3.- El fondo del alma. Fenomenología de la experiencia mística

§84.- Espíritu, intelecto agente, nous eron, flor del intelecto y fondo del alma

EN la experiencia mística el alma se une con Dios
San Juan de la Cruz, representante del Misticismo. Imagen 1

La experiencia mística es la unión del espíritu humano con Dios en el fondo de su sí mismo sustancial, la unión del espíritu con el fundamento de su sí mismo sustancial.

Esta experiencia tiene lugar en un momento histórico de la maduración de la subjetividad humana, y no antes. Se ha descrito y designado con muchos nombres, y se han construido diversos modelos teóricos para explicarlo. La unidad de esos diversos significantes en uno y el mismo significado, resulta una considerable ayuda para comprender mejor esa realidad, o diversos aspectos de esa realidad, que se mencionan en la experiencia mística.

Ahora se trata de examinar qué parte del alma o qué dimensión de la subjetividad es esa en la cual se da la experiencia mística, y se trata de aclarar, si tiene a su vez partes o momentos.

Los nombres utilizados por los diferentes maestros y seguidores de la vida mística, para indicar dónde y cómo tiene lugar la unión íntima con la divinidad, pueden exponer en la siguiente tabla

 

Autor o escuela que designa

Denominación asignada

Platón, platónicos

Espíritu (nous/pneumaintellectus/spiritus)

Aristóteles

Intelecto agente

Oráculos Caldeos, Proclo

Flor del intelecto

Plotino

Nous eron

Teresa de Ávila, Juan de la Cruz

Fondo del alma

 

El espíritu es la parte del alma que tanto en la ontología platónica como en la aristotélica se considera divina e inmortal. Ni Platón ni Aristóteles lo desglosan en partes o en facultades, pero ambos distinguen en él un cierto número de actos, que, a su vez, en el modelo de la ontología aristotélica, son susceptibles de generar hábitos. Los hábitos son cualificaciones, llamadas virtudes y vicios en el orden moral, que pertenecen al orden del acto primero y no de los actos segundos, y en virtud de los cuales se dice que una persona es sustancialmente o no es sustancialmente bueno o malo, sabio o ignorante, etc.

Los actos del espíritu se pueden denominar mediante los siguientes nombres, que salen de la experiencia ordinaria y religiosa humana, de los libros profanos y sagrados de la humanidad. Esos nombres pertenecen a diversos actos de la unidad del espíritu, se llevan a cabo mediante diferentes partes del cuerpo, y se pueden disponer en la siguiente tabla, de manera que se perciba su unidad en la unidad del espíritu y su pluralidad en la pluralidad de partes del cuerpo implicadas en su ejecución, independientemente de los modelos ontológicos con los que se puedan describir.

 

Espíritu

Grupos de actos diferenciables

Facultades o partes del cuerpo y del alma diferenciadas (y localizables)

 

Amar, sentir ternura, compasión, 

Corazón/ cerebro y el cuerpo

 

Querer, decidir, elegir,

Voluntad/ cerebro y el cuerpo

 

Saber, memoria, reflexión,

Pensamiento/ cerebro y el cuerpo

 

Decir, comunicar

Habla/ cerebro y el cuerpo

 

Proyectar, imaginar

Imaginación/ cerebro y el cuerpo

Según Orígenes Dios está presente en nuestra alma
Libro de Orígenes sobre la oración. Imagen 2

Todos estos actos pueden tener lugar en la unión mística, manteniendo la identidad y la diferencia entre sí y con los sujetos divinos y humanos que los viven en la experiencia de dicha unión. Así, en la expresión

Mi padre y yo vendremos a él y haremos morada en él (Juan 14:23).

 

Orígenes comenta que, lo que Jesús dice es que, efectivamente, si el hombre ora, entonces

no solo tiene un Dios que intercede por él, sino también un Padre que es justo, que no abandona a sus hijos, sino que está presente en nuestro lugar secreto y nos cuida y aumenta la riqueza de nuestro interior si cerramos bien su puerta[1].

Esa interioridad, ese lugar secreto del alma, es lo que las diferentes escuelas y los diferentes maestros mencionados denominan con lo nombres de intelecto agente, flor del intelecto, nous eron, y de otros modos. Y ese lugar secreto del alma, es lo que, con una metáfora geométrica, puede designarse como punto tangente entre la intimidad humana y la divina, como lugar del beso.

 

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NOTAS

[1] Orígenes, On prayer, XII, cit.

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Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).

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