4.- Universalidad y particularidad del culto interior. La teología de las religiones

 

§40.1.- “Corpus” religiosos antiguos. Conexiones empíricas y unidad “esencial”

En las escuelas doctrinales y comunidades espirituales de oriente medio y el mediterráneo se desarrolla el culto espiritual interior del mismo modo que en China y la India, y no pocas veces con influencias explícitas entre unas escuelas y otras, que tienen entre sí las formas de comunicación propias de las “provincias” del imperio aqueménide del primer milenio AdC. Son las relaciones entre las corrientes señaladas antes en el § 37.

Durante la antigüedad, y durante toda la época histórica, se han realizado numerosos estudios sobre estas conexiones e influencias mutuas, y a partir de la modernidad, empiezan a estudiarse y explicarse las coincidencias entre todas ellas, y a explicarse, no solamente mediante relaciones empíricas de textos y formas litúrgicas, sino también mediante el desarrollo de la esencia humana desde un punto de vista ontológico trascendental.

 

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Macrobio. Imagen 1

Según las declaraciones de Macrobio, compartidas por otros padres de la Iglesia, Juan el Bautista es el precursor y anunciador del Mesías entre los judíos, como Hermes y otros profetas paganos lo son entre los gentiles. A partir de Macrobio, se pueden trazar las líneas que se remontan hasta Adán y donde se encuentran los primeros testimonios sobre el proyecto de la salvación del género humano, y las líneas que llegan hasta el romanticismo y la posmodernidad, donde se encuentran los testimonios más actuales[1]

Desde el punto de vista filológico y exegético, se pueden aventurar las líneas que van desde Adán al evangelio cristiano, y que vendrían dadas en los cuatro campos o aspectos de la traditio siguientes:

1) los elementos simbólicos que representan una gran esperanza o un salvador, como las estrellas mágicas, los precursores propiamente dichos y las figuras mesiánicas;

2) los eventos y episodios que según la lógica del símbolo constituyen ya propiamente un anuncio de salvación;

3) la construcción del relato, que constituye la primera manifestación de la praeparatio evangelica, la primera conformación del logos o philosophia perennis, lo que puede considerarse el lenguaje primordial que revela el verdadero sentido original de las cosas, su sentido soteriológico;

4) la transmisión y las variaciones del relato.

 

El momento 1) de la génesis de las doctrinas es el de la formación y selección de unidades simbólicas, símbolos universales y arquetipos. El momento 2) es el de la formación de unidades narrativas, mitemas y relatos universales. El momento 3) es el de las técnicas de transformación y asimilación simbólica. A veces, la construcción del relato se basa en una conciencia de pertenencia a una línea de transmisión que arranca de una tradición originaria, como, por ejemplo, Set, Henoc, o la que va de Zoroastro a los Tres Reyes Magos evangélicos. El momento 4) es el de la transmisión de la doctrina y el de la multiplicación de sus variaciones, bien por alteraciones de un núcleo original, bien por asimilación de relatos de distinta familia, pero con conjuntos simbólicos asimilables, según lo han mostrado autores como Propp y Lévy-Strauss[2].

La unidad de las tradiciones religiosas desde la antigüedad remota hasta la predicación evangélica, no tiene un carácter sincrético, entendido como yuxtaposición de elementos rituales y míticos sin conexión intrínseca entre ellos. Es posible percibir en ella la potencialidad del símbolo, y la sintonía de las distintas familias de conjuntos simbólicos entre sí y en relación con el sentido del lenguaje originario.

Este sería el primer gran episodio de la historia de las transformaciones del logos.

 

El segundo gran episodio es el que va desde la predicación evangélica al Renacimiento y la Reforma, y el tercero el que va desde la Reforma al siglo XXI.

El lenguaje primordial y la filosofía perenne se van oscureciendo con el simple paso del tiempo, pero sobre todo a partir del diluvio y la multiplicación de las lenguas. Tras la predicación evangélica, y a lo largo de la Edad Media, la pérdida del sentido originario del lenguaje y de la referencia a lo sagrado a través de los símbolos se hace extremadamente grave y provoca los movimientos del Renacimiento y la Reforma. Estos movimientos aspiran a la unificación de lo diverso, a la restitutio omnium y a la nueva manifestación de la coincidentia oppositorum, que tiene una de sus principales expresiones en la obra de Nicolás de Cusa.

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José Antonio Antón Pacheco. Imagen 2

Para Antón Pacheco la Reforma es el movimiento de retorno al origen, al lenguaje primordial y al sentido originario, cuando se realiza efectivamente, tanto por parte de Lutero, Calvino, y otros teólogos protestantes, como por parte, más frecuentemente, de los humanistas que permanecen vinculados a Roma, como por parte de pensadores no cristianos. En este sentido, la Reforma es otra de las transformaciones del logos que se produce en el seno de la tradición hermética.

 

En el tercer gran episodio de las transformaciones del logos, esta tradición hermética cristiana se integra con el neoplatonismo renacentista, la Cábala cristiana y judía, la alquimia, la masonería del siglo XVIII y la mística ilustrada, especialmente Böhme y Swedenborg.  Y finalmente esta tradición desemboca y fecunda los movimientos románticos del siglo XIX y los movimientos de vuelta a la imaginación y al símbolo del siglo XX, especialmente los de Guénon y Corbin[3].

           

Por lo que se refiere al análisis de la convergencia de las religiones positivas, según el despliegue de la esencia humana, desde el punto de vista ontológico trascendental, puede señalarse como uno de sus puntos de partida la La philosophie de l’histoire de Voltaire, de 1765[4].

Voltaire, tras estudiar el origen de la sociedad, de las religiones, las lenguas, y la culturas en general, y tras analizar el mazdeísmo en particular, en sus críticas a la superstición y al dogmatismo religioso, llega a la conclusión de que la coincidencia entre mazdeísmo y cristianismo se da casi en la totalidad de los asuntos doctrinales básicos. Así lo declara, pero no lo argumenta mediante influencias, transmisiones históricas o plagios, sino en virtud de la universalidad de la esencia humana.

Las tesis de Voltaire, consideradas como ataques a la Iglesia y a la religión por parte de los teólogos ortodoxos de entonces, son retomadas de nuevo en el siglo XX, con los enfoques de una ontología trascendental análoga, por diversos filósofos y teólogos. Entre ellos, por Robert Charles Zaehner, que hace una tipología comparativa de diversas religiones y escuelas místicas, del hinduismo, el mazdeísmo y el cristianismo[5]. Por otra parte, estos temas dan lugar al reciente campo de estudio de la teología de las religiones[6].

En el estudio de las religiones, el punto de vista histórico empírico y el ontológico trascendental, aunque son diferentes, y tienen cada uno su propia inspiración y virtualidades heurísticas, parece que tienden a fundirse en algunos enfoques de la filosofía y de la teología de la religión.

 

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NOTAS

[1] Antón Pacheco, José Antonio, El hermetismo cristiano y las transformaciones del logos. Córdoba: Editorial Almuzara, 2017. En los 12 capítulos del libro se examinan a las doctrinas de Hermes Trismegisto en relación con el Logos, las del Hermes cristiano, el zoroastrismo cristiano, Henoc, el Hermetismo en su relación con la Reforma, las de la Cábala, las del Humanismo en relación con el hermetismo, la alquimia del Renacimiento, y se examina, en relación con esas doctrinas, la “Intensificación metafórica”, la “Trasparencia y traslaciones simbólicas”, y las “Confluencias de lenguaje”.

[2] Sigo ahora las tesis de Antón Pacheco, según la exposición que hace en la obra citada.

[3] Antón Pacheco se sitúa en la línea de una propuesta para el cumplimiento del espíritu de la Reforma: “Cuando la teología cristiana sufre una deficiencia especulativa por falta de sustantivación metafísica; cuando la teología cristiana no va más allá de la moral o está obsesionada con la conciliación con la ciencia, cuando la exégesis bíblica casi se reduce a gramática o “desmitologización”, el hermetismo cristiano se nos manifiesta como una visión necesaria para el cristianismo” (pag. 140). El autor ha anunciado por otros medios trabajos de continuación de este libro, y también de su obra El ser y los símbolos (Madrid: Mandala, 2010).

[4] Voltaire, Filosofía de la historia, Madrid: Tecnos, 2001.

[5] Robert Charles Zaehner (1913-1974), Universidad de Oxford, Spalding Professor of Eastern Religions and Ethics, El Cristianismo y las grandes religiones de Asia. Barcelona: Editorial Herder, 1967. Cfr. Stausberg, Michael, “Hell in Zoroastrian History”, Numen 56 (2009) 217–253.

[6] https://mercaba.org/DicTF/TF_religion_10.htm

 

 

 

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Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).

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