3.- El fondo del alma. Fenomenología de la experiencia mística
§ 85.- Itinerario de la unión. “Las moradas” y el matrimonio espiritual
Una vez descrita la experiencia mística, queda pendiente describir sus aspectos temporales. Cuánto se tarda en la preparación para la experiencia, cuánto deben prolongarse las técnicas del éxtasis, y, una vez alcanzado, cuánto tiempo dura.
Hay un buen número de relatos de experiencias místicas que lo exponen amplia y claramente, y uno de los que lo hace de modo más amplio y claro es el de Teresa de Ávila en El Castillo interior o Las Moradas[1].
La experiencia mística, aunque puede producirse instantáneamente y sin preparación, en cualquier lugar y en cualquier momento, por inoportunos que puedan parecer, se alcanza generalmente a través de un proceso gradual de reflexión y de niveles de profundidad interior. Estos grados y niveles son descritos generalmente por los místicos con lenguaje poético o con un lenguaje ordinario metafórico, y tienen su correspondencia en el lenguaje epistémico de los modelos ontológicos. En concreto, la correspondencia entre el léxico de Teresa de Ávila y el de la ontología aristotélica se puede reflejar en la siguiente tabla.
Factor operativo // actividad |
Léxico de Teresa de Ávila |
Léxico ontológico |
El yo y la atención referidos al mundo |
1.- Morada/castillo 1: pecado= diseminación |
Actos segundos referidos a la realidad empírica |
Control voluntario del intelecto, atención contenida |
2.- ponerse en camino, determinación |
Actos segundos referidos al acto primero |
Atención referida al sí mismo que aparece indeterminado |
3.-sequedades |
Actos segundos referidos a la sustancialidad del acto primero |
El yo y el sí mismo sintonizan y entrevén el ser divino |
4.-gustos, oración de recogimiento |
Actos segundos y acto primero referidos al fundamento |
Cese de los actos del yo y vida en el sí mismo y en Dios |
5.- oración de unión |
Vida del acto primero en sí y en relación con el fundamento |
El sí mismo amoroso se comunica con el ser divino |
6.- oración de arrobamiento y comunicación con Dios |
El acto primero en dialogo frecuente con el fundamento |
El sí mismo amoroso se une establemente al ser divino |
7.- séptima morada, matrimonio espiritual |
El acto primero en unión permanente con el fundamento |
Teresa describe el proceso místico, el proceso de unión amorosa, mediante la comparación con las etapas que en la cultura de su época culminan en la unión matrimonial. Ese proceso de preparación y realización de la unión matrimonial, tiene igualmente correspondencia en las culturas urbanas de los siglos XX y XXI, y se denomina “noviazgo” y “ligar” respectivamente.
El momento primero es el de la vida dispersa y sin un proyecto biográfico.
El momento segundo correspondería a la determinación de poner en prácticas algunas técnicas de meditación, de salir de ronda o de ir a “ligar”.
El tercer momento, de sequedades, correspondería al esfuerzo que no ha alcanzado aún la sustancialidad del sí mismo, al trovador que no encuentra dama, al desconcierto de la primera noche de discoteca sin encontrar pareja.
El cuarto momento, de gustos, oración de recogimiento, correspondería al primer encuentro con la pareja, en el lugar secreto de la intimidad, en la noche de ronda o en la discoteca.
El quinto momento, de oración de unión, correspondería al primer beso, a la primera forma de unión amorosa entre dos intimidades, lo cual ocurre siempre precisamente en el lugar secreto de esas dos intimidades, no importa el contexto histórico-cultural de las personas, es decir, no importa si se produce en un convento, en una noche de ronda o en una discoteca.
El sexto momento, de oración de arrobamiento y comunicación con Dios, corresponde a la institución antigua del desposorio, al irse a vivir juntos en la cultura actual, a la unión íntima, física y espiritual, de hecho, de la pareja.
El séptimo momento, que Teresa describe en la “séptima morada” como matrimonio espiritual, se corresponde a una unión que se ha hecho permanente mediante el hábito, y que queda establecida en el nivel de acto primero.
Las denominaciones y las prerrogativas jurídicas asignadas a las diferentes etapas de la unión amorosa, tanto en el derecho religioso como en el derecho civil, como matrimonio sacramental, matrimonio civil, votos solemnes, votos perpetuos, etc., resultan completamente extrínsecas, y no tienen eco en las experiencias de los amantes ni en los relatos de ellas,
Las experiencias y los relatos pertenecen al orden de la fenomenología. Los amantes suelen utilizar marcas físicas, externas, para señalar los momentos y grados de su unión, como ceremonias, dote, anillos, etc., para conferirle una certeza social al hacer partícipe de ella a la comunidad. Estas marcas externas son más o menos solemnes y visibles, y tienen más o menos relevancia social, según el grado de institucionalización de las uniones y consagraciones en cada sociedad religiosa y civil. Como es obvio, el rito civil o religioso externo puede darse, aunque no haya auténtica unión intersubjetiva, y la auténtica unión intersubjetiva puede darse aunque no haya ningún rito externo civil o religioso.
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NOTAS
[1] Teresa de Jesús, El Castillo interior o Las Moradas, en Obras completas, Madrid: BAC, 1979.
About the author
Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).