Trauma y esperanza en la serie Adolescencia

Adolescencia, una serie para nuestros días
La adolescencia, ese
pasaje obligado, […] delicado, atormentado, pero también creativo, que se extiende desde el final de la infancia hasta las puertas de la madurez (Juan David Nasio, citado en Lutereau, 2019: 8),
no solo es un tema recurrente en la exploración social de relatos audiovisuales —sin importar la época—, sino que se convierte en signo de una especial preocupación por el futuro. Y es que ese carácter “obligado” y “delicado” de esta etapa de la vida cobra mayor relevancia cuando se combina con asuntos que marcan o inquietan a una sociedad determinada.
Por eso, no es de extrañar que, en tiempos del streaming, proliferen numerosas teen series que abordan de manera descarnada las preocupaciones y realidades a las que se enfrentan los adolescentes, como, por ejemplo, la salud mental y el suicidio (Por 13 razones, Brian Yorkey, 2017–2020); la sexualidad y las cuestiones de género (Sex Education, Laurie Nunn, 2019–2023); o las drogas (Euphoria, Sam Levinson, 2019–). Estas producciones han causado no poca polémica respecto al tratamiento de estos y otros temas, así como por la radiografía que ofrecen del mundo juvenil actual y las preocupaciones adultas sobre la construcción del mundo que nos espera.
En ese terreno, pocas series han causado tanto impacto como Adolescencia (Stephen Graham & Jack Thorne, 2025), producción británica que, aunque aborda esta etapa de la vida, no es en ningún caso una serie dirigida al público adolescente. Todo lo contrario: se trata de un drama criminal orientado a una audiencia adulta, cuya trama, planteada como un whydunit, ofrece una
representación convincente de la crisis de identidad adolescente, moldeada por factores psicosociales interrelacionados (Floriani y compañeros, 2025),
en la que los adultos, y nuestra sociedad en general, no quedan bien parados, sino, más bien, desconcertados, sin saber qué hacer.
Adolescencia narra la historia de Jamie Miller, un chico de 13 años arrestado por asesinar a Katie Leonard, una compañera de la escuela, y el impacto que este hecho tiene en su familia y en su comunidad, durante el primer año posterior al suceso. A lo largo de sus cuatro episodios, la serie enfrenta a padres y familias a una de sus peores pesadillas: la posibilidad de estar criando a un criminal.
Además, esta producción conduce al espectador a preguntarse si eso que tradicionalmente se ha considerado una buena crianza, sigue siendo suficiente en un contexto tan complejo como el actual, en el que las redes sociales, internet y los dispositivos móviles dominan gran parte de los espacios, alimentando una brecha generacional cada vez más amplia entre jóvenes y adultos. Todo esto, en el marco de una creciente ideologización que abarca numerosas dimensiones de la experiencia humana, incrementando la intolerancia, la incomunicación y la violencia.
En este sentido, el efecto social y la conversación que ha provocado este relato han sido mayores que el reconocimiento de su calidad audiovisual (Iversen, 2025; Kolesnicov, 2025), aun cuando este aspecto también ha sido celebrado por la crítica[1] y el público[2], gracias a las excelentes actuaciones y a la elección estilística del plano secuencia para todo el metraje.
En concreto, su exploración de por qué este personaje hace lo que hace ha suscitado numerosos comentarios de expertos, que han visto en esta serie la oportunidad de alzar la voz contra alguna de las causas planteadas en la misma, por lo que la han abordado desde lo psicológico (Cardona, 2025; Kolisnikov, 2025; Nicolao & Gili, 2025); desde la influencia de las redes sociales y la manosfera[3] en la conformación de la identidad de algunos jóvenes (Prange de Olivera, 2025; Torphe, 2025); así como desde el estudio de los efectos de la cultura incel[4], llegando incluso a ser debatida en el parlamento británico, donde el primer ministro, Keir Starmer, ha sugerido su visionado en los colegios (Goldbart, 2025).
El presente trabajo, no obstante, se propone explorar la trama de Adolescencia más allá del diagnóstico social y la oportuna advertencia que realiza. La idea es encontrar, dentro del durísimo retrato de la sociedad y la adolescencia que hace la serie, posibles salidas a la esperanza, que eviten la caída del espectador en un total pesimismo y que apunten a una recuperación, limitada pero real, de la reconciliación o el amor.
Representación de la crisis de la adolescencia y de un adolescente en crisis
La representación que ofrece Adolescencia de la incapacidad de los adultos para comprender la vida de los adolescentes se relaciona directamente con la representación de muchos de estos jóvenes en crisis. Pero no todas las adolescencias son iguales, y es preciso distinguir los aspectos que son naturales y los que no. La adolescencia es una etapa crítica, pero la serie representa algunos personajes en los que esta crisis se agudiza, respondiendo así a la definición que de tal condición propone Juan David Nasio (2019):

un adolescente en situación de crisis aguda es un joven cuyo comportamiento, que ya era agresivo o adictivo [… ] súbitamente se convierte en inmanejable para su familia.
Por otra parte, la crisis de la adolescencia se presenta también como un periodo natural y necesario para el crecimiento de cualquier persona
en el que la infancia no ha terminado de apagarse y la madurez no ha terminado de surgir.
Como Erikson aborda en sus estudios (1950), en la adolescencia hay una reconfiguración de la identidad, pues son muchos los aspectos importantes que deben asentarse: la afectividad, la sexualidad, la participación social y aceptación entre pares, pero también la diferenciación de otros, los cambios hormonales…
Esta diferencia, como se ve, no es menor. Está claro que Jamie y los compañeros más conflictivos de su escuela (EP2), atraviesan una crisis personal aguda. En este grupo cabe destacar a Jade, la mejor amiga de Katie, una chica que manifiesta un alto grado de ansiedad, que la emprende a golpes contra Ryan -a quien cree el asesino de su amiga- y no atina a comunicarse con la profesora que la quiere consolar. Jade, huérfana de referentes adultos, ha perdido a la única persona que la aceptaba tal cual era y no sabe cómo encajarlo:
Era la única a la que de verdad le gustaba que yo fuera como soy, y ya no sé qué hacer.
En esta línea está también Ryan, uno de los cómplices de Jamie, un chico un tanto perdido, cuya concepción del éxito y la masculinidad le conduce a ver en el detective Bascome a un triunfador con el que no le es posible comunicarse, al igual que le ocurre con sus compañeros considerados “populares”.
Pero, como decíamos antes, junto a estos personajes encontramos otros que, si bien comparten el contexto educativo o familiar con los anteriores y deben enfrentarse a problemas muy parecidos, no reaccionan de la misma manera. Tal es el caso de Adam, el hijo del detective Bascome: en la escuela sufre el acoso de sus compañeros, al mismo tiempo que resiente la incomunicación afectiva y efectiva con su padre. Asimismo, Lisa, hermana mayor de Jamie, debe enfrentarse a todo lo ocurrido con su hermano desde el mismo momento en que la policía le arrestó violentamente en su propia casa. Y, aunque la serie no explora en ningún caso el proceso interior del personaje, sí nos muestra a una chica que, al igual que Adam, se enfrenta a dificultades reales sin presentar comportamientos agresivos o violentos.

Estos personajes, de fortaleza poco común, resultan clave para ayudar a los adultos a superar obstáculos, sirviendo así de puente entre dos mundos -el adulto y el adolescente- que se han demostrado demasiado alejados. Adam debe sobreponerse a la incomunicación con su padre para que este no haga el ridículo y entienda cómo se comunican los jóvenes en red, así como los peligros que les acechan en ese contexto mediático. Lisa, por su parte, debe aceptar su soledad al tiempo de ser sostén para su familia: de nada vale mudarse a otro lugar para cursar la universidad. Hay que encarar la realidad familiar y personal de ser la hermana de un asesino, de ser hermana de su hermano.
Por tanto, junto con esos adolescentes en crisis, que resultan más llamativos para el espectador, la serie presenta a otros personajes que se enfrentan con madurez y valentía al complejo contexto que se plantea, brindado así una salida a la terrible situación social que describe la serie.
La familia ante sus desafíos: “Cómo no voy a creerte, eres mi hijo”
Como se ha comentado anteriormente, la serie explora las razones que conducen a un niño a asesinar a una compañera de clase, procurando la identificación del espectador con la familia del perpetrador. Así, la producción le conduce al escenario que habita quien ha criado al culpable de un hecho terrible e inesperado, y no está preparado, ni remotamente, para enfrentarse a él. Este núcleo fundamental, señalado y cuestionado por la sociedad, es donde la serie presenta parte de la solución, al depositar en él el germen de la esperanza. Los miembros de la familia Miller, Eddie, Manda y Lisa, cada uno desde su propia circunstancia, son los que deben superar el trauma derivado del crimen. Solo ellos tienen la llave para salir adelante como familia, y acompañar, de algún modo, la reinserción de Jamie. Pero ¿cómo encontrar salidas?
La serie nos alerta sobre una sociedad que presiona -o no evita que se presione- a los jóvenes desde una temprana edad con expectativas de éxito y popularidad relacionadas con su sexualidad, que son aprovechadas por la manosfera para manipularles. Al mismo tiempo, la incomunicación creciente, canalizada y fomentada por un contexto mediático digitalizado y cargado de ideología, toma forma a través de dispositivos tecnológicos diseñados para resultar adictivos, generando un contexto sumamente peligroso para el desarrollo de una mente adolescente. Esta incomunicación afecta todos los ámbitos en los que nos desarrollamos, el matrimonio, la familia, la comunidad… pues dificulta la creación de vínculos interpersonales humanizantes, que posibiliten un verdadero encuentro entre las personas. Como afirma el psicoanalista Luciano Tureau (Kolesnikov, 2025), en relación con Adolescencia y su impacto, hay una realidad a la que atender con urgencia, las estructuras vinculantes:
estamos pensando la crianza como un rendimiento, como una performance, sin tener en cuenta su sustento comunitario. ¿Criamos para que nuestros hijos sean felices o para que puedan ser parte de un mundo con otros? Aquí nuestro síntoma más significativo es angustiarnos con su angustia, no permitirles angustiarse con nosotros, porque entramos en pánico.
En tal sentido, la serie nos alerta de un modo muy especial, llamando la atención a los padres, referencia masculina sin igual para los hijos varones. Así, nos muestra, a un detective Bascome que renuncia a ser un padre exigente, bajo el pretexto de ser “blando”, y deja la parte más dura de la educación de Adam a cargo de su esposa (EP1). No obstante, ninguno de los dos progenitores parece darse cuenta del acoso que Adam sufre en el colegio.
Algo parecido ocurre entre Jamie y su padre. Eddie lo apunta a fútbol, pero al ver la poca aptitud del chico para el deporte, desliza su mirada hacia otra parte, un gesto que duele mucho a su hijo y lo aleja del referente masculino al que ama. Después, tal y como Eddie relata (EP4) la empresa de fontanería empezó a ir mejor, y el tiempo que pasaban juntos disminuyó, pasando a ser ocupado por internet y las redes sociales.
No obstante, la serie también nos muestra como estos padres, de alguna forma, reaccionan. Bascome decide hablar con su hijo, acercarse a él para entenderlo mejor; y Eddie, aunque demasiado tarde, lucha contra todo por mantenerse entero y que la familia no se rompa. A este respecto destaca la escena en la que, el día de su cumpleaños, Eddie recibe una tarjeta de Jamie con su cara dibujada en ella. Entonces mira fijamente el trabajo de su hijo, el talento al que en su día no atendió.
La narración explicita la necesidad del hijo de que sus padres presten atención a su mundo y de que lo comprendan, para poder acompañarle. Y esto, hoy, exige un esfuerzo extra, pues la juventud de los padres se ha desarrollado bajo unas coordenadas completamente diferentes, y ahora estos han de reubicarse en una adolescencia que no le pertenece, con todo lo que eso conlleva.

Aunque la discusión sobre Adolescencia ha girado sobre los aspectos más negativos que rescata la serie, a saber, los relacionados con los peligros del mal uso de la tecnología por parte de los más jóvenes, y los peligros de la falta de comunicación entre las personas, y en concreto, dentro de las familias, lo cierto es que la serie no hace un retrato demoledor de la familia protagonista, sino que la presenta como un buen sitio para crecer, a pesar de sus defectos. La familia Miller no es perfecta, pero sus miembros se quieren, y se cuidan unos a otros. Su historia está llena de momentos felices, tal y como recuerdan Eddie, Manda y Lisa en la furgoneta camino al supermercado (EP4).
Si bien Eddie y Manda no han sido capaces de detectar y contrarrestar la fatal influencia del ambiente sobre su hijo —y cargan, por tanto, con una cuota de culpa—, no modifican sus principios morales ni se rinden ante su nueva y trágica realidad. Logran mantenerse juntos, al borde de la autodestrucción, pero sin llegar a caer en ella.
A través de la afectividad y los vínculos interpersonales, la familia Miller salvaguarda una dignidad amenazada por el entorno, manteniendo su unidad. La fidelidad, el afecto y el perdón son las herramientas con las que los Miller intentan recomponer su familia rota, e integrar en su historia un hecho incomprensible y doloroso hasta extremos insospechados. Así, ofrecen a Jamie un lugar al que volver, donde será acogido y querido, a pesar del desgarro y la herida infligida, brindando un rayo de esperanza al final de un relato de extrema crudeza, pero de ninguna manera desesperanzado.
Pero queda una cuestión por solucionar, y es en referencia a la hermana mayor de Jamie, Lisa. ¿Por qué ella, que se ha criado con Jamie, en exactas circunstancias, no es como su hermano? ¿Por qué es una joven equilibrada y serena, capaz de servir de consuelo a sus padres en tan terribles circunstancias? La respuesta a esta pregunta, al igual que a otras muchas, no se encuentra en la serie, pero el hecho de que esta la sugiera habla del carácter único de la persona, de su libertad, de su forma particular de ser y de desarrollarse en una familia. Somos diferentes, necesitamos y ofrecemos cosas diferentes, y la familia debe continuar siendo el núcleo de amor incondicional en el que, con todas las dificultades que nacen de la radical imperfección del ser humano, los seres humanos nos sintamos siempre acogidos.
La sociedad que tenemos no tiene que ser la sociedad que tendremos
En el tercer capítulo, en el que Jamie mantiene una larga charla con Briony, una psicóloga clínica asignada a su caso, vemos a un chico con una identidad distorsionada, y una gran confusión acerca de la percepción que otros tienen de él. Un chico de cara angelical que se torna en peligroso, que pierde los estribos, amenaza a la psicóloga, y se desespera, intentando entenderse a sí mismo. Porque Jamie sabe que lo ha hecho, pero no sabe por qué.
Así lo explican los guionistas de la serie, aportando una de las claves que más luz arrojan a la hora de analizar la situación personal del protagonista:
There were two things we kept returning to again and again (i) that Jamie is still horribly confused at what he’d done, not that he did it, he knows he did it, but why he did it (ii) Jamie has been alone in a place where he doesn’t have anyone to talk to so he really wants Briony to like him. The moment at the end where he asks her do you like me, is hopefully tender not just because of what it means for her, but because you see the child in him emerge just after the horror of what he’s done has been vomited out[5] (Thorne y Graham, 2025).

Pero, tan confundida como Jamie está la sociedad. Vivimos tiempos de cambios profundos en todos los ámbitos de la vida que, además, se producen a gran velocidad, sumergiéndonos en el desconcierto y el temor. La tecnología, uno de los elementos generadores y sustentadores de ese cambio, ha impactado con fuerza en el modo que nos relacionamos entre nosotros y con la realidad. Al modificarse, las dinámicas sociales y comunicativas han abierto una brecha profunda entre generaciones, cuyas consecuencias son visibles y constatables.
Puede que la serie haya llevado esta circunstancia hasta el extremo, pero el diagnóstico que hace en lo referente a la crisis de identidad y pérdida de referentes y límites por parte de las generaciones más jóvenes, es acertada. Urge una recuperación de la persona, de la comunicación entre los miembros de las familias, pero también entre todos aquellos que formamos parte de la sociedad. La mirada humanizante, el rechazo a la ideología, la entrega de padres y profesores a la verdadera educación de las nuevas generaciones son aspectos que pueden modificar el mal que ya ha sido hecho, y abrir una ventana de esperanza a un mundo un poco mejor.
Conclusión
La serie hace una representación de la adolescencia que no es unívoca, pues no todos los personajes que se encuentran en esta etapa de la vida -Jade, Ryan, Jamie, Lisa, Adam…- reaccionan de la misma manera, a pesar de convivir en un mismo entorno académico y enfrentarse, todos ellos, a dificultades en sus hogares. Si bien la serie no atiende a dichas específicamente a estas dificultades, que quedan tan solo apuntadas o sugeridas en función del personaje en cuestión, cabe destacar que ninguna familia se presenta como modélica.
Si hablamos de los elementos esperanzadores que la serie nos ofrece, podemos concluir que la presencia de Lisa y de Adam resulta especialmente luminosa: la de la primera, por su capacidad para encajar la situación que se vive en su casa y servir de apoyo a sus padres; la del segundo, por su acercamiento a un padre que, si bien quiere ser un buen padre, necesita que su hijo, proactivamente, le llame la atención sobre sus defectos y carencias.
Tras el asesinato de Katie, los Miller se enfrentan a una nueva condición de marginalidad. Sin embargo, el matrimonio permanece unido por voluntad propia. Sus conversaciones, sus gestos de cariño, y la comprensión mutua de sus debilidades, nos trasladan a la experiencia humana universal del acogimiento del otro. La familia se presenta como una realidad imperfecta, afectada por un entorno de incomunicación, pero el afecto que se profesan sus miembros y los vínculos que los unen, forjados a lo largo de los años, resultan salvadores en los momentos más duros.
Referencias
Cardona, J. (3 de junio de 2025). Adolescencia (Philip Barantini, 2025): La adolescencia y su vulnerabilidad. Entre padres y la sociedad. En. Cine y psicología. https://acortar.link/Op0GHT
Erikson, E. H. (1950). Childhood and Society. Norton.
Ferrera, D. (2020). Construcción del personaje adolescente en la ficción seriada europea. Las series originales de Netflix como caso de estudio. En: Fonseca, Journal of Communication, 21, 2020, pp. 27-41 DOI: https://doi.org/10.14201/fjc2020212741
Floriani, R., et. al. (2025). An Exploration of Adolescent Psychological Issues in the Netflix Serie Adolesce (2025). En: Lingua Franca Jurnal Bahasa dan Sastra, 4 (1), pp. 67-80. DOI: 10.37680/lingua_franca.v4i1.7332
Fundación Universitaria San Pablo CEU. (2023). “Ahora hay más peligro dentro que fuera de casa debido a las redes sociales” – Emilio Calatayud. En: Haciéndote preguntas https://www.youtube.com/watch?v=HS6ss-i6pB8
Goldbart, M. (2025). How ‘Adolescence’ Turned A Story of Teen Violence into a Political Call to Action. En: Deadline. https://deadline.com/2025/05/netflix-adolescence-director-interview-philip-barantini-1236386036/
Iversen, K. (2025). Adolescence: Stephen Graham Explains the ‘Poetry’ of That Final Scene. En: Tudum, by Netflix. Recuperado en: https://www.netflix.com/tudum/articles/adolescence-stephen-graham-interview?utm_source=ScriptMag&utm_medium=cpc&utm_campaign=adolescencesg&utm_id=525
Kolesnicov, P. (2025). Luciano Lutereau: “Con los adolescentes hicimos todo lo que dicen los manuales y fracasamos, ahora hay que empezar de nuevo”. En: Infobae. https://www.infobae.com/cultura/2025/05/27/luciano-lutereau-con-los-adolescentes-hicimos-todo-lo-que-dicen-los-manuales-y-fracasamos-ahora-hay-que-empezar-de-nuevo/
Lutereau, L. (2019). Estos raros adolescentes nuevos. Paidós.
Nicolau, M. y Gili, L. (2025). Adolescencia, una serie que deja abiertas múltiples lecturas, ¿Desde qué lugar podemos pensarla, sin caer en la reducción de la culpabilización a los adolescentes y adultos? En: Litoral https://www.ellitoral.com/opinion/adolescencia-serie-deja-abiertas-multiples-lecturas_0_4e3qFiIPhT.html
Prange de Olivera, D. (2025). La serie “Adolescencia” y la masculinidad en crisis. DW. https://www.dw.com/es/la-serie-de-netflix-adolescencia-y-la-masculinidad-en-crisis/a-72110075
Raya-Bravo, I., Sánchez-Labella, I., & Durán, V. (2018). La construcción de los personajes protagonistas en las series de Netflix: el perfil del adolescente en 13 Reasons Why y en Atypical. Comunicación y Medios, 27(37), 131-143. doi:10.5354/0719-1529.2018.48631
Salmerón Ruiz, M. A. (2025). Reset Digital, Edaf.
Tavárez Pérez, A. D., & Saavedra Llamas, M. (2025). Propósitos sociales y preocupaciones juveniles en las campañas promocionales de las teen series: el caso de Netflix España. IROCAMM – International Review of Communication and Marketing Mix, 8(1), 43-58. https://dx.doi.org/10.12795/IROCAMM.2025.v08.i01.03
Tassi, P. (2025). Netflix’s ‘Adolescence’ Review: An All-Time Technical Masterpiece. en: Forbes. https://www.forbes.com/sites/paultassi/2025/03/14/netflixs-adolescence-review-an-all-time-technical-masterpiece/
Thorne, J. y Graham, S. (2025). It Starts on The Page (Limited): Read ‘Adolescence’ Episode 3 Script with Foreword by Stephen Graham & Jack Thorne https://deadline.com/2025/05/read-adolescence-episode-3-script-1236399790/)
Thorpe, V. (2025). Netflix drama Adolescence has lessons for us all about alienated young me. En: The Guardian. https://www.theguardian.com/commentisfree/2025/mar/16/netflix-drama-adolescence-young-men-society
NOTAS
[1] En Rotten Tomatoes tiene un 98 % de críticas positivas, entre 106 reseñas de expertos; mientras que el 73 % de 2500 opiniones del público general coinciden en este punto. Ver: https://www.rottentomatoes.com/tv/adolescence/s01#critics-reviews Asimismo, tiene un 91 % de aclamación internacional en Metacritics. https://www.metacritic.com/tv/adolescence/ y, algunos, como Tassi (2025), la han catalogado como una obra maestra.
[2] Adolescencia ocupa el segundo lugar de entre las diez series mejor valoradas en Netflix de todos los tiempos, una información que se obtiene del visionado de sus suscriptores: https://www.netflix.com/tudum/top10/es/most-popular/tv
[3] La manosfera describe una colección de comunidades y sitios web donde se discuten temas relacionados con la masculinidad, las relaciones de género, la política de género y, a menudo, el descontento de los hombres con ciertos aspectos del feminismo y la sociedad contemporánea. Estas comunidades comparten, en mayor o menor medida, ideas misóginas y teorías conspirativas y, en casos extremos, incitación a la violencia.
[4] Acrónimo de la expresión inglesa involuntary celibate, ‘célibe involuntario’.
[5] “Había dos cosas a las que volvíamos una y otra vez: i) que Jamie sigue terriblemente confundido por lo que hizo, no sobre si lo había hecho, sino sobre el por qué lo hizo; ii) que Jamie ha estado solo en un lugar donde no tiene con quién hablar, así que de verdad quiere caerle bien a Briony. El momento final, en el que le pregunta si él le gusta, es un momento tierno, no solo por lo que significa para ella, sino porque se ve al niño que lleva dentro, justo después de haber vomitado el horror de lo que ha hecho”.