2.- De la muralla y el calendario a la ciudadanía y la ortodoxia

§ 4.- Integración de las subjetividades en la comunidad. Ciudadanía y ortodoxia

Desde el calcolítico las comunidades crecen integrando cada vez más tribus, y con un crecimiento demográfico sostenido que ya no revierte. La expectativa media de vida, en el neolítico, el periodo de lucha de todos contra todos por los asentamientos y el pacto social, se mantiene estable, y en el calcolítico sube por encima de los 35 años 12.

A partir de la Antigüedad, la expectativa media de vida alcanza los 40 años13. A partir de la Edad de los Metales, y mucho más a partir de la era axial, afirmar la vida es afirmar la organización de la sociedad compleja. Pero a partir de la era axial, la sociedad compleja fundamenta y representa su unidad orgánica en dos instituciones bien articuladas entre sí, una religiosa, la Iglesia y otra política, el Estado.

El modo en que surge por primera vez una forma reflexiva, voluntaria e institucionalizada, de vincular al individuo con la comunidad y con la divinidad, parece ser el pacto de Abraham con Yahweh sobre la circuncisión estudiado anteriormente (MORN § 32 y ROREM §§ 43.1 y44.2). Se trata de una comunidad civil y eclesiástica al mismo tiempo, en la que se produce diferencia de funciones entre los sacerdotes y los jefes, por una parte, y los jefes jueces y reyes, por otra.

La siguiente modalidad de vinculación reflexiva, voluntaria e institucionalizada del individuo con la comunidad, parece ser la que se da en Esparta entre los siglos VIII y VII AdC, y que recibe el nombre de ciudadanía, en cuanto condición propia de los ciudadanos, Homoioi (“los iguales”)14.

Rey de Esparta
Rey de Esparta (Infografía)

La integración de los hebreos en la comunidad judía, y de los espartanos en la comunidad lacedemonia, se diferencia de la integración de los demás individuos en las comunidades sumerias, babilonias, egipcias, persas o incas, en que requiere un rito voluntario, formal, y un compromiso y lealtades a ciertas prestaciones, tanto religiosas como políticas y tanto jurídicas como económicas. Compromisos explícitos y ritualizados en las cuatro esferas primarias de la cultura.

Tanto los hebreos como los espartanos tienen obligaciones económicas de pago de impuestos, militares de defensa del territorio, políticas de elección de cargos, y religiosas de rendir los cultos debidos a la divinidad.

La diferencia entre los hebreos y los espartanos consiste en que, en el primer caso, la ciudadanía no implica constitución de una clase social superior y la pertenencia a ella, y en el segundo sí.

Rey de Israel
Rey de Israel (Infografía)

En el caso de Israel y de Esparta, la vinculación del individuo a la comunidad está mediada siempre por un acto libre, mientras que en los demás casos la vinculación es espontánea, “natural”. No obstante, en las demás culturas del mundo antiguo, la pertenencia a la comunidad también lleva consigo, antes o después, y en grado mayor o menor, compromisos explícitos con la comunidad y la divinidad que la funda, en las cuatro esferas primarias de la cultura.

El compromiso de los hebreos con Yahweh es más intenso que el de los espartanos con Ares y Atenea, que el de los atenienses con Atenea y que el de los romanos con Iupiter, al menos en cuanto que continua manteniendo su vigencia en el siglo XXI dC. Pero el celo de los antiguos griegos y romanos por sus dioses y sus comunidades no es menor que el de los hebreos, si se tiene en cuenta el modo en que atenienses, espartanos y romanos entregan su vida en defensa de su patria, es decir, de sus comunidades, sus costumbres y sus dioses.

A partir de la era axial, de la constitución de los imperios griego y romano, la subjetividad queda ligada a la comunidad por un vínculo de varias raíces, que se desglosan básicamente en dos. Los vínculos con la comunidad política y los vínculos con la divinidad, vínculos institucionalizados a través de un poder civil (político y jurídico, pero también religioso y económico) y de un poder sagrado (religioso y económico, pero también político y jurídico).

Las formas de la vinculación del individuo con estos dos poderes, político y religioso, y de los dos poderes entre sí, adopta variadas formas en la antigüedad. En su momento quedó indicado que, en las sociedades complejas, la religiosidad popular es el conjunto de las formas de la religión primitiva propia de los grupos marginados de la cúpula del poder político. También se ha mostrado que, por su parte, las religiones mistéricas antiguas son formas no oficiales, o sea no estatales, de la religión (ROREM §§ 21 y 43.2).

El poder estatal político regula la relación de los individuos con la comunidad política, según un orden que corre por cuenta del poder político, el orden de la ciudadanía, que se facilita mediante premios y honores, por una parte, y mediante penas como el exilio y la muerte, por otra.

El poder estatal eclesiástico regula la relación de los individuos con la comunidad religiosa, según un orden que corre por cuenta del poder eclesiástico (y también del político), el orden de la ortodoxia, que se facilita igualmente mediante premios y honores, por una parte, y mediante penas como la marginación de la comunidad religiosa, en sus diversas formas, incluidas la excomunión y la pena de muerte (la hoguera en la cristiandad medieval y moderna).

A su vez, las autoridades políticas regulan también la lealtad política de los eclesiásticos, y las autoridades eclesiásticas regulan la ortodoxia de los políticos. Y eso se mantiene durante la época histórica hasta el siglo XXI.

Cortejo sacerdotal en el Ara Pacis
Integración en la comunidad. Cortejo sacerdotal del Ara Pacis (Infografía)

 

Cuando en la era axial el ser humano alcanza su autonomía y se asienta conscientemente en su libertad, lo hace asumiendo una identidad que se determina por su integración en la comunidad a través de dos instituciones, que expresan y simbolizan el fundamento de ella.

Inicialmente esas dos instituciones, la de la autoridad religiosa y la de la autoridad política, están sincronizadas porque son la misma, pero cuando dejan de estarlo se producen conflictos dramáticos para los individuos y para las comunidades. Como ejemplos de esos momentos en la Antigüedad, se pueden citar la muerte de Sócrates, el destierro de Ovidio, la muerte de Jesús, la de Séneca, los destierros de Pablo, y otros.

 

About the author

+ posts

Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *