5.- El cristianismo, la cristiandad y los estados nacionales en occidente
§27.- El cristianismo en Roma, Hispania y Europa. Teodosio e Isidoro de Sevilla
Desde la primera persecución de los cristianos por Nerón, entre los años 64 y 68, hasta el edicto de Milán de Constantino en 313, en que se decreta la paz para los perseguidos, transcurren dos siglo y medio, durante los cuales la nueva religión, en las diferentes versiones de la tabla anterior, se difunde por todo el imperio.
Desde el Edicto de Tesalónica de Teodosio, en 380, con el que se establece el cristianismo como religión del imperio romano, hasta el decreto de Justiniano de 529, por el que se clausura definitivamente la escuela de Atenas, transcurre un siglo y medio, en el que una determinada corriente se impone como ortodoxia del cristianismo[1].
En el capítulo 4 se atiende a la formación de la comunidad religiosa, que es un proceso diferente y particular, del proceso de formación de las identidades nacionales vinculadas a las profesiones públicas de la religión.
De la misma manera que en Roma hay un culto al emperador, y en Egipto y Persia un culto a las divinidades nacionales, tan vinculadas al soberano como en Roma, también las monarquías de las nuevas comunidades nacionales, que surgen de la descomposición del imperio romano, tienen un culto cristiano, según la confesión de su rey.
No hay solución de continuidad, en lo que a la confesionalidad del estado y del soberano se refiere, entre Teodosio y los reyes godos de Hispania, inicialmente arrianos y aliados del emperador Honorio. Desde el primero de los reyes, Ataúlfo (410- 415) hasta Recaredo, que se convierte al cristianismo en 587, y sus sucesores, la relación y el gobierno del reino se gestiona entre los reyes y los obispos.
El 8 de mayo del 589 se inicia el III Concilio de Toledo en el que Recaredo hace profesión de fe católica y abjura del arrianismo. Varios obispos arrianos y suevos, abjurara también, con lo cual el pueblo godo y el suevo se integran en la confesión cristiana de la población de la Hispania, romanizada desde el siglo II AdC y cristianizada desde el II dC.
Isidoro, arzobispo de Sevilla durante más de tres décadas (599-636), por una parte, inspira la acción política de los reyes godos, y, por otra, la acción pastoral y teológica de los ministros y estudiosos cristianos. Los concilios de Toledo tienen tanta relevancia política como religiosa, y las sesiones de corte de los reyes afectan a la religión de las comunidades hispánicas tanto como a su vida civil.
Isidoro es, uno de los primeros gobernantes teólogos que articulan el punto de vista de la razón práctica y el de la razón teórica, el punto de vista de la política civil y eclesiástica de una nación de la naciente Europa, con el punto de vista del culto, la teología y la mística de la religión que constituye la identidad de dicho estado nacional.
Por eso puede ser y es considerado como uno de los fundadores de la nación española y de la cristiandad europea[2], y constituye un punto de referencia al que se recurre en los momentos en que se presiente que la identidad de una nación o de un conjunto de naciones se encuentra en riesgo de daño.
Una historia paralela a la que va de Honorio y Ataulfo hasta Recaredo y sus sucesores en la formación del reino de España, es la que va desde Clodoveo (466-511), rey de los salios y de todos los francos (481-511) hasta Carlomagno, rey de los francos desde 768 a 814, y emperador a partir del año 800.
En ese año el papa León III le corona como “emperador de Bizancio”, aunque después Carlos adopta el título de Imperator Romanum gubernans Imperium (“emperador gobernante del Imperio romano”). Carlomagno se considera a sí mismo restaurador del Imperio romano, y, por otra parte, es considerado como el principal fundador de Europa.
La interacción entre la iglesia y los monarcas, entre la religión y la política, amistosa unas veces y abiertamente hostil otras, es constante y determinante de la formación y desarrollo de las sociedades y de los estados de la cultura occidental, desde el edicto de Tesalónica hasta el siglo XX, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la desconfesionalización de los estados católicos, las declaraciones de libertad religiosa de diversas iglesias cristianas, y la declaración del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa, Dignitatis humanae (la dignidad humana) promulgada en 1965.
Desde Teodosio, Agustín de Hipona, Justiniano, Recaredo, Clodoveo y Carlomagno hasta el siglo XX, los creyentes de las diversas corrientes cristianas, padecen la misma violencia por parte del estado confesional cristiano de otro signo, que los cristianos en general padecen bajo los emperadores romanos.
Son expulsados de los diferentes países de Europa por los Reyes Católicos, los luteranos, los anglicanos y los calvinistas, por no ser de su confesión cristiana, o bien por ser judíos o musulmanes. Los musulmanes expulsan de su territorio a los heterodoxos, e igualmente los judíos a partir del momento en que tienen territorio propio. Y lo mismo sucede con diversas confesiones de Asia y África.
Durante esos 15 siglos, la cultura occidental aprende a formular los derechos humanos, y a partir del siglo XXI aprende a aplicarlos a la religión, al sexo, el matrimonio y la familia, a la actividad profesional, etc.
La acogida de la libertad y la dignidad individuales, según sus posibilidades y necesidades de expresión, es decir, la recepción de los derechos subjetivos en el derecho público de los estados y de las iglesias, se produce al ritmo al que se diferencian la objetividad y la realidad, en sus diversos órdenes. Porque la diferencia entre objetividad y realidad, en sus diversos ordenes, marca el ritmo al que se diferencian la religión, la idolatría y el fanatismo.
Para consultar la entrada anterior, pincha aquí.
NOTAS
[1] Una panorámica general de la cristianización del imperio romano, ampliable en todos los aspectos que se deseen, puede verse en la versión en inglés de Wikipedia, en las voces https://en.wikipedia.org/wiki/Christianization; https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_cristianismo; https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_Christianity
[2] Fernández Gómez, Fernando, “En la génesis de España: de la romanización y la reconquista”, Discurso de recepción en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, Boletín de Bellas Artes, nº XXXV (2007); Audiencia General BENEDICTO XVI el 24 de Marzo de 2010, https://ratzingerganswein.wordpress.com/tag/san-isidoro-de-sevilla/
About the author
Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).