La inteligencia religiosa

El sentido de la educación

 

Ficha técnica

 

Comentario de La inteligencia religiosa

¿Cuál es la mejor educación?

Una de las principales inquietudes de un profesor, en este caso universitario, sin duda es —o entiendo que así debería ser— ofrecer la mejor educación de la que sea capaz. Otra cosa es qué se entienda por ‘mejor educación’, asunto en el que caben enfoques tan diversos como corrientes de pensamiento o ideológicas coexistan en una sociedad, tan dispares como lecturas antropológicas de un ser humano haya (o no, ausencia que no deja de implicar también una interpretación del hombre). Este asunto, lejos de ser baladí o prescindible, es un asunto crucial en el ejercicio de la docencia, pues en función del concepto de persona que uno tenga, así vivirá su vida, lo cual inevitablemente revertirá en su ejercicio profesional.

¿Y la responsabilidad del profesor?

Podemos plantearnos si la educación es un asunto de transmisión de conocimientos, o de formación para una profesión determinada; evidentemente, estos aspectos han de estar presentes y han de ser muy bien cuidados, pero ¿ya está?, ¿se acaba ahí la responsabilidad del profesor? En el esfuerzo por ofrecer una respuesta a esta cuestión se puede encontrar el leitmotiv de este ensayo; un ensayo que, si bien no es acertado calificar como una autobiografía, porque no lo es, sí que puede ser calificado de carácter autobiográfico, en el sentido de que se identifica desde el principio hasta el final con la experiencia de búsqueda personal por parte del autor de la realización de su cometido como docente universitario del modo más digno, profesional y humano, coherentemente con su ideal y modelo de persona. 

En la unión de todos estos elementos que acabo de comentar cabe situar el meollo del asunto, porque no sólo se plantea cómo realizar un ejercicio docente de calidad, sino qué puede añadir a dicho ejercicio el hecho de que sea además realizado en el ámbito de una universidad católica, en la cual ejerce su profesión y con la cual se siente plenamente identificado por su fe.

¿En qué consiste la docencia universitaria?

En unos tiempos en los que la religión en general, y la católica en particular, es vista con tanto escepticismo o displicencia, cuando no beligerancia. ¿Qué puede ofrecer de diferente hoy en día una universidad católica a un alumno que se matricule en cualquiera de sus títulos? ¿Sólo cabe el adoctrinamiento o la catequización ―como fácilmente se le critica―, o puede muy bien darse la posibilidad de abrir al alumno a un uso más amplio de su razón, dotándole de herramientas ricas y de calado para un ejercicio maduro y sereno de discernimiento ante su propia vida, uno de cuyos ingredientes será sin duda el conocimiento académico que adquiera concomitantemente?

Estas preguntas nos llevan inevitablemente a otros interrogantes: ¿De qué estamos hablando en la docencia universitaria? Como muy bien dice el autor, lo que está tratando no tiene que ver tanto con competencias educativas, etc., lo cual va de suyo con el ejercicio docente, sino ‘con el sentido mismo de la educación’.

El análisis que realiza Guillermo Gómez-Ferrer es riguroso, y contempla las variables a mi juicio más relevantes. Lejos de polarizaciones ideologizadas, cabe destacar un sano juicio crítico, tanto con la sociedad actual como con las mismas instituciones religiosas, mostrando sus bondades y limitaciones. Ni optimista ni pesimista: un análisis equilibrado, tras el cual se adivinan muchas horas de reflexión, de estudio y, cómo no, de ejercicio docente.

Estructura del libro La inteligencia religiosa

Una sociedad con una razón reducida

El ensayo está dividido en tres partes. La primera de ellas está dedicada al análisis de nuestra sociedad, sociedad en la que no es frecuente encontrar planteamientos profundos y radicales que den respuesta a los grandes problemas del ser humano, absorbida como está en los ‘éxitos’ de una tecnología prometeica, quizá porque no tiene capacidad para plantearlos, amparada como está en un emotivismo superficial en el que los sentimientos no alcanzan lo profundo del hombre.

El resultado de todo ello no es sino una razón reducida, incapaz de cuestionarse el sentido de nuestras existencias, propiciando consecuentemente identidades quebradas. Es preciso, pues, ampliar esa razón reducida para cementar dichas identidades, para lo cual el autor propone diversas categorías, entre las cuales no quisiera dejar de destacar una a mi modo de ver fundamental: el encuentro; porque si no hay encuentro, cualquier relación docente-alumno (y cualquiera, en general) siempre será superficial.

Estudiar en una universidad católica

La segunda parte tiene como objetivo un análisis de lo que es el ejercicio práctico de la docencia universitaria católica, desde distintos puntos de vista: desde los motivos por los cuales cualquier joven ―sea católico o no― se matricula en ella, hasta el significado de su identidad católica como tal. Destacaría la reflexión del autor en este sentido, rompiendo clichés y ofreciendo una reflexión madura de lo que es la fe, y cómo, contando con su experiencia, revierte antropológicamente todo ello en su vida personal y docente. Y ahí entra lo que es el gran reto del docente católico: en cómo transmitir unos valores mediante el ejercicio docente de unos contenidos que se han de respetar y cuidar. Un problema que no es baladí dada la tecnificación actual de la enseñanza universitaria en nuestro país.

La inteligencia religiosa

Llegamos así a la tercera parte, en la que se trata lo que para el autor es la inteligencia religiosa como instancia o facultad que nos habilita a un ejercicio de la razón desde la fe. Gómez-Ferrer emplea una analogía sugerente, comparándola con la sensibilidad estética: del mismo modo que mediante el cultivo de ésta nos habilitamos para poder apreciar lo bello más allá de gustos epidérmicos y egocéntricos (más allá del mero agrado, que diría Kant), mediante el cultivo de aquélla podemos apreciar la dimensión trascendente de las cosas, más allá de su uso o finalidad con que instrumentalmente nos relacionamos con ellas en nuestras vidas cotidianas. Ambas sensibilidades son patrimonio antropológico de la especie humana. Y ambas han de ser educadas y cultivadas, so pena de no poder aprehender las grandezas que cada una de ellas, no inconexamente, descubren a una mirada maravillada.

De lo que hablamos es, en definitiva ―dice el autor, al final de su introducción― de una razón ampliada que va más allá de la reflexión conceptual y que utiliza otros mecanismos adecuados para que la aproximación a la realidad sea más verdadera.

En conclusión

El autor nos habla de su propia experiencia de cómo el diálogo entre razón y fe permite un ensanchamiento de la razón, no en el sentido de ser más capaz y abarcar más información, sino de poder aprehender dimensiones de la realidad que, subsumidos en los avatares de la vida cotidiana, es fácil que nos pasen desapercibidos. Nada más lejos, pues, del adoctrinamiento o de la catequesis. Gómez-Ferrer ofrece una reflexión sobre la riqueza que supone adquirir esta sensibilidad de carácter espiritual para poder dirigir una vida, la de cada cual, apoyado en categorías tales como un saber amplio, mirada crítica, inviolable libertad, vocación vital, responsabilidad y, la que quizá sea más importante, la recuperación de la bondad de vivir con toda la potencialidad de que es capaz una persona.

Y hasta aquí puedo decir. Sólo me resta invitar a cualquier docente preocupado por su docencia, ejerza su profesión en una universidad católica o no, que dialogue con el autor pensando y saboreando estas páginas, relato de una experiencia viva según la cual lo católico no supone un añadido a otro tipo de docencia, sino

una transformación radical de lo que se puede aprender con un contenido académico.

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About the author

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Doctor en Filosofía (Universidad de Valencia, tesis sobre la influencia de la afectividad en el comportamiento humano a la luz del pensamiento ético y estético de Xavier Zubiri) y Máster en Ética y Democracia (Departamento de Filosofía Moral y Política de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la UV).

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