados momentos, es necesario un equipo de personas para que esto sea posible. Técnica y persona han de estar a la par.

9.- Hay dos elementos esenciales que son precisamente los que más riesgo corren de ser eliminados: la dignidad humana y la libertad.

Tras estas páginas Albert Cortina y Miquel-Àngel Serra retoman la palabra dando paso a la  tercera parte del libro. Con el título ¿Presente o futuro? ambos reflexionan sobre la riqueza de los comentarios aportados en ese año e invitan a todos los que se sientan llamados a continuar con el debate, llevándolo a todos los ámbitos posibles. Desde centros de investigación, colegios profesionales, centros educativos, pasando por colectivos religiosos, medios de comunicación hasta empresas, Gobiernos y Administraciones Públicas, en línea o presenciales, todo espacio puede ser punto de encuentro para seguir deliberando.

La última parte del capítulo y del libro es un elaborado trabajo en el que aparecen ordenadas alfabéticamente 51 palabras clave acompañadas de 250 preguntas que sirven de estímulo para profundizar e investigar sobre cuestiones relacionadas con la temática del libro. No podemos olvidar las 24 magníficas fotografías de David Molina que acompañan al texto así como una amplia bibliografía. El último detalle que queremos mencionar es el de la aparición por orden alfabético, del nombre y apellidos de las personas que han intervenido, acompañado del número de intervención y la página en la que se encuentra el comentario, lo que facilita localizar más rápidamente la lectura sobre las que se quiera volver de nuevo.

Conclusiones de ¿Humanos o posthumanos?

La originalidad de este libro radica, por una parte, en haber trasladado desde la web al papel los conocimientos que han aparecido sobre la cuestión abordada. Sin embargo, aunque se ha gestionado de manera acertada el contenido, debido al elevado número de comentarios de los participantes, la lectura se torna en ocasiones algo repetitiva debido a que la idea que sugiere quien escribe ya ha sido presentada en otra parte.

Esta obra ofrece la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos a través de las múltiples perspectivas y la valiosa labor de los autores al reunir palabras clave que ayudan a comprender mejor el mundo en el que vivimos. Quizá por ello, antes que lograr seres perfectos pero no humanos urge asistir a quienes sufren hambre, sed, injusticias y daño.

 Estas páginas sirven como  coordenadas en las que situar el diálogo para pensar en todo lo que está aconteciendo, porque es nuestro presente, pero también el de las generaciones futuras el que se pone en juego cuando creemos que podemos tomar las riendas de la Naturaleza. Por último aunque no por ello menos importante, con la adquisición del libro colaboramos con la labor social que lleva a cabo SOM para conseguir que las personas con discapacidad intelectual sean acogidas como les corresponde en la sociedad de la que todos formamos parte.

Entrevista radiofónica (RNE 5) a Albert Cortina y Miguel Ángel Serra sobre este el libro ¿Humanos o posthumanos?

[1] https://www.lavanguardia.com/opinion/temas-de-debate/20130929/54388125935/humanos-o-posthumanos.html

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Sandra Ruiz es doctora en Filosofía por la Universidad de Valencia y miembro del Equipo de Investigación sobre Emoción, Empatía y Conducta de la UCV "San Vicente Mártir".

Un comentario

  1. «Muy interesante reflexión a modo de reseña a este importante libro. El actual debate en ética entre Bioconservadores (donde me incluyo) y Transhumanistas, hace importante la defensa de la persona, del ser humano que no tiene un precio y sí una dignidad. Desde luego las nuevas tecnologías deben estar al servicio del hombre. Quizás debamos ahondar desde la ética en una «Neuroética social» que reflexione sobre el peso de estas nuevas tecnologías en la sociedad humana y de hombres….»

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