[themecolor]La filosofía de Marco Aurelio: un saber para vivir[/themecolor]
Marco Aurelio, durante los últimos diez años de su vida, recogió una serie de pensamientos o apuntes personales con máximas estoicas. Esta serie de aforismos escritos en griego -lengua culta de la época- no pretendía ser un tratado sistemático. Se trata más bien de una colección personal de principios prácticos para la vida a modo de recordatorio, pues de este modo era concebida la filosofía: un saber para vivir, una sabiduría orientada a ser mejor persona.
Las Meditaciones constan de doce libros. Entre otros temas destacan:
- el agradecimiento y el recuerdo a los que le han ayudado a ser quien era:
De mi preceptor: el no haber sido de la facción de los Verdes ni de los Azules, ni partidario de los parinularios ni de los escutarios; el soportar las fatigas y tener pocas necesidades; el trabajo con esfuerzo personal y la abstención de excesivas tareas, y la desfavorable acogida a la calumnia (Libro I, 5)
- la muerte y el paso del tiempo:
«Eres una pequeña alma que sustenta un cadáver», como decía Epicteto (Libro IV, 41)
- la importancia de seguir a la razón:
Si en el transcurso de la vida humana encuentras un bien superior a la justicia, a la verdad, a la moderación, a la valentía y, en suma, a tu inteligencia que se basta a sí misma, en aquellas cosas en las que te facilita actuar de acuerdo con la recta razón, y de acuerdo con el destino en las cosas repartidas sin elección previa; si percibes, digo, un bien de más valía que ese, vuélvete hacia él con toda el alma y disfruta del bien supremo que descubras. Pero si nada mejor aparece que la propia divinidad que en ti habita, que ha sometido a su dominio los instintos particulares, que vigila las ideas y que, como decía Sócrates, se ha desprendido de las pasiones sensuales, que se ha sometido a la autoridad de los dioses y que preferentemente se preocupa de los hombres; si encuentras todo lo demás más pequeño y vil, no cedas terreno a ninguna otra cosa, porque una vez arrastrado e inclinado hacia ella, ya no serás capaz de estimar preferentemente y de continuo aquel bien que te es propio y te pertenece. Porque no es lícito oponer al bien de la razón y de la convivencia otro bien de distinto género, como, por ejemplo, el elogio de la muchedumbre, cargos públicos, riqueza o disfrute de placeres. Todas esas cosas, aunque parezcan momentáneamente armonizar con nuestra naturaleza, de pronto se imponen y nos desvían. Por tanto, reitero, elige sencilla y libremente lo mejor y persevera en ello. «Pero lo mejor es lo conveniente.» Si lo es para ti, en tanto que ser racional, obsérvalo. Pero si lo es para la parte animal, manifiéstalo y conserva tu juicio sin orgullo. Trata sólo de hacer tu examen de un modo seguro (Libro III, 6)
Venera la facultad intelectiva. En ella radica todo, para que no se halle jamás en tu guía interior una opinión inconsecuente con la naturaleza y con la disposición del ser racional. Esta, en efecto, garantiza la ausencia de precipitación, la familiaridad con los hombres y la conformidad con los dioses (Libro III, 10)
- el sentido de la vida:
Yo, personalmente, hago lo que debo; lo demás no me atrae, porque es algo que carece de vida, o de razón, o anda extraviado y desconoce el camino (Libro IV, 22)
[themecolor]¿Quién fue Marco Aurelio?[/themecolor]
Fue emperador y filósofo romano. Nació en Roma en el año 121, en una familia de origen hispánico. Recibió una esmerada educación y se le considera uno de los máximos representantes del estoicismo. Adoptado por Antonino Pío, le sucedió y fue emperador de Roma desde el año 161 hasta el 180.
About the author
María Díaz del Rey es Licenciada en Filología Clásica (Univ. de Murcia) y Licenciada y Doctora en Teología (Pont. Università della Santa Croce, Roma). Profesora del Grado en Filosofía online de la UCV San Vicente Mártir. Editora ejecutiva y secretaria de la Red de Investigaciones Filosóficas José Sanmartín Esplugues
Excelente …….que difícil es saber vivir….
Pero se vive…