Los Warriner, Irene Dunne y Cary Grant, entre la rigidez y el pugilato en el primer acto de The Awful Truth (1937) de Leo McCarey

 

The Awful Truth, de Leo McCarey
La sorpresa de Jerry Warriner (Cary Grant) al descubrir que su esposa Lucy (Irene Dunne) ha pasado la noche fuere de casa acompañada de su atractivo profesor de canto Armand Duvalle (Alexander D’Arcy). Imagen 1

 

Resumen:

En esta quinta contribución dedicada a The Awful Truth (1937) nos centraremos en el texto filosófico-fílmico, en lo que Cavell designa como el primer acto de la película.

Comenzamos analizando el prólogo de la película, la escena en el Gotham Athletic Club, que nos permite comprobar un claro elemento de igualdad del matrimonio protagonista. La tentación de manipular el relato según sus intereses es más propia de Jerry Warriner que de Lucy, a diferencia de lo que ocurría en la obra teatral y en las primeras versiones cinematográficas.

La escena de la llegada a casa de Jerry nos presenta un retrato en consonancia con el prólogo.  Acude rodeado de amigos, para evitar que Lucy haga demasiadas preguntas. Al no estar su esposa en casa, son los amigos los que hacen las preguntas. McCarey representa con maestría el riesgo que se corre para la propia intimidad cuando se hace del matrimonio un espectáculo.

La llegada de Lucy con su profesor de canto Armand Duvalle (Alexander D’Arcy) supone un shock para Jerry, que ha estado sosteniendo que su esposa estaría con la tía Patsy. Esto va a dar lugar a una deliciosa discusión filosófica sobre la verdad y las falsas apariencias. Pero como ninguno de los dos quiere rebajarse de su actitud rígida, acaba deviniendo en una confrontación radicalizada para solicitar el divorcio, a pesar de las amables recomendaciones del abogado de Lucy para repensarlo, dado que “el matrimonio es una maravilla”.

En el tribunal que concede el divorcio aparece la vertiente más manipulativa de Lucy. Como lo que se discute es la custodia del perrito de los dos, ella consigue atraerlo hacia sí por medio de enseñarle disimuladamente un juguete. La acción el tribunal sirve para poner de relieve lo poco que han reflexionado los Warriner sobre lo que verdaderamente les une.

El aburrimiento de la tía Patsy y el estado casi depresivo de Lucy les llevan a abrir la puerta a la posibilidad de dar una vuelta con el vecino Dan Leeson (Ralp Bellamy). Lucy no muestra mucho interés, salvo cuando aparece Jerry para visitar al perrito Mr. Smith. Entonces tiene un deseo creciente de tener una relación que le haga olvidar a su marido. Su tía Patsy le advertirá sobre los riesgos del rebote, mientras que la madre de Dan Leeson lo hará sobre el peligro de relacionarse con ciertas mujeres.

En la escena de un salón nocturno McCarey podrá a funcionar los aspectos más irracionales de la relación entre Jerry y Lucy. En el fondo, ambos han apostado poco el uno por el otro. La figura de una artista que lucha por sacar cabeza en un mundo difícil, Dixie Belle Lee (Joyce Compton) se lo comenzará a hacer ver de un modo indirecto. También el modo de ser recto pero poco empático de Dan Leeson contribuirá a ese proceso.

Palabras clave:

McCarey, Irene Dunne, Cary Grant, verdad, sospecha, relaciones interpersonales, matrimonio, unión, crecimiento personal, personalismo, rigidez, empatía.

Abstract:

In this fifth contribution dedicated to The Awful Truth (1937) we will focus on the philosophical-filmic text, on what Cavell designates as the first act of the film.

We begin by analyzing the film’s prologue, the scene at the Gotham Athletic Club, which allows us to ascertain an element of equality between the protagonist couple. The temptation to manipulate the story according to their interests is more Jerry Warriner’s than Lucy’s, unlike what happened in the play and in the first film versions.

The scene of Jerry’s arrival at home presents us with a portrait in keeping with the prologue, he comes surrounded by friends, to prevent Lucy from asking too many questions. Since his wife is not at home, it is the friends who ask questions. McCarey masterfully depicts the risk to one’s intimacy when marriage is made a spectacle.

Lucy’s arrival with her singing teacher Armand Duvalle (Alexander D’Arcy) comes as a shock to Jerry, who has been maintaining that his wife would be with Aunt Patsy. This is going to lead to a delightful philosophical discussion about truth and false appearances. But since neither wants to stoop from their rigid attitude, it ends up devolving into a radicalized confrontation to file for divorce, despite the kind recommendations of Lucy’s lawyer to rethink it, given that  “marriage is a beautiful thing”.

In the court that grants the divorce, Lucy’s more manipulative side emerges. Since what is at issue is the custody of their puppy, she manages to lure him to her by slyly showing him a toy. The courtroom action serves to highlight how little thought the Warriner’s have given to what truly binds them together.

Aunt Patsy’s boredom and Lucy’s near-depressive state lead them to open the door to the possibility of taking a ride with neighbor Dan Leeson (Ralp Bellamy). Lucy doesn’t show much interest, except when Jerry shows up to visit the little dog Mr. Smith. She then has a growing desire for a relationship that will make her forget her husband. Her Aunt Patsy will warn her about the risks of rebounding, while Dan Leeson’s mother will warn her about the danger of relating to certain women.

In a nightclub scene McCarey will be able to play out the more irrational aspects of Jerry and Lucy’s relationship. Deep down, both have bet little on each other. The figure of an artist struggling to make head in a difficult world, Dixie Belle Lee (Joyce Compton) will begin to make him see it in an indirect way. Dan Leeson’s upright but unempathetic manner will also contribute to this process.

Keywords:

McCarey, Irene Dunne, Cary Grant, truth, suspicion, interpersonal relationships, marriage, union, personal growth, personalism, rigidity, empathy.

 

1. EL TEXTO FILOSÓFICO-FÍLMICO DE THE AWFUL TRUTH (I): EL PRÓLOGO DEL PRIMER ACTO, EN EL GOTHAM ATHLETIC CLUB 

La dificultad de recordar el discurrir de los acontecimientos en The Awful Truth

Stanley Cavell justifica de este modo la síntesis de The Awful Truth en Pursuits of Happpiness, que va a realizar a continuación va a realizar:

Resulta, según creo, particularmente difícil recordar el discurrir de acontecimientos que constituye la película; y puesto que voy a sostener que esta dificultad es parte del logro de McCarey, conviene resumir sus principales segmentos. (Cavell 1981: 33-34; 1999: 240)

Son segmentos que básicamente coinciden con los que después volvió a reflejar en Cities of words. Vamos a seguir esta guía para encuadrar nuestro texto filosófico-fílmico.

Como hemos expuesto ya en sucesivas ocasiones el texto filosófico-fílmico supone “poner la película” en palabras escritas, como prolongando la conversación espontánea que el visionado atento de los filmes nos suscita. Y escribirlas con la posible ayuda de algunas reflexiones de texto de filósofos que pueden impulsarnos a profundizar en el sentido de lo que nos está ofreciendo en la pantalla, con un carácter ineludiblemente misterioso.

El prólogo del primer acto, en el Gotham Athletic Club

Cavell describe de este modo la escena primera, a la que designa como prólogo de la película.

En un prólogo, en el Gotham Athletic Club, Jerry Warriner (Cary Grant) va a someterse a un tratamiento de lámpara de ultravioletas que sea suficiente para que dé la apariencia de que él ha pasado las últimas dos semanas en Florida, “aunque lleve toda la tarde”. Le dice a un amigo que se encuentra por allí y que blandea una raqueta de squash: “Lo que las esposas no saben, no les duele”. Y él añade: “Y lo tú no sabes no te dolerá a ti”. Le invita a su amigo a ir a su casa con él, para protección, quiero decir, para tomar unas bebidas.” (Cavell, 2004: 373; 2007: 371)

En efecto, se trata de una parte de la película original, pues no aparece en la obra de Richman (Richman, 1922). Su origen remoto puede estar en la novela de Francis S. Fitzgerald, Tender is the night / Suave es la noche (Fitzgerald, 2011) que como sabemos influyó en la fase del guion en la que trabajo Dwight Taylor.[1] En ella se presentaba un Jerry Warriner deportista.

La cámara se acerca a un recuadro en la pared: GOTHAM ATHELIC CLUB

Vemos los títulos de crédito, a modo de bordados sobre diversos paños, en los que se destacan, por este orden, los nombres de Irene Dunne y de Cary Grant, así como de Leo McCarey. Se nos señala que la fotografía corre a cargo de Joseph Walker. Suena de modo instrumental la música de “My Dreams Are Gone With the Wind”, de Ben Oakland (1907-1979).

Tras el fundido, se nos presenta el plano de la bahía de New York, con los rascacielos al fondo y a medio plano un barco que la surca a ritmo lento. A continuación se nos presenta el reloj de una torre en que en números romanos marca las VIII, mientras suenan las campanadas. El siguiente plano es de un edificio. La cámara se acerca a un recuadro en la pared: GOTHAM ATHELIC CLUB.

¡Nada de eso! Necesito un bronceado de Florida aunque lleve toda la tarde

La cámara penetra en este gimnasio. Vemos salir a Jerry Warriner (Cary Grant) cubierto tan sólo por una toalla. Delante suyo alguien de espaldas.

Jerry Warriner (en adelante JW, a un empleado del gimnasio): “Vamos, prepara esa lámpara de ultravioletas.”

Empleado (acercándose): “Lo máximo que le aconsejo son 15 minutos, Mr. Warriner.”

JW (recostado en una camilla): “¡Nada de eso! Necesito un bronceado de Florida aunque lleve toda la tarde[2]. Enciéndela. Zarpamos hacia a Miami, Palm Beach y Point South.”

En la obra de teatro de Richmond, y en las sucesivas versiones llevadas a la pantalla en los años 20, las sospechas recaían sobre el personaje de la mujer. Era ella la que parecía manipular los hechos. Pero ahora McCarey pone el foco desde el primer momento también en el marido, en Jerry Warriner.

El encuentro con su amigo Frank: “Oye. Estás terriblemente blanco para ser un tipo que ha pasado dos semanas en Florida”

Ese clima de ocultación se incrementa inmediatamente. Entra un amigo, Frank Randall (Robert Allen), que se sitúa junto a Jerry.

Frank Randall (en adelante FR): “Hola, Jerry.”

JW (tumbado): “Hola, Frank.”

FR: “He oído que estabas aquí”.

JW: “Estupendo.”

FR (lleva una raqueta y juguetea con ella): “¿Jugamos un poco al squash?”

JW: “No, gracias.”

FR (con confianza amistosa): “Oye. Estás terriblemente blanco para ser un tipo que ha pasado dos semanas en Florida.”

JW (sin inmutarse): “Sí. Eso es lo que pensé.”

Un misterio que no se acabará de aclarar a lo largo de la película

¿Por qué da Jerry una imagen de estar tan blanco? Si no parece que de viaje en Florida, ¿dónde estuvo? En su comentario sobre La pícara puritana, Guillermo Balmori rellena ese hueco señalando que Jerry Warriner engaña a su esposa “diciendo que ha ido a Florida, cuando en realidad ha estado con unos amigos jugando la póker” (Balmori, 2012: 66). Pero McCarey no da nada que corrobore ese dato, que, por otro lado, resulta poco convincente: dos semanas en Florida parece demasiada coartada para cubrir unas partidas de póker.

Acierta McCarey dejando el dato sin cerrar, porque las dudas que Richmond vertía sólo sobre el personaje de la esposa, resultan ahora, como hemos señalado, mutuamente repartidas. Lo que hasta ahora se presentaba sólo característico del matrimonio, en este momento es planteado como revelador de la persona. No somos completamente trasparentes a nosotros mismos. Mucho de nuestro mundo interior se expresa con dificultad en lo que hacemos. El matrimonio no es el que crea estas ambigüedades. Al contrario la amistad y la comunicación abierta que se propician en su seno son las que hacen propicio que se revelen las personalidades de cada uno, y que se pueda abrir un camino hacia la sinceridad no sólo con el otro, sino también con uno mismo.

¿Qué hiciste, por ahí? ¿Ir con sombrilla? ¿O no fuiste?

Pero para ello, los esposos tienen que superar múltiples escollos. Empezando por la facilidad con la que los demás argumentan en contra del matrimonio de los otros.[3]

FR (con fingida inocencia): “¿Qué hiciste, por ahí? ¿Ir con sombrilla? ¿O no fuiste?”

JW (leyendo sus intenciones con rapidez): “Ah, ah, ah, ah. No vayas expandiendo eso por ahí, Frank.”

FR (insistiendo en sonsacarle): “Uh, uh… ¿una mentirijilla a tu mujer?”

JW (con prendida dignidad herida): “Frank, me sorprendes. Se supone que he estado en Florida. (Argumentando con soltura) Ahora, imagina si una de las amigas de Lucy le dijera… ‘Vaya, ¿por qué él no está bronceado?’ Lucy se quedaría avergonzada. Bien, me voy a broncear, y Lucy no tendrá que avergonzarse. Lo que las esposas no saben no las herirá. Y lo que no sabes, no te herirá.”

Elogio del ocultamiento, del “ojos que no ven, corazón que no siente”

Jerry está haciendo una apología del ocultamiento por el bien del matrimonio. En las comedias de renovación matrimonial no aparece una estrategia recomendada (Cavell 1981; 1999). Tarde o temprano llegará un momento en el que los disimulos nada puedan hacer ante “la terrible verdad”.

FR: “De acuerdo, pero no quiero saber nada. (Cambiando de tema) ¿Por qué no vienes a casa? Unos amigos vendrán a desayunar tarde.”

JW: “Tengo una idea mejor. ¿Por qué no viene a casa a desayunar y a tomar ponche de huevo? … y quizás luego podamos esquivar a las mujeres y jugar al golf.”

FR: “Genial, muchacho, me has convencido.”

JW (que ha hablado todo el tiempo tumbado en la camilla): “Está bien.”

FR (mientras se marcha dando golpecitos con la raqueta): “Nos vemos, Jerry.”

JW: “Adiós, Frank.”

 

2. EL TEXTO FILOSÓFICO-FÍLMICO DE THE AWFUL TRUTH (II): LA FALLIDA LLEGADA DEL HOMBRE DE LA CASA

Jerry descubre que su mujer, Lucy, no está

El segmento que sigue al prólogo es sintetizado por Cavell del siguiente modo.

Al entrar en la casa con varios amigos, Jerry descubre que su mujer, Lucy, no está. Se inventa la explicación de que está con su tía Patsy en el campo, una explicación que se viene abajo cuando la tía Patsy aparece buscando a Lucy. (Cavell, 2004: 373; 2007: 371)

Vamos a asistir, por tanto, a que el relato planificado por Jerry no funciona. La expresión de Cavell de que “su mujer, Lucy, no está”, adquiere un doble sentido. El literal, su esposa, como veremos, ha dormido fuera. Y el del sentido que tiene su ausencia: ella no es alguien programado por él. Ella es libre. Recordemos que esto había sido lúcidamente trabajado por McCarey ya con la pareja protagonista de Part Time Wife (1930). (Peris-Cancio, 2016); (Peris-Cancio, Marco, & Sanmartín Esplugues, 2022: 317-363)

“¡Ha llegado ese hombre!”

McCarey era un maestro a la hora de presentar situaciones paradójicas. Se ve a Jerry Warriner que se anuncia a sí mismo, pero esa expresión de autoconfianza es engañosa. Sabe que ha maquinado un engaño y teme cómo puede reaccionar su mujer Lucy ante él. Por eso, ha señalado Cavell, que la presencia de los amigos la ha buscado a modo de protección. Aunque no le va a salir muy bien la jugada, y los llamados a parapetarle acabarán actuando como jueces. Vemos a Jerry que abre la puerta de su casa, seguido por un grupo de cuatro amigos. El recibidor es lujoso, con una escalera de peldaños interiores.

JW (a sus amigos): “¡Adelante! (Llamando hacia el interior, con voz alta) ¡Oye, Lucy! ¡Ha llegado ese hombre!”

Miss Heath (Violeta, interpretada por Bess Flowers, una de las amistades que le acompañan): “A lo mejor no te esperaba.”

JW (buscando aparentar mucha seguridad): “No, estará por aquí. Dejad vuestras cosas donde gustéis.” (Y lanza su abrigo y el sombre de modo despreocupado)

Hola, Mr. Warriner, qué buen aspecto tiene

Aparece Celeste (Kathryn Curry) una sirviente afroamericana, correctamente ataviada, incluso con cofia. Se acerca a Jerry.

JW: “¡Hola, Celeste!”

Celeste (probablemente al verlo tan bronceado): “Hola, Mr. Warriner, qué buen aspecto tiene.”

JW: “Gracias, Celeste, lo mismo digo.” La sirvienta se sonríe por el halago. “¿Dónde está Mrs. Warriner? Mira lo que le he traído de Florida.” (Le muestras una cesta con fruta)

Celeste: “Ha salido”.

JW (sujetando su expresión de sorpresa): “¿Ha salido?” Celeste asiente. Jerry mira de soslayo la reacción de Violeta Heath. “Hum… No importa (A Celeste) Ve y traénos un poco de licor y hallaremos un motivo para brindar. (Deja la cesta en el suelo para que la recoja Celeste. Se dirige a sus amigos) Vamos, pandilla, pasen. (Entran en el salón por la puerta por donde ha aparecido Celeste. Jerry entra el último no pudiendo evitar la contrariedad de su gesto)

Vamos, vamos muchacho. ¿Recibiste mi tarjeta? ¿Dónde está mamá?

Ya en el salón, la cámara muestra cómo por la puerta del otro extremo de la estancia Celeste llama al perro. Su aparición da a su amo algo de calor de hogar. Que la mascota ocupe el puesto de un retoño se hace notorio desde el primer momento Jerry se refiere a Lucy como si fuese la mamá del perrito.

Celeste: “Mr. Smith, mira quién está aquí.” (El animal sale corriendo a toda velocidad y se sube al pecho de Jerry)

JW: “Vamos, vamos muchacho. ¿Recibiste mi tarjeta? ¿Dónde está mamá? Mira, tengo algo para ti. (Pone a Mr. Smith en el suelo). Vamos, tómalo. (Hace saltar al can para que alcance el juguete que le ha traído. De reojo se apercibe de que Violeta Heath está mirando el correo, que se encuentra en una mesita auxiliar del salón)

JW (un poco molesto, a Miss Heath): “¿Qué haces, lees mi correo?”

Miss Heath (sin recato con su maniobra indagatoria): “Hay varias cartas para tu esposa. En el de ayer, también. (Con ironía). Espero que Lucy regrese con tan buen aspecto como tú.”

La caída de los sucesivos parapetos

Jerry mantiene el tipo, cada vez con menos éxito. Busca parapetos para dar una sensación de normalidad, que necesita él más que sus amigos. Su comportamiento es rígido, incapaz de mostrar duda o vacilación, autoimponiéndose una gran seguridad… sobre bases movedizas.

JW (en ese afán de dar explicaciones razonables, que no problematicen): “Probablemente, esté en lo de su tía Patsy. Siempre va allí cuando se siente sola. (Al fondo, en el segundo plano, se ve como Celeste entra con un carrito de servir el ponche. Jerry se acerca donde ella, mirando de reojo muy molesto a Violeta Heath). Gracias, Celeste, yo continuaré.”

Ya entiendo. ¡Estoy rodeado de chistosos!

La otra mujer del grupo, Mrs. Barnsley, interpretada por Wyn Cahoo, también mira de soslayo a Jerry con intención e ironía. Magistralmente McCarey ha creado ese clima comunicativo en el que Jerry quiere persuadir de una cosa que choca con lo que están pensando sus invitados.

Mrs. Barnsley: “Jerry.”

JW (un poco irritado, mientras sirve el ponche): “¿Qué?”

Mrs. Barnsley: “¿Y si la tía Patsy no estuviera en casa?” (Un plano de Mr. Smith jugueteando rebaja un poco la tensión, de lo que pudiera parecer un interrogatorio)

Voz de JW: “Ya entiendo. ¡Estoy rodeado de chistosos! (La cámara regresa a él que sigue sirviendo el ponche) No, en serio. Desearía que Lucy saliera y se lo pasara bien por ella misma de vez en cuando. Le hace bien.” (Lo dice mientras lo vemos pasar entre sus invitados, que se han sentado en unos sillones, para servirles el ponche).

Ése es el problema de los matrimonios de hoy. La gente siempre imagina cosas

Jerry intuye bien que la percepción de sus amigos capta lo que él verdaderamente piensa también y no es capaz de ocultar, a pesar de sus esfuerzos. Por eso se ve obligado a elevar el nivel de su discurso, y a comenzar sus peroratas sobre lo que arruina los matrimonios.

JW (como exponiendo un discurso ensayado previamente): “Ése es el problema de los matrimonios de hoy. La gente siempre imagina cosas. El camino a Reno[4] está asfaltado de sospechas. Y luego acabas en un tribunal de divorcios.”

Miss Heath (abiertamente irónica, mientras toma el ponche de pie): “¡El tipo tolerante de Rio Grande!”

JW (aceptando lo que le parece que es un envite por parte de Violeta Heath): “Si crees que tendré que poner a prueba mi tolerancia en cualquier momento, estás loca.”

Lucy está en la cabaña de su tía Patsy. Apuesto lo que sea

Como en un gesto para hacer más fuerte su posición, se sienta en el respaldo de uno de los sillones, de espaldas a la puerta de entrada del salón. Mientras habla aparece la figura de tía Patsy sin que él la vea.

JW: “Lucy está en la cabaña de su tía Patsy. Apuesto lo que sea. Por cierto, qué hermoso es ese lugar. Buena pesca…” (Los amigos de Jerry, que están sentados frente a él en un sofá, se levantan para saludar a tía Patsy) A veces, cuando el día está despejado en el lago, puedes ver… (Al darse cuenta del gesto de sus amigos se gira y ve a Patsy, quien le corresponde con un gesto de extrañeza o de escepticismo. Se para, mueve nerviosamente los dedos de la manos y procede a las presentaciones). Mrs. Barnsley, Miss Heath, Mr. Barnsley[5], Mr. Randall…. La tía Patsy.” (Se queda mirándola, gesticulando para contener su expresión. Camina con la copa de poche al otro lado)

Tía Patsy (en adelante TP, haciendo estallar por completo la hipótesis de Jerry acerca de que su esposa estaría con ella): “¿Tienes idea de dónde está Lucy? Sabes, me invitó a esta…”

 

3. EL TEXTO FILOSÓFICO-FÍLMICO DE THE AWFUL TRUTH (III): LA IRRUPCIÓN DE LUCY CON SU PROFESOR DE CANTO, LA DISCUSIÓN SOBRE LA FE EN EL MATRIMONIO Y LA DETERMINACIÓN SOBRE EL DIVORCIO

El matrimonio se basa en la fe. Cuando esta se ha perdido, se ha perdido todo

La aparición de Lucy con su profesor de canto es el golpe definitivo que desmonta la falsedad de los relatos que Jerry se había construido. Él no tiene más remedio entonces que cambiar el discurso, y pasar del intento de guardar las apariencias, a la apelación de la fe en el matrimonio. “El matrimonio se basa en la fe. Cuando esta se ha perdido, se ha perdido todo”.  Stanley Cavell resume este segmento con mucha vivacidad.

Entra Lucy Varriner (Irene Dunne), vestida de noche, seguida por Armand Duvalle, su maestro de canto, y cuenta una historia sobre un baile y el camino de vuelta, y el coche estropeado a muchos kilómetros de cualquier parte y el tener que pasar la noche en una posada de lo más incómoda. Jerry finge jovialmente creerse la historia y Armand le felicita por tener “una mentalidad europea”. Los invitados comprender que han de irse; también Jerry, que dice que su fe ha quedado destruida. Lucy expresa que sabe lo que quiere decir y le arroja una de las naranjas que Jerry le ha traído de Florida con la marca “California” estampada en ella. Le expone que ha vuelto a coger en una verdad, a lo cual él responde llamándola a ella “una filósofa”. Él a su vez filosofa, en un discurso que incluye frases como “El matrimonio se basa en la fe. Cuando esta se ha perdido, se ha perdido todo”. Ella le pregunta si él realmente ha querido decir eso y cuando él se reafirma. (Cavell, 2004: 373; 2007: 371)

La espectacular aparición de Lucy con su abrigo de visión blanco

The Awful Truth, de Leo McCarey
Irene Dunne aparece de modo impactante con su abrigo de visión blanco, pero es un distintivo de riqueza que quizá pueda no ayudarle a empatizar con los sentimientos de los otros. Imagen 2

Seguimos con la película. Se oye el ruido de la puerta de la vivienda. A continuación aparece Lucy en el salón con un espectacular abrigo de visón blanco. Se para, mira a los invitados y expresa su sorpresa.

Lucy Warriner (en adelante LW, con una mezcla de candor, inocencia… y algo de picardía): “¡Bueno! (El plano pasa de los invitados a ella sola. Saluda a Jerry) ¡Querido!”

JW: “¡Hola, querida!”

LW (confirmando que se ha apercibido de que está moreno): “¡Qué estupendo y bronceado estás! (Se gira rápidamente hacia su tía). Hola, Patsy, cariño. (de nuevo a su esposo) ¿Me echaste de menos? ¿Pensaste en mí?”

JW (mostrando la cesta, como una evidencia a su favor): “¡Mira lo que te traje!”

LW: “¿Del viaje a Florida? ¡Qué bueno eres!”

La sorprendente irrupción del profesor de canto

La cámara muestra la puerta del salón, en la que aparece Armand Duvalle (Alexander D’Arcy), el profesor de canto de Lucy. A continuación vemos a Jerry de frente que abraza a Lucy. Él quita algo del visión que tiene delante[6] para ver mejor al frente, es decir, para fijarse en Armand. Lucy nota algo y se gira.

LW: “Ya conoces a Armand Duvalle, querido.” (Vemos en el plano a Armand haciendo una reverencia. (Se oye la voz de Lucy). Pase, Armand. (La cámara nos lo muestra avanzando parsimoniosamente, y en contrates, a continuación un plano de los invitados que intercambian gestos. A continuación se nos muestra a Lucy con tía Patsy de espaldas, y al otro lado Jerry, que observa contrariado. Lucy hace las presentaciones). Mr. Duvalle, ella es mi tía, Miss Adams. (Un plano de los amigos y Lucy sigue dando a conocer a los presentes) Mr. y Mrs. Barnsley, Miss Heath, Mr. Randall.”

Un relato verdadero muy difícil de creer

En el remake de Alexander Hall, Let´s Do it Again (1953, Amor a medianoche), la escena paralela a esta es presentada como una pura maquinación de Lucy para hacer como de espejo a Jerry. En cambio, en esta versión original de McCarey la escena carece de este componente. La esposa cuenta lo que realmente ha sucedido aunque sea difícil de creer. Sin embargo, lo hace con tal ausencia de empatía hacia lo increíble que puede resultar lo ocurrido para su esposo, que la posibilidad de que indirectamente le quiera dar un escarmiento no se puede descartar por completo.

LW (a Jerry): “Lo pasamos terriblemente mal. El coche de Armand se averió anoche en medio de la nada… y tuvimos que quedarnos en un hotelucho sin comodidades modernas. ¡Fue espantoso! (Lucy se mueve en dirección a los invitados) Regresábamos del baile de graduación. Un alumno de Armand nos había invitado. Claro, es una larga historia (Se sienta en un sofá. Jerry la sigue con la mirada muy seria y los brazo cruzados), pero debo… ¡Hola!” (Saluda a Mr. Smith que aparece y salta para ponerse junto a ella)

El profesor de canto no resulta de ninguna ayuda

Armand Duval tampoco contribuye a una mejor empatía de Lucy con respecto a Jerry. Al contrario se expresa sin tener en cuenta para nada lo delicado de la extraña situación.

Armand Duvalle (en adelante AD, sin tacto alguno, se lo dice a Jerry): “Su esposa era la mujer más encantadora de la fiesta.”

LW (sentada en el sofá, con tía Patsy que se ha situado junto a ella, mientras juega con el perro): “Armand, siempre dice cosas tan bonitas. (Se da cuenta del juguete del perro y le dice a Jerry) ¿No es una monada? ¿Tú se lo has traído?”

JW: “Sí…”

LW (lanzándole el juguete): “¡Atrápalo! (Se ríe divertida de manera suave) ¿Te ha molestado que no estuviera aquí?”

JW (manteniendo el tipo): “Para nada. Después de todo, no me esperabas.”

AD: (muy atildado) “¿Y me perdonará por el imperfecto funcionamiento de mi coche?”

JW (queriendo mostrarse digno ante sus amigos): “¿Por qué? Por supuesto. Lamento que el hotel fuera tan incómodo. Es lo único que me molesta.” (Mira de soslayo a Armand)

Tiene una forma de pensar más europea

Armand no es capaz de leer que Jerry esté disimulando. Pero esto no le inhibe de sacar sus propias consecuencias precipitadas, que van a empeorar la situación.

AD (A Lucy): “Sabe, su marido no es como el americano medio. Está libre de toda sospecha.” (El gesto de Jerry desmiente lo que Armand está afirmando). Tiene una forma de pensar más europea, ¿no?”

JW (en el plano, frente a frente con Armand, siguiéndole todavía la corriente): “Sí. Eso es cierto. Así es, soy más del estilo europeo. ¿Quiere un ponche de huevo?”

AD: “Gracias.” (Va desde donde están al lugar donde se encuentra el carrito. Armand le sigue de cerca Jerry se gira para mirarlo. Al lado del carrito están sentados los invitados)

Mrs. Barnsley (subrayando la dificultad de creer la historia, en una clara muestra de tomar lo que le ocurre a sus amigos como un mero espectáculo para su diversión, sin medir las consecuencias de sus palabras): “No sé si la mentalidad de Jerry es europea o disparatada… pero es una maravilla. Si yo estuviera fuera toda la noche y regresara bailando con el apuesto Mr. Duvalle y dijera que su coche se averió…”

Fue así. ¿Por qué debería de enfadarse Jerry? Yo no fabriqué el coche

La intervención de Mrs. Barnsley sirve, por un lado, para mostrar la dificultad objetiva de la situación que se ha creado entre los esposos Warriner. Peo al mismo tiempo retrata una amistad superficial, que no muestra la menor intención de actuar con sensatez para no acentuar el desencuentro entre Jerry y Lucy.

LW (en el plano, con el mismo candor que viene mostrando en la escena): “Fue así. ¿Por qué debería de enfadarse Jerry? Yo no fabriqué el coche”.

JW (en el plano con Armand, mientras le sirve el ponche, esforzándose por mantener una imagen de ecuanimidad): “Tienes toda la razón, querida.”

LW (muy inocente): “Pues claro que sí. (Justificando lo acertado de su posición): No se puede estar felizmente casado si siempre sospecha el uno del otro.” (Plano de Violeta Heath y de Frank Randall compartiendo un gesto irónico)

Voz de JW (en la misma línea): “De nuevo tienes razón. (Ahora en el plano con Armand) ¿Un poco de nuez moscada?”

AD: “Por favor.”

La extremada inocencia de Lucy… que puede revelar una cierta intención

Que Armand no se apercibiese de aquello en lo que realmente estaban pensando los amigos de Jerry era en cierto modo disculpable. No tanto que Lucy actuara con una inocencia tan rígida, como si desconociese la ironía de los amigos de Jerry, que también son suyos en cierta medida. Por eso no descartamos algo de intencionalidad por su parte, queremos señalar de nuevo. Algo así como que es necesario que Jerry caiga en la cuenta de que cómo siente un esposo o esposa cuando no tiene muy claro dónde se encuentra el otro o la otra. Esta escena puede hacer pensar en una hermenéutica semejante

LW (en el plano con el visón y la gargantilla): “¿Por qué los aburro con asuntos privados?”

Miss Heath y FR (en el plano): “No estamos aburridos.”

LW (como ratificando todavía más su relato, y abriendo la sospecha hacia el de Jerry): “A nadie le interesa mi aventura, pero Jerry sabe que es algo inocente… tanto como que él acaba de regresar de Florida.”

FR (en el plano con Violeta, se le atraganta el ponche al escuchar lo de “regresar de Florida”, tras haber escuchado las ambiguas expresiones de Jerry bajo la lámpara de rayos ultravioleta): “Entiendo lo que quieres decir.” (Mira a Jerry)

La situación apunta a ponerse más tensa

Las toses que le han surgido a Frank Randolph muestran que la situación apunta a ganar en tensión. El espectáculo puede dejar de ser divertido para ellos, por lo que los invitados comenzarán a mostrar su intención de marcharse.

JW (intentando mantener la normalidad): “¿Alguien quiere más bebidas? Todavía queda bastante.”

Mrs. Barnsley (tomando la iniciativa): “No, gracias, creo que mejor nos vamos.”

JW (en el plano con Armand): “No todos tienen que irse, ¿verdad?”

AD (jovial, al margen de la dinámica del grupo): “¿Irnos? No.”

Lucy (en un plano general de todos, con ella de espaldas): “Bueno, es una tontería irse tan pronto.”

Mr. Barnsley: “De verdad, debemos irnos.” (Van desfilando todos)

Ya te veré más tarde, querida. Siempre digo que cuatro son multitud

También tía Patsy hace intención de marcharse, por lo que Lucy la detiene para preguntarle. La mujer madura sí que ha leído bien la situación, y entiende que es necesario que ella hable a solas con su esposo.

LW: “Patsy, querida, ¿adónde vas? No he podido hablar contigo.”

TP (decidida e irónica): “Ya te veré más tarde, querida. Siempre digo que cuatro son multitud.”

JW (al que vemos en el fondo, sentado juvenilmente en el respaldo de un sillón junto a Armand, como mostrando que su actitud está a punto de cambiar): “Sí.  Hay algo en lo que ella dice.” (La cámara se acerca a Armand, a quien Jerry le añade nuez moscada en su copa de ponche).

AD: “Gracias.” (En el plano vemos a Lucy, que se quita el abrigo, y mira a Jerry con algo de desdén)

El cambio de actitud de Jerry

Una vez sus amigos han abandonado en su casa, Jerry sí que va a sacar a relucir sus auténticos sentimientos. No es alguien que se tome con frialdad que su mujer pueda haber pasado una noche con otro hombre. De lo que todavía no es capaz es de dejarse interpelar de un modo igualitario.

JW (a Armand): “¿Tiene hambre?”

AD (sin inhibiciones): “A decir verdad, estoy famélico.”

JW (como explotando por fin): “¿Por qué no se va por ahí a pegar un bocado? (Plano de Lucy que ha colocado el abrigo y está muy atenta a la reacción de Jerry) Un hombre fuerte debe cuidarse.”

AD (sin entender sus palabras): “¿Por qué? ¿Qué he hecho?” (Ahora el plano nos muestra que Lucy se frota nerviosa las manos) Si se refiere a anoche, le aseguro que…” (Se ve a Armand y a Jerry, y a Lucy de espaldas)

LW (interviniendo): “¿No creerás…?”

JW (cambiando el tono): “Ya lo discutiremos a solas. Claro si Mr. Duvalle recuerda dónde está la puerta.”

La proverbial torpeza de Armand en sus explicaciones

El cambio de actitud de Jerry provoca las protestas de Lucy y de Duvalle. Pero sus expresiones todavía siembran más dudas en Jerry. Por su proverbial torpeza.

LW (protestando): “¡Jerry!” (Mira a Duvalle).

AD: “Para que haya justicia, debería permitirme quedarme y que nos expliquemos.”

LW (con voz resignada): “Las mujeres americanas no estamos acostumbradas a las galanterías, Armand. Gracias por su ofrecimiento, pero más vale que se vaya.”

AD (insistiendo): “Disculpe, Mrs. Warriner, me malinterpreta. Soy profesor de canto, ¿verdad? Ella ha sido mi alumna desde hace un año. Y, de vez en cuando, le doy unas palmadas. (Hace un gesto) Es decir, la felicito por su … progreso.

JW (irónico): “¿De verdad?”

AD: “¿Me explico?”

JW: “Sí. Lo ha hecho muy bien.”

Así es, Armand, nadie podría acusarlo de ser un gran amante

La insistencia de Duvalle en dar sus explicaciones genera más dudas. Como si su vanidad o su egocentrismo le impidiera vislumbrar qué es lo que les pasa a los Warriner.

AD: “Pero, ahora, debe considerar mi posición. Nunca me he visto envuelto en un escándalo.

JW (mordaz, cambiando el sentido): “¿Nunca lo han pillado?”

AD (muy digno, pero entrando por terrenos resbaladizos): “No. Soy un gran profesor, no un gran amante.”

LW (empeorando las cosas con su aclaración): “Así es, Armand, nadie podría acusarle de ser un gran amante.”

JW (reaccionando), “Huh?”

AD: “Hmmm.”

LW (intentando explicarse): “Eso es. Quiero decir, ¿a quién le corresponde decir si lo es o no lo es? ¡Todo es una tontería! Pero quizás sea mejor que se vaya.”

La retirada de Armand

El discurrir de los acontecimientos va haciendo que Armand entienda que está de sobra. No por su voluntad pero al fin comprende que debe marcharse.

AD (por fin confuso): “De verdad, no sé qué decir.”

JW (punzante): “Si se va, no tendrá que decir nada.”

AD (resignado): “Tal vez sea mejor así, Mrs. Warriner.”

LW: “Eso creo.” (Le besa la mano)

AD: “¿Nos veremos pronto?”

LW: “Sí.”

AD (de modo imprudente, sembrando ambigüedad): “Todo ha sido tan perfecto. (A Jerry) Gracias por todo.”

JW (mordaz, en el plano): “Salga a saludar. No es una mala actuación para no haber ensayado.”

Vaya, Mr. Warriner, se ha salido de su mentalidad europea (se ríe y Luy también)

Armand se percata, por fin, que Jerry ha estado fingiendo un modo de pensar que verdaderamente no siente. Lo expresa y esto va a facilitarle que se explaye ante Lucy a solas con toda crudeza, frente a la inocencia de ella.

DA (sonriendo): “Vaya, Mr. Warriner, se ha salido de su mentalidad europea (se ríe y Luy también. Se marcha)

LW (intentando suavizar el ambiente): “Lo que ha dicho sobre tu mentalidad europea ha tenido su gracia.” (Vemos a Jerry en el plano y a Lucy de espaldas)

JW: “Sin duda, él tiene mejor sentido del humor.” (Y se pone al lado de Lucy en un plano americano)

LW: “Oh, no, siento no coincidir contigo aquí. Ahora tú eres dos veces más gracioso.” (Plano de Mr. Smith que se acerca)

JW: “Sin rodeos, Lucy.”

LW: “Yo no estoy intentando…”

Eso basta para destruir la confianza, ¿no es así?

La conversación ya entra en el terreno del reproche. Jerry ya da por hecho que Lucy le ha sido infiel, y le echa en cara… todo aquello con lo que él también ha parecido estar jugando desde el comienzo de la película.

JW (amargo): “Quizás nuestro matrimonio no signifique nada para ti.”

LW (protestando). “Oh, sí que significa.”

JW: “Quizás ya no sientas nada por mí. Mira esto. (En medio otro plano de Mr. Smith). Mira, te escribí una carta. (Plano de ella que escucha en silencio) ¿Te molestaste en leerla? No. (Sigue la voz de Jerry mientras la cámara enfoca a Lucy) Sabías que llegaría una carta cada mañana… (Lucy mientras él habla coge una naranja de la cesta y se fija que la etiqueta pone una etiqueta de california.) … pero estabas muy ocupada con Armand Duvalle para pensar en ello. Eso basta para destruir la confianza, ¿no es así? (Ahora con Jerry en el plano, brazos en jarras). Ya no tengo fe en nadie”.

El contraataque de Lucy

Lucy antes se había expresado diciendo “A nadie le interesa mi aventura, pero Jerry sabe que es algo inocente… tanto como que él acaba de regresar de Florida.” Y podía haber hecho pensar que algo sospechaba. Que las naranjas vengan de California y no de Florida le resulta un prueba casi palpable.

LW (misteriosa): “Sé cómo te sientes.”

JW (desconfiado, en el plano): “¿Qué quieres decir?”

LW (lanza a Jerry la naranja y vemos como él la mira de reojo, lee la etiqueta y silba disimulando): “En ninguna de tus cartas mencionaste las terribles lluvias de Florida. Los periódicos no hablaban de otra cosa.” (JW se acerca)

JW (plantado delante de ella): “Puedo explicarlo, Lucy.”

LW: “¿Puedes? ¿Sí?”

JW: (esquivando la oportunidad de explicarse y haciendo justo lo que va a criticar): “No trates de cambiar de tema. Para ti un gran ataque es la mejor defensa. No trates de justificar tu comportamiento con insinuaciones sobre mí.”

Has venido a casa y me has cogido en una verdad, y parece que no hay nada más ilógico que la verdad

El choque es ineludible porque cada uno desde su rigidez no cree al otro, esto es, no le da la oportunidad de expresarse con confianza. Más bien vamos a asistir a un combate. En esta primer fase, una pugna que los llevará a una distancia cada vez mayor. En el final de la película, una dialéctica que los llevará a la reconciliación.

LW (protestando): “No tengo necesidad de justificar ningún comportamiento. No he tenido suerte, eso es todo. Has venido a casa y me has cogido en una verdad, y parece que no hay nada más ilógico que la verdad.”

JW (irónico): “Mmm. Una filósofa, ¿eh?”

LW (con algo de desazón): “No me crees.”

JW: “¿Cómo puedo creerte? ‘El coche se averió.’ La gente dejó de creer eso antes de que los coches pudieran averiarse.“

LW (protestando de nuevo): “Su coche es muy viejo.”

JW (mordaz): “Y su historia también. (Un plano del perro resta acritud a la escena). Déjame decirte algo.”

Los pronunciamientos sobre el fin del matrimonio

Encelados en la discusión, Jerry y Lucy ven su matrimonio como víctima de una insuperable crisis de confianza. La paradoja que envuelve a los dos es que ninguno de ellos hace nada por restaurarla. Más bien se empeñan en cavar el foso del antagonismo. Caer en la cuenta de ello y plantearse que sea necesario rectificar será el centro de la trama.

LW (firme): “No. Déjame a mí decirte algo. Te he dicho toda la verdad sobre esto, Jerry. ¿Es que no lo ves? No puede haber dudas en el matrimonio. Todo se basa en la fe[7]. Si has perdido eso, pierdes todo.”

JW (en la misma línea, pero con un sentido negativo, fatalista): “Sí, supongo que cuando eso desaparece la fe, se acabó el matrimonio, ¿no?”.

LW (asombrada, con los brazos en jarras): “¿Lo dices en serio?”

JW: “Sí.”

LW: “De acuerdo. Esto pone todo en su sitio.”

JW: “Creo que sí.”

LW: “No seguiría viviendo contigo aunque estuvieras bañado en platino. Entonces sigue, sigue. Divórciate de mí. Será un placer.”

La determinación de divorciarse

Los Warriner no han hecho gesto alguno de ponerse en la piel el uno del otro. Rígidos, han expuesto sus argumentos y han llegado a lo que sus puntos de partida establecían. Esto es, a certificar la pérdida de confianza el uno en el otro.

JW (frío): “¿Divorciarme de ti? Estás loca. ¿Crees que llevaré a ese melómano a juicio para que todos vean a quién prefieres?”

LW: “Entonces yo me divorciaré de ti. Creo que de algún modo es la costumbre que la mujer inicie la demanda. Tiene algo que ver con la caballerosidad del marido.”

JW (determinado): “Inicia los trámites del divorcio. Lo estoy deseando.”

LW (igualmente resuelta): “Llamaré a nuestro abogado ahora mismo.”

JW: “Bueno, toma.”

LW: “¿No te importa? No conozco a nadie más. Tú vas mucho más por ahí que yo”.

JW: “¿En serio?” (Plano del perrito. Plano de Lucy marcando el teléfono)

La conversación con el abogado

McCarey interpoló la escena que viene a continuación, para rebajar el tono de confrontación que habían tenido los últimos diálogos entre Jerry y Lucy. Una muy similar la había presentado ya en Part Time Wife. Con ella quería reforzar el sentido de comedia, frente a la posible interrogación del público acerca de si se estaba ante un melodrama.

Cavell concentra así su sentido.

Su abogado, al teléfono, le dice repetidamente a Lucy que no se precipite, que el matrimonio es algo muy hermoso. La mujer del abogado le interrumpe repetidas veces, preguntándole por qué tienen que ser molestados, a lo que él repetidamente le replica, tapando el auricular, que cierre la boca. (Cavell, 2004: 373; 2007: 371)

El matrimonio es una cosa maravillosa

La escena muestra al abogado de Lucy (Edmund Mortimer) que contesta al teléfono. La habitación parece la propia de un despacho que está incorporado a la vivienda. Su estilo es clásico y bien cuidado.

Abogado (en el plano, contestando al teléfono, con pausas que indican que Lucy le habla, si bien no se escuchan sus palabras.): “¿Hola?… Hola, Lucy… ¿Cómo dices? ¿Divorciarse? ¿Jerry y tú? No, no, Lucy. No te precipites con algo de lo que vayas a arrepentirte después. El matrimonio es una cosa maravillosa y…”

Esposa del abogado (interpretada por Sarah Edwards, aparece en la pantalla con una servilleta): “¿No puede llamar después de comer?”

Abogado (tapando el auricular, a su esposa, molesto pero contenido): “Por favor, cállate, ¿quieres?… (Al teléfono) Pareces alterada, Lucy. Trata de calmarte. No me gustaría que te precipitases en un asunto como este.”

Acaba de comer. ¿Por qué no te llaman más tarde?

McCarey va a seguir la regla de tres en cuanto al gag que está presentando. El abogado trata de convencer a Lucy de que el matrimonio es algo maravilloso, al mismo tiempo que se ve obligado a discutir con su mujer. En efecto, por segunda vez el letrado canta las maravillas de la alianza conyugal, mientras su esposa le regaña por el hecho de que esté atendiendo el teléfono a las horas de comer.

Abogado (sigue hablando con Lucy): “El matrimonio es una cosa maravillosa y vosotros…”

Esposa del abogado (seca): “Acaba de comer. ¿Por qué no te llaman más tarde?”

Abogado (tapando de nuevo el auricular, más enfadado, a su esposa): “Por favor, cierra la boca… (Al teléfono) Como estaba diciendo, Lucy, el matrimonio es una cosa maravillosa. Cuando hayas estado casada tanto tiempo como yo, lograrás apreciarlo también.”

La tercera discusión: “Cierra ya esa bocaza enorme. Comeré cuando me parezca bien y esté listo»

La insistencia de la esposa va en aumento. También se incrementa la correspondiente irritación del abogado, que, sin embargo, permanece inalterable cuando habla a Lucy y le plantea las bondades del matrimonio.

Esposa del abogado: “Tu comida se enfría. Siempre te quejas de la comida. ¿Cómo espera que yo…?»

Abogado (tapando el auricular): “Cierra ya esa bocaza enorme. Comeré cuando me parezca bien y esté listo. Y si no te gusta, ya sabes qué hacer. ¡Así que cállate!… (Al teléfono) Lucy querida, el matrimonio es una cosa maravillosa.”

La comicidad de la escena no debe impedir captar la paradoja que está trasmitiendo. El abogado habla convencido del ideal del matrimonio, aunque tenga sus momentos de contradicción. O quizás, la raíz más profunda de la maravilla del matrimonio es que sea capaz de resistir las tormentas superficiales de las discusiones cotidianas. O incluso que se alimente de ellas.

 

4. EL TEXTO FILOSÓFICO-FÍLMICO DE THE AWFUL TRUTH (IV): LA ACTUACIÓN DE LUCY EN EL TRIBUNAL Y LA APARICIÓN DE DAN LEESON (RALPH BELLAMY) COMO ASPIRANTE A CASARSE CON ELLA CUANDO SE VERIFIQUE EL DIVORCIO

El divorcio de los Warriner en los tribunales

Tras el fundido vemos que los intentos del abogado por apaciguar a Lucy han fracasado y la pareja ha llevado su divorcio a los tribunales. Stanley Cavell destaca lo más relevante de esta escena. “Ante el tribunal con el que comienza el procedimiento, Lucy engatusa a Mr. Smith (el foxterrier de la pareja) para que escoja vivir con ella. Jerry exige su derecho a visitarlo.” (Cavell, 2004: 374; 2007: 371)

Un cartel advierte: JUZGADO DE LO CIVIL. Estamos a la puerta de este y la cámara enfoca a Celeste estirando al perro de la correa.

Celeste (hablando al perrito): “Ves, como eres un perro revoltoso, te echaron de la sala. Vamos.”

En el caso de Warriner vs. Warriner, el tribunal dicta una sentencia de divorcio interlocutoria a favor de la demandante

Plano del interior del tribunal, en el que se ve al juez (Paul Stanton) en su estrado, con dos escribientes delante de él.

Juez (estableciendo el veredicto): “En el caso de Warriner vs. Warriner, el tribunal dicta una sentencia de divorcio interlocutoria a favor de la demandante, Mrs. Lucy Warriner. Si no es impugnado más adelante, el divorcio adquirirá carácter definitivo pasados los 90 días desde esta fecha. (La cámara va retrocediendo y se ve a la izquierda del espectador a Jerry de espaldas con su abogado, interpretado por Mitchell Harris) y a Lucy con el suyo, interpretado por Edmund Mortimer, al que ya se ha conocido en la escena anterior) La demandante y el demandado serán entonces libres para contraer nuevas nupcias, si así lo desean.”

El asunto de Mr. Smith

El plano muestra ahora a Jerry sentado y a su abogado junto a él de pie. Al fondo de la sala se ven muy pocas personas asistiendo como público.

Abogado de Jerry: “Su Señoría, queda un asunto sin resolver.”

JW: “El asunto sobre…”

Abogado de Jerry: “Mr. Smith.”

JW: “Sí, Su Señoría, Mr. Smith.” (La cámara toma a Lucy que mira a Jerry)

Voz del juez: “¿Quién es Mr. Smith?”

Abogado de Jerry: “Mr. Smith es el perro de ambos.”

La controversia sobre la custodia de la mascota

Con claridad la discusión sobre a quién le corresponde la custodia del perro funciona como un desplazamiento de lo que hubiese podido ser una controversia sobre unos posibles hijos. Los Warriner no expresan una menor pasión en sus pretensiones que si aquél fuera el caso.

JW (levantándose y dando un golpe en la mesa que tiene delante): “No, Mr. Smith es mi perro.”

LW (en el plano con su abogado): “¿Ah sí?”

Juez (en el plano): “¡Silencio!”

JW (ahora sentado): “Pero, verá, Mr. Smith me pertenece y lo tiene ella.”

Juez: “Muy bien, prosiga.”

Abogado: “El animal está en poder de Mrs. Warriner. Usted le ordenó salir al comienzo, por desacato. Mr. Warriner quiere tenerlo porque…”

JW: “¡Porque es mío!”

LW (en el plano con su abogado): “No lo es.”

JW (en el plano con el suyo): “Sí, lo es.”

LW (en plano): “No lo es.”

La necesidad de veredicto judicial

Las posturas son infantilmente encontradas. Más allá de lo que signifique el foxterrier para cada uno de ellos, hay una clara muestra del pugilato que han comenzado a desarrollar desde la decisión de divorciarse.

Voz del juez (Lucy está en el plano): “¡Silencio!”

LW: “No lo es.” (Se sienta. Plano de Jerry y su abogado que se sientan también)

Juez (ahora en el plano): “Mrs. Warriner, póngase de pie y dígame por qué el perro le pertenece, así el tribunal puede decidir si debe permanecer con usted.”

LW (mientras se acerca al estrado): “Nada me gustaría más. (Una vez junto al juez). Su Señoría, yo vi primero a Mr. Smith. Estaba en la tienda de mascotas de Madison Avenue. ¿La conoce? (El juez niega con el gesto) ¿No? Está entre la 47 y.…”

Juez (en el plano con una leve sonrisa): “Eso no viene al caso.”

LW (sonriendo también): “Bueno, debería conocerla. Decidí comprar a Mr. Smith pero me giré un segundo para mirar a un gato persa. ¿Le gustan los gatos?”

Juez: “No”.

Un matrimonio para darle un hogar a la mascota

El relato de Lucy muestra el modo tan ligero como ella y Jerry se plantearon su matrimonio: para dar hogar a la mascota. Un gag que la actriz Irene Dunne había empleado ya seis años antes en la película Consolation Marriage (Paul Sloane, Un matrimonio en peligro, 1931). Allí una mujer y un hombre, cuyos respectivos prometidos les han abandonado para casarse con alguien de más poder económico, acuerdan contraer nupcias sin asumir el compromiso propio, para mutua consolación. Y lo hacen tras visitar una exposición canina, en la que un cachorro les toca el corazón, y deciden acceder al matrimonio para darle un hogar común a la mascota.

LW (con naturalidad, empatizando con el juez en el poco gusto por los gatos): “A mí tampoco. Así que volvía a girarme y este hombre tenía a Mr. Smith en brazos. Le dije: ‘Disculpe, voy a comprar este cachorro.’ Y él entonces me sonrió. Luego, como sin querer, los tres estábamos almorzando, el hombre, Mr. Smith y yo. (Plano del juez con contenida expresión de perplejidad) Luego las cosas fueron deprisa y le dije: ‘Será mejor que nos casemos’, y eso hicimos. (Plano del abogado de Jerry asombrado, mientras su cliente mira al suelo. Plano de Lucy y el juez). Así, le podíamos darle a Mr. Smith un hogar mejor y entonces vivir felices para siempre. (El juez la mira) Hasta ahora.”

Juez: “Entiendo.”

En estos casos de custodia, señora… siempre dejamos que la decisión final la tome la parte involucrada

La aparente locura del relato de Lucy -como el de Consolation Marriage– en realidad revelan algo más profundo. Hay algo en la elección matrimonial que escapa al cálculo o a cualquier otro tipo de racionalidad que no admita su misterio inabarcable. El juez continúa con el proceso.

Juez: “En estos casos de custodia, señora siempre dejamos que la decisión final la tome la parte involucrada.”

LW (plano de ella, llevándose el dedo a los labios, como empezando a diseñar una estrategia): “¿Se refiere a Mr. Smith?”

Juez (a los ujieres): “Traigan al perro. (Mientras lo hacen vemos al juez y a Lucy, con actitud expectante) La custodia del perro se otorgará según lo que él mismo decida. (Plano de Jerry que asiente, junto a su abogado). Mr. Warriner, ¿quiere subir aquí?”

JW: “Sí, Su Señoría.”

Cada uno, llame al perro

La pugna entre Jerry y Lucy por conseguir la custodia de Mr. Smith. Imagen 3

Se ve al ujier, que entra con Mr. Smith cogiéndolo de la correa. Lo acerca al estrado y lo sitúa entre Lucy y Jerry. El plano dispone al juez y al escribano a la izquierda del espectador; en el centro Lucy y Mr. Smith; más a la derecha al fino el ujier y delante de él Jerry.

Juez: “Quítele la correa. Cada uno, llame al perro.”

JW: “Mr. Smith, ven, muchacho.”

LW: “Smitty, mira aquí arriba. (Lo van llamando, y se alternan los planos de ellos y de la mascota mirando)

JW (en el plano): “No le hagas caso. Vamos, muchacho.” (Plano del foxterrier que está indeciso).

LW (sonriendo): “Mira aquí. Soy yo. (Plano del perro. Plano de ella). Smitty, mira aquí.”

JW; “No, no lo hagas!”

El truco de Lucy

La escena, que resulta cómica, al tratarse de un perro, no deja de tener el trasfondo más doloroso cuando se piensa que habitualmente este tipo de decisiones, a decir del juez, son las partes involucradas, los hijos, quienes las toman. McCarey no rehúye este tipo de consideraciones.

En el plano vemos a Lucy que tras asegurarse de que el juez no ve lo que va a hacer, saca de la manga de su abrigo un juguete de Mr. Smith. Aquél que le había traído Jerry el día de su discusión. Al enseñarle a Mr. Smith, la mascota salta donde ella.

LW: “He ganado, ¿no?”

Juez (dictando resolución): “La custodia del perro se otorga a Mrs. Warriner.”

El derecho a las visitas de Jerry

En perfecto paralelismo con lo que ocurre con los hijos menores en los procesos civiles de separación o divorcio, Jerry plantea sus derecho a las visitas.

JW (protestando): “Su Señoría, eso no es del todo justo. Debería ver al perro dos veces al mes.”

Juez (atendiendo su petición): “Lo tomaré en consideración.”

LW (pasando por delante de Jerry con el perro atado): “Adiós.” (Y le da la mano a Jerry)

JW: “Gracias. Adiós.”

LW (mientras avanza hacia la mesa donde ha estado): “Adiós, Su Señoría.” (Llega al lugar y coge la cesta de fruta  que el espectador sabe que le ha regalado Jerry)

JW (ansioso): “No se olvidará, ¿verdad, Juez?”

Juez (repitiendo): “Lo tomaré en consideración.”

JW: “Sí, pero, ¿cuándo lo sabrá?” (Fundido)

¿Una vista en el tribunal que no aclara nada?

Con mucha frecuencia en las películas de Hollywood de los años treinta las escenas con tribunales eran esperadas como un lugar en el que finalmente se aclaraban las cosas. Podemos poner como ejemplo de John Ford Judge Priest (El juez Priest, 1934) en la que la comunidad que asiste al procedimiento experimenta algo así como una catarsis colectiva.

No ocurre esto con The Awful Truth. McCarey parece querer ocultar al espectador un relato de los hecho que pudiera dar algo de luz sobre lo que verdaderamente ha ocurrido. Si uno de los dos, o los dos, o ninguno, ha sido infiel. Ninguno de estos interrogantes se ve resuelto en el Tribunal. ¿Eso implica que la vista judicial no aclara nada?  Creemos que sí aporta información relevante. El relato infantil de por qué se casaron ofrece una pista bastante sólida: el matrimonio de los Warriner está por rehacerse por completo. The Awful Truth es por pleno derecho una comedia de renovación matrimonial de las analizadas por Stanley Cavell (Cavell 1981; 1999).

Las escenas de la aparición de Dan Leeson (Ralph Bellamy) y su contraposición con Jerry

Las escenas que vienen a continuación sirven para presentar al posible rival de Jerry en el corazón de Lucy, su vecino Dan Leeson (Ralph Bellamy). Cavell nos aporta su visión sintética.

La tía Patsy quiere que salgan del apartamento ella y Lucy y tener algo de diversión para variar. (Desde el momento en que ellas están vestidas con galas de noche, podemos hacernos a la idea de que no es la primera vez que ellas se encuentran vestidas sin saber a dónde ir). Lucy objeta que no tienen un acompañante. La tía Patsy sale con determinación y vuelve con su vecino del pasillo de enfrente, Dan Leeson (Ralph Bellamy), al que ella ha rescatado efectivamente de tener que salir solo. Dan expone que es de Oklahoma, de los del “aceite”; cuando la tía Patsy saca la conclusión de que está adobado, él, para sorpresa nuestra, capta el chiste, incluso estruendosamente. Jerry toma este momento para aparecer para su hora de visitas a Mr. Smith, al que acompaña al piano. Los demás salen.

A la mañana siguiente la madre de dan le advierte sobre las mujeres en general y en particular sobre esa clase de mujeres. La tía Patsy advierte a Lucy en contra de que actúe por rebote, señalándole que sus tostadas se le están quemando. (Cavell, 2004: 374; 2007: 371-372)

Aquí nunca pasa nada fuera de lo normal

Tras el fundido, vemos un plano del apartamento de Lucy, y al fondo a la tía Patsy que pasa por delante de la puerta. En primer término se encuentra un arco, y a la derecha del espectador una mesa. La tía de Lucy entra en el salón donde esta su sobrina sentada en un sofá, mientras lee una revista. Plano de ella y de Lucy.

TP (mirando por la ventana del salón): “¡Mira cómo llueve!”

LW (agria): “¿Por qué? ¿Hace algo aparte de caer?»

TP (sin inmutarse): “No lo creo. Aquí nunca pasa nada fuera de lo normal.”

LW (rectificando su mal humor): “Patsy, lamento que estés tan aburrida esta noche.»

TP (irónica): “¿Por qué esta noche? Llevo aburrida hace un mes. Si hubiera sabido que íbamos a estar encerradas, nunca me hubiera mudado.”

No te habría pedido que vinieras a vivir conmigo si hubiera sabido que al divorcio le sigue un período de reajuste

La situación de las dos mujeres nos suministra dos datos relevantes. Que ha pasado ya un mes desde la sentencia del tribunal. Y que Lucy todavía no conocido nadie más, ni ha hecho nada por ello. Muestra una tendencia a la pasividad, de la que tendrá que salir para conocerse mejor y, en el caso de recuperar a Jerry, hacerlo desde una más genuina libertad.

LW (justificándose): “No te habría pedido que vinieras a vivir conmigo si hubiera sabido que al divorcio le sigue un período de reajuste.”

TP (irónica de nuevo): “¡Reajuste! ¡No me vengas con eso! Ahora a la cara mustia le dicen reajuste”.

LW (cariñosa): “No seas tonta. De todos modos, ¿adónde pueden ir dos mujeres solas?”

TP (animándola): “Conoces a docenas de hombres que harían cualquier cosa por salir contigo. Hago que te arregles para salir y luego desistes y te niegas a hacerlo.”

LW (en el plano, cariñosa): “Eres una vieja gruñona.”

Quiero ir adonde haya vida

La tía retrata en sí misma lo que en fondo debe desear Lucy y no es capaz de manifestar. Es una muestra de empatía entre mujeres, que McCarey había sabido dibujar muy bien en Indiscreet, su película con Gloria Swanson (Peris-Cancio, Marco, & Sanmartín Esplugues, 2022: 366-415)

TP (se escucha su voz): “Quiero ir adonde haya vida.” (Ahora ya en el plano) Y no me refiero a la vida vegetal. Quiero ir al teatro. Ya sabes. Y luego ir por ahí a bailar y esas cosas.” (Se coge la falda y da unos pasos de baile simpáticos)

LW (señalando la ventana): “Pero no puedes salir con esta lluvia.”

TP (rápida): “¿Por qué? ¿No hay taxis?”

LW (sentenciosa, mientras lee la revista): “No hay acompañante.”

TP (rebelde): “Salvo que exista una nueva ley, no lo necesito para tomar una copa. lré al bar a encontrarme con Joe. Que sea un camarero o no, no deja de ser un hombre. A lo mejor termina temprano.”

Caricatura de un deseo: “Estás hablando con una mujer desesperada”

Con mucha libertad, McCarey está dibujando a través de Patsy la caricatura del deseo de su sobrina, la imperiosa necesidad de romper el círculo vicioso en el que se ha metido.

LW (entre alarmada y divertida): “¡Patsy, no lo harás!”

TP (con desparpajo): “¿Que no lo haré? Estás hablando con una mujer desesperada.”

LW (Al perrito, que ha entrado corriendo): “Hola, Smitty, ven arriba, muchacho. (A su tía) ¿No es adorable?”

TP (exagerando su ironía): “¡Qué lástima que no pueda llevar chistera!”

LW (en el plano, se para, se ríe y le dice a su mascota): “¿Has oído lo que ha dicho?”

Creo que es maravilloso que nos hayamos conocido de esta forma

Vemos en el plano la puerta y a la tía Pasty que sale. Camina decidida hacia el ascensor. De la puerta de enfrente sale un vecino. Lleva chistera. Va canturreando. Pronto sabremos que es Dan Leeson (Ralph Bellamy). Lo vemos cómo de espaldas se acerca al ascensor. Lo alcanza. Ambos se dan la vuelta. Dan se quita el sombrero y se atusa el cabello. Tía Patsy hace también un gesto coqueto. Ambos se sonríen. Llega el elevado y se abre, apareciendo un ascensorista. Ella hace un gesto de ceder el paso al caballero. Se da cuenta rápidamente que es impropio de una dama y rectifica rápidamente con gesto de reproche hacia ella misma. Entran en el ascensor.

Dan Leeson (en adelante, DS): “¿Me pregunto si me haría un favor?”

TP: “Bueno, claro, pero depende. (Se cierran las puertas. Plano del marcador del ascensor, a modo de manecillas de un reloj, que baja desde el piso doce. Al llegar al piso tercero vuelve a subir. Otra vez en el piso doce, se abre. Se ve a Patsy y a Dan Leeson que hablan animados). Imagínese. Usted viviendo en frente de nosotras todo este tiempo. Creo que es maravilloso que nos hayamos conocido de esta forma.” (Van del brazo y se sonríen)

Mr. Leeson acaba de llegar de Oklahoma, Lucy

El plano nos presenta a Lucy que sigue leyendo la revista mientras acaricia al perrito. Oye la puerta y se incorpora un poco alerta. La cámara se sitúa detrás de ella y vemos de frente a su tía con Dan Leeson, cogidos del brazo.

TP (algo triunfal): “Lucy, te presento a Mr. Leeson. (A Dan Leeson) Ella es mi sobrina, a quien quería conocer. Se llama Lucy Warriner.”

LW (en el plano, sentada con Mr. Smith junto a ella): “¿Cómo está? ¿Quiere sentarse?”

DL (en el plano, sentándose al lado de ella; la mira embelesado): “Gracias.”

TP (a Lucy): “Mr. Leeson acaba de llegar de Oklahoma, Lucy. Es nuevo en la ciudad. Lo consideraría de buenas vecinas por nuestra parte que le mostráramos los mejores lugares.”

LW (sorprendida y recelosa): “¿En serio? Está lloviendo a cántaros. No creo…”

Sí, con mi madre. Estamos de visita. Estoy en lo del aceite

Tía Patsy rápidamente va a cambiar el sentido de la frase de Lucy. Ahora que ya tienen acompañante no quiere que se eche atrás. No es exactamente una acto de mediadora, de celestina, como veremos más adelante. Simplemente quiere que su sobrina salga de este estado casi depresivo en que se encuentra.

TP (en el plano, mientras se sienta, interrumpiendo a Lucy): “Es exactamente lo que yo dije: ‘No creo que la lluvia nos detenga.’”

DL (en el plano, entre tía Patsy y Lucy, corroborando la determinación de la tía): “Además, creo que parará en unos minutos, Miss Warriner.” (Obsérvese que Lucy no ha sido presentada como casada, y ella no rectifica cuando se refiere a ella como si fuera soltera)

TP (dando las explicaciones): “Mr. Leeson es un vecino. Vive enfrente, con su madre. Es lo que ha dicho, ¿no?”

DL (asintiendo, y mostrando que es soltero): “Sí, con mi madre. Estamos de visita. Estoy en lo del aceite”.

TP: “Marinado, por así decirlo.”

El afán de agradar de Dan

Dan quiere agradar, causar buena impresión. Y cree que haber impactado positivamente en el parecer de tía Patsy supone haber avanzado. Por eso recibe con agrado el chiste. Cavell, hemos visto, está seguro de concebir así sus palabras. Pero no se puede descartar tampoco que el comentario de Patsy simplemente no entendiera que “oil” (aceite) se refería a petróleo.

DL (con risas exageradas): “¡Qué buen chiste! Tengo que acordarme de contárselo a mi madre.” (Lucy en el plano, hace morritos a Mr. Smith y juguetea con él. No parece muy interesada en su vecino)

TP (manteniendo la cortesía de la conversación): “Mr. Leeson, ¿por qué no nos cuenta algo sobre Oklahoma?”

DL (en el plano, halagado): “Oklahoma es fantástica. Tengo un pedazo de rancho allí. Me gustaría que la visitara algún día, Miss Warriner.”

LW (en el plano, con Dan Leeson a su izquierda y Mr. Smith a la derecha): “No voy por ahí demasiado.» (Y hace un gesto de arrugar la nariz, para indicar que no le gusta)

DL (insistiendo): “Tengo ganado y caballos, gallinas y alfalfa, y.…”

La inesperada visita de Jerry

Se oye que alguien llama a la puerta con los nudillos, lo que hace detenerse a Dan Leeson. Tía Patsy se levanta y la cámara la sigue hasta la puerta. La abre y aparece Jerry.

TP (educada, aunque sorprendida): “Hola, Jerry.”

JW (jovial, la saluda con un abrazo y un beso): “Patsy, ¿cómo va todo?”

TP (separándolo un poco): “No te esperábamos.” (Mira hacia el salón, torciendo la lengua)

JW (mirándola complacido, quizás anticipando que puede ser una situación comprometida para Lucy): “¿Por qué, qué sucede? (Entra en el salón. La cámara la sigue. Se para y al ver a Mr. Smith juguetea con él) ¡Hola, amigo! Mr. Smith, ¿cómo has estado? (Se da cuenta de la presencia de Luy y Mr. Smith al fondo) Estaré contigo en un momento, muchacho. Sí, seguro.”

¿Has olvidado que es mi día de visita a Mr. Smith?

Es el primer encuentro entre Jerry y Dan. Lucy se pone nerviosa, y le pregunta por el motivo de su visita. No es capaz de mantenerse serena ante su presencia. No hay indiferencia. Al ver a Jerry, Lucy y Dan se levantan.

LW: “Hola, Jerry.”

JW: “Hola, Lucy.”

LW (molesta): “¿Se puede saber qué haces por aquí?”

JW (muy seguro): “¿Has olvidado que es mi día de visita a Mr. Smith? (Le enseña el papel del veredicto judicial) Aquí lo dice.”

LW: “¿Qué?” (Coge el papel y lo lee)

JW (falsamente): “Lo siento, mucho.”

Las presentaciones

Hasta ahora Lucy no había manifestado su situación a Dan, como esposa en trámite de divorcio. La irrupción de Jerry forzará a ello.

LW: “Mr. Leeson, le presento a mi esposo. (Le señala con la mano extendida y luego la baja en señal de desprecio. Él está con las manos cruzadas muy formal) Es mi marido sólo durante… ¿Cuánto falta, sesenta días?”

JW (precisando): “Cincuenta y nueve.”

LW: “Así está mejor, sólo durante cincuenta y nueve días. (A Daniel Leeson, con ironía). Y no se preocupe por él, tiene una forma de pensar muy europea.”

DL (un poco azorado): “Bueno, hola…”

JW (mientras toma la mano de Dan): “Disculpe, ¿qué dijo?»

DL (como excusándose): “Encantado de conocerlo.”

¿Cómo puede estar encantado de conocerme? Sé cómo me sentiría si estuviera con una chica y entrara su marido

McCarey deja pronto claro que el forcejeo entre Lucy y Jerry continúa. Sus encuentros son desencuentros en los que continuamente se están intercambiando golpes. Algunos de ellos ya comienza a recibirlos el vecino Dan Leeson.

JW (con desparpajo): “¿Cómo puede estar encantado de conocerme? Sé cómo me sentiría si estuviera con una chica y entrara su marido.”

LW (que sigue leyendo el papel del juzgado): “Apuesto a que sí.”

JW (a Lucy, recriminándola): “No creo que debas ir por ahí diciéndole a la gente que no estás casada. Parece un buen tipo. ¿Cómo crees que se siente?”

LW (le devuelve la comunicación judicial): “¿Por qué no vas a jugar con el perro?”

JW (coge el papel y avanza hacia el otro lado del salón): “Sigan haciendo lo que estaban haciendo. No se preocupen por mí.”

La presencia de Jerry aumenta el interés de Lucy por Daniel Leeson

La situación que plantea McCarey nuevamente se explica por el ambiente que crea. Se ve un plano de Daniel Leeson y Lucy con gesto de incomodidad. Jerry avanza hacia el piano, al lado del cual se encuentra Mr. Smith.

JW (a Mr. Smith, mientras juega con él): “¿Hay perros nuevos en el vecindario? ¿Perseguiste muchos gatos? (Plano de Daniel Leeson, Lucy y tía Patsy; ésta mira a Jerry con gesto divertido)

LW: “Siéntese, Mr. Leeson. (Ahora sí siente deseos de continuar con la conversación, cuando antes estaba completamente desinteresada. Sin duda, más que conocer al vecino lo que le mueve es molestar a Jerry) Cuénteme más acerca de Arizona.”

DL (corrigiéndola): “Oklahoma.”

LW (más expresiva que en toda la escena anterior): “Eso es, Oklahoma. ¡Qué cabeza la mía!”

JW (a gritos a Lucy): “¿Está teniendo bien de comer últimamente? No tiene muy buen aspecto”

Jerry capta bien lo que está haciendo Lucy y no duda de devolver el golpe por medio de Mr. Smith. No hace falta insistir en el paralelismo de las peleas entre esposos divorciados que se trasladan a los hijos. En el plano vemos a Jerry jugando con Mr. Smith.

JW (a gritos a Lucy): “¿Está teniendo bien de comer últimamente? No tiene muy buen aspecto.”

LW (rápida): “Tú tampoco estás muy bien.” (Jerry encaja el golpe; Daniel Leeson se ríe mientras la mira embelesado; ella también se ríe un tanto forzada)

JW (insistiendo): “No creo que haga suficiente ejercicio. Tiene ojeras.” (Daniel Leeson se vuelve a reír y Lucy le dice con el dedo que no lo haga; el vecino obedece)

TP (a Dan Leeson): “El tribunal determinó que él podría visitarlo incluso más a menudo.”

JW (a Mr. Smith): “¿Qué tal una canción, muchacho?” (Jerry toca al piano y Mr. Smith aúlla a modo de canto)

El intercambio de golpes va a más

La actitud desinhibida de Jerry sólo puede explicarse por su afán de incomodar a Lucy. Pero es igualmente inequívoco que este modo de actuar parece revitalizar a Lucy, que sale de ese estado un tanto depresivo en el que la veía su tía.

LW (A Daniel Leeson, intensificando su interés): “Sí. Verá, no podemos hacer nada. No se preocupe, Mr. Leeson. Prosiga.”

DL (prosigue con su proverbial confianza en sí mismo): “Mi negocio es el petróleo (oil)”.

LW: “¿Al petróleo?” (DL mira molesto hacia Jerry y los ladridos del perrito. Plano de Jerry tocando satisfecho)

JW (a Mr. Smith): “¡Cántala!” (Vemos en un plano cómo lo hace el perrito. Plano de Jerry riéndose)

DL (en el plano; se le escucha con dificultad por los ladridos): “Me va bastante bien. Tengo una hacienda. Mi afición son los caballos.”

TP (haciendo un juego de palabras con “hobby” -afición- y “horses” -caballos-): “¡Los de juguete!”

La resolución de Lucy de salir

Lucy estaba poco inclinada a salir con Daniel Leeson. La actitud de incordio de Jerry le empuja a hacerlo. Lucy y Dan no pueden hablar por el espectáculo de su marido con Mr. Smith. Lo vemos en el plano muy divertido acariciando al perrito.

LW (tirándole la revista a la cabeza a Jerry): “Vamos, salgamos de aquí.” (Plano de Jerry extrañado. Mira cómo salen hacia la puerta. Lucy toma su abrigo. Dan Leeson y la tía no se los habían quitado.”

TP: “Adiós, Jerry.”

DL: (mientras ayuda a Lucy a ponerse su abrigo): “Adiós, Warriner.” (Ella no dice nada y pega una patada con el talón hacia dentro -algo así como, “que te fastidies”-. Plano de Jerry que, recostado en el suelo, recibe el gesto con una sonrisa. Le agrada haber conseguido enfadarla)

En mi rancho tengo un gallito rojo y una gallinita marrón y también se pelean todo el tiempo. Pero, de vez en cuando, hacen las paces y se hacen muy amigos

Dan Leeson, sin embargo, capta con sutileza, que las peleas entre los todavía esposos son un signo ambiguo. Lo contrario del amor es la indiferencia, no las pequeñas reyertas. Vemos cómo salen Lucy, tía Patsy y Dan Leeson, que es el último y cierra la puerta. Tiene el gesto serio.

LW (captándolo): “¿Qué sucede?”

DL (a Lucy): “¿Seguro que no le gusta ese tipo?”

LW (con firmeza): “¡Gustarme! Ya ha visto cómo lo traté, ¿no?”

DL (penetrante): “A eso me refiero. En mi rancho tengo un gallito rojo y una gallinita marrón y también se pelean todo el tiempo. Pero, de vez en cuando, hacen las paces y se hacen muy amigos.” (Llega el ascensor y todos pasan dentro. Fundido)

Es lo que pensé. Quítate a las mujeres de la cabeza

Vemos a Dan Leeson por el pasillo de su apartamento. Se pone un pañuelo mientras entra en el comedor. Su madre, Mrs. Leeson (Esther Dale) está sentada junto a la mesa, dispuesta a desayunar. Dan se arregla el pañuelo en un espejo que hay en la pared de enfrente.

DL: “Buen día, ma.”

Mrs. Leeson (en adelante ML, reprendiéndole): “¿Y bien? Era de día cuando volviste.”

DL (eufórico): “Me lo pasé genial. Conocí a una chica…”

ML (cortante): “Es lo que pensé. Quítate a las mujeres de la cabeza.”

DL (humilde): “No puedo, ma.”

ML (con un paralelismo que muestra, probablemente, un desplazamiento de afectos): “¿No puedes? Es lo que siempre decía tu padre.”

No tiene nada de malo que me guste un hombre sensato y considerado. Ya estuve casada con uno que era insensato y desconsiderado

El plano anterior se corta y ahora vemos de nuevo la casa de Lucy Warriner. Está también desayunando con la tía Patsy.

LW (justificándose): “Claro que me gusta Dan Leeson. ¿Por qué no? Es dulce y considerado. Deberías ser la última en poner objeciones, tú me lo presentaste.”

TP (explicándose a su vez): “Era alguien que podía sacarnos a pasear. No esperaba que perdieras la cabeza por él.”

LW (defensiva): “No tiene nada de malo que me guste un hombre sensato y considerado. Ya estuve casada con uno que era insensato y desconsiderado.”

TP (ve que sale humo de la tostadora, y observa con gesto escéptico, o como una advertencia de que no la encuentra muy centrada): “Se quema tu tostada.”

No hables así de Lucy. Estoy loco por ella. Me parece que yo también le gusto. Creo que estoy enamorado

La cámara nos hace regresar al apartamento de los Leeson. La madre sigue con sus averiguaciones. Sus comentarios son extremados. Pero compensan la ceguera del joven.

ML: “¿Cómo se llama?”

DL: “Lucy Warriner.”

ML (sin más fundamento que su capacidad de sospechar): “Probablemente sea un alias.”

DL (muy seguro de sí mismo): “Te reirás por hablar así cuando conozcas a Lucy.”

ML (avanzando en su percepción negativa): “Ella no querrá conocerme. Sabe que cualquier mujer puede ver a través de ella.”

DL (corrigiéndola con suavidad): “No hables así de Lucy. Estoy loco por ella. Me parece que yo también le gusto. Creo que estoy enamorado.”

¿Sabes lo que es un rebote?

La labor de tía Patsy va también en el mismo sentido que lo que intenta la madre de Dan Leeson. Sospecha de esos enamoramientos tan rápidos después de una situación de ruptura. Con la presencia de Dan Leeson busca animar a su sobrina, pero no animarla a un nuevo proceso sentimental. Le advierte de moverse por un posible rebote (también podríamos traducirlo por despecho, si bien la energía con la que cree obrar Lucy hace más propicio aquel sustantivo).

TP (advirtiendo a Lucy): “¿Sabes lo que es un rebote? Ese asunto de intentar superar un amor rebotando hacia el amor de otro. Está bien, salvo que el rebote extrañamente es una cosa real. De hecho, es como una cama elástica. Hay un primer rebote, un segundo, y… Mírame. Terminas como una vieja pelota de tenis.”

Todo ha terminado con Jerry, ya no significa nada para mí. No lo amo, y probablemente nunca lo hice

La actitud de Lucy no parece en principio receptiva. Pero en realidad se está preguntando por primera vez lo que ha supuesto Jerry en su vida. La pasión con la que dice que le odia avala la tesis de Dan Leeson y las gallinitas de su corral: hay razones que son paradójicas, y muestran lo contrario de lo que verbalizan.

LW (defendiéndose): “Bueno. Lo de Dan Leeson va en serio. Me gusta muchísimo. Todo ha terminado con Jerry, ya no significa nada para mí. No lo amo, y probablemente nunca lo hice. Estoy segura de que nunca lo amé. Ahora lo odio. Eso te sorprende, ¿no? Odio a Jerry Warriner y me gusta mucho Dan Leeson. Espero que esté loco por mí, porque es el hombre mejor que he conocido. (Mira su gesto escéptico). Ya sé, se quema mi tostada.”

 

5. EL TEXTO FILOSÓFICO-FÍLMICO DE THE AWFUL TRUTH (V): EL ENCUENTRO ENTRE LUCY Y JERRY Y SUS ASPIRANTES A PAREJA EN UN CLUB NOCTURNO

La escena en el club nocturno. Una primera constatación de la dificultad de Lucy y de Jerry para encontrar unos mejores candidatos a ser parejas suyas

Tras estas escenas que revelan escenas más bien íntimas de la vida de Lucy Warriner y de Dan Leeson, McCarey plantea una situación que hace de contraste. En un club nocturno, con orquesta, canciones, baile y espectáculo… los Warriner van a poder constatar que no es nada fácil encontrar una pareja que se les vaya mejor a su modo de ser, a sus deseos de felicidad. Cavell resume estos momentos de un modo muy personal.

En un club nocturno, Dixie Belle, la amiga de Jerry canta y representa “My Dreams are Gone with the Wind”. En cada repetición del estribillo, una corriente de aire que sube del suelo levanta la falda ligera de Dixie Belle cada vez más arriba y ella al final renuncia a mantenerla por bajo, o, en otras palabras, levanta sus manos.

Poco antes de eso, Lucy y Dan han entrado en el club y han cogido mesa. Jerry les lleva a Dixie Belle para presentarla; cuando ella se levanta para su actuación, Jerry se autoinvita para unirse a Dan y a Lucy. Al conocer a Dixie Belle, Lucy había felicitado sinceramente a Jerry por encontrar una agradable compañía para él, poniendo de relieve por sorpresa su buen gusto. Ahora, después de haber presenciado su actuación, parece no estar tan segura. (Cavell, 2004: 374; 2007: 372)

Estoy enamorado del amor. ‘En la primavera, la fantasía de un joven se convierte en lo que estuvo pensando todo el invierno’

Nosotros vamos a ir más despacio gustando de los pequeños detalles y expresiones. Tras el fundido el plano vemos un salón de baile, un club nocturno. La cámara enfoca las escaleras de acceso, y se ve cómo van accediendo los clientes en su mayoría parejas. A continuación se centra en Dixie Belle Lee (Joyce Compton) y a Jerry Warriner en una mesa de ese club nocturno. Él mira hacia abajo. Estaría corroborando las tesis de Lucy del desajuste tras el divorcio.

Dixie Belle Lee (en adelante DBL) (al verlo de ese modo, cariñosa): “Eres muy dulce y todo eso, pero siempre piensas en otra cosa. O quizás en otra persona. ¿No es así, corazón?”

JW (nostálgico): “No, estoy enamorado del amor. ‘En la primavera, la fantasía de un joven se convierte en lo que estuvo pensando todo el invierno.’ (Cambiando de tono, volviendo a su modo incisivo de preguntar) ¿Cuánto tiempo has estado hablando como Amos y Andy[8], eh?”

DBL: “Oh, durante bastante tiempo. Me di cuenta de que me ayuda con mi trabajo. Así que, mientras viva de mi trabajo, deberás disculparme por mi acento sureño.”

El sentido social de la comedia de McCarey

El personaje de Dixie Belle Lee es representativo de cómo McCarey introduce el sentido social en su comedia. Frente a la vida de lujo de Lucy y Jerry, o del propio Dan (viajes, deportes, ropa exclusiva, diversiones, nula preocupación por como ganarse la vida…), ella representa el mundo de los que tienen que luchar por salir adelante, y que por ello tienen capacidad de empatizar con aquellos para los que la vida no les resulta tan fácil (afroamericanos).

Y sin embargo, el inicial sentido de superioridad que Jerry y Lucy expresan ante ella se acabará trasformando. Lucy imitará su modo de hablar y de bailar cuando quiera recuperar a Jerry. Como si el poco estilo de Dixie Belle Lee ya no fuera algo que despreciar. Como si lo que hubiera que poner en cuestión es un modo de vida en el que el saber estar está más unido a representar un cierto status económico, que a verdaderamente saber querer a las personas por ellas mismas.

Vaya, que me parta un rayo, ¿quién es esa hermosa criatura?

En medio de la conversación con Jerry, Dixie Belle Lee no puede evitar ver a una mujer con mucho estilo que aparece en el club.

DBL (muy espontánea): “Vaya, que me parta un rayo, ¿quién es esa hermosa criatura?” (Ambos miran hacia la entrada. En el plano se ve a Dan Leeson con Lucy y al maître que los conduce. Ella lleva abrigo negro y un sombrero de gama alta)

JW (irónico): “¿Has oído el chiste que anda por la ciudad? ¿Quién era la dama que vi contigo?»

DBL (captándolo): “Quieres decir que ésa no es una mujer, es tu esposa, ¿no?”

Quizás sea porque estoy muy feliz. Piénsalo, Lucy. Serás mi esposa

El plano es ahora de Dan Leeson y Lucy, que han pasado por la pista de baile y suben las escaleras. La cámara recoge como se sitúan en una mesa, con la pista de baile detrás de ellos. Si nos fijamos se ve al fondo cómo Jerry Warriner y Dixie Belle Lee bajan a la pista y se ponen a bailar.

DL (a Lucy): “Éste es el sitio que más me gusta de todos los lugares en los que he estado.”

LW: “¿De verdad?”

DL: “Quizás sea porque estoy muy feliz. Piénsalo, Lucy. Serás mi esposa.”

LW: “Sí, lo estoy pensando.”

DL: “Esperé que lo fueras incluso desde la primera noche que te conocí. No veo la hora de que salga la sentencia definitiva.”

LW (rebajándole el ansia): “Ya la emitirán, Dan.”

El encuentro entre parejas

En su baile, Jerry y Dixie Belle Lee se han acercado a la mesa de Lucy y Dan, no de una manera casual. Jerry busca ese encuentro sin parapetos.

LW: “Por cierto, aquí viene mi esposo.” (Plano en el que se le ve bailando con Dixie Belle y se acerca)

JW (que ha dejado de bailar, con Dixie Belle Lee a su lado, Se detiene la música. Aplausos): “Hola, chicos.”

LW y DL: “Hola.”

JW (desde la pista a Lucy y Dan): “Ella es Dixie Belle Lee. (A la chica) Mrs. Warriner y Mr. Leeson, el caballero con el que Mrs. Warriner se casará.”

DBL: “Es un placer conocerlos.”

JW (mientras suben para acercarse a Lucy y Dan): “Vamos”.

Así que se van a casar. Me alegré de oír la noticia

La actitud nostálgica de Jerry al comienzo de esta escena hace más que explicable que quiera a acercarse a Lucy, aunque todavía no sepa muy bien por qué, y sólo sea capaz de reconocer que “está enamorado del amor”.

JW (cortés): “¿Seguro que no interrumpimos nada?”

DL (un poco desconcertado): “¿Qué quiere decir?”

JW (jovial): “¿No quieren tomar una copa con nosotros?”

DL: “Oh, sí, desde luego.”

JW (expeditivo): “Siéntese. (Hace que Dan se siente de modo que él queda junto a Lucy. Se sienta). Vaya, ¿no es acogedor? (Plano de JW que mira fijamente a Lucy; ella desvía la mirada hacia Dan, que observa expectante. De nuevo Jerry mira a Lucy. McCarey se recrea en esta intercambio de miradas. Por fin Jerry habla). Así que se van a casar. Me alegré de oír la noticia. Y me dije (Plano de Dan): ‘Ese Leeson es el hombre ideal para Lucy.» (Dan se ríe halagado, bajando la cabeza) Y luego me dije…'»

La continuidad de Lucy en el pugilato: “Siempre habla consigo mismo”

Lucy percibe que Jerry tiene una intención de control de la situación que no es de su agrado. No necesita que bendiga sus intenciones de contraer matrimonio. Ni mucho menos que halague a Dan. Por eso mantiene su pugilato con él y lo frena.

LW (cortante, a Dixie Belle Lee): “Siempre habla consigo mismo. (Mirando alrededor) ¿No es un lugar encantador?”

DBL (ilusionada): “¿De verdad te gusta? Me alegra tanto. Me siento casi si fuera mío.”

LW (amable): “¿Vienen aquí seguido?”

DBL (contenta, en el plano): “Trabajo aquí, ¿no sabías eso?”

LW (sorprendida): “Oh, no.”

DL (en el plano, sonriendo): “Usted es del Sur, ¿verdad?”

La creciente atención a Dixie Belle Lee

El modo de ser más sencillo y espontáneo de Dixie Belle Lee va concentrando la atención de la mesas. Ella recibe con buen humor la observación de Dan. Le nace ser acogedora.

BBL (amable): “Bueno. ¿No es un caballero inteligente? ¿Cómo lo has adivinado?”

DL (sencillo): “No sé, fue sólo un palo de ciego.” (Plano de los cuatro)

JW (señalándola, para continuar con la atención sobre ella): “Pero Dixie Belle Lee no es su verdadero nombre.”

LW: “¿No?”

JW: “No, no. Sabes, se lo cambió porque su familia puso objeciones a que trabajara en el mundo del espectáculo.”

DBL (en el plano): “Mis padres creían que iba a descarrilarme cuando decidí empezar a trabajar.”

LW (sonriendo de modo acogedor): “Estoy segura de que tendrás mucho éxito y se sentirán orgullosos de ti.”

Momentos antes de la decepción hacia la actuación de Dixie Belle Lee

Lucy muestra su mejor disposición hacia ella. Pero pronto la perderá. Como se verá, y ya lo hemos anticipado con la cita de Cavell, el número musical que interpreta tiene un componente provocativo, lo que rebaja su cualidad artística. Sin embargo, McCarey muestra que el sentimiento de superioridad que les genera tras haberla conocido en persona tiene mucho de farisaico, por lo que se impondrá una rectificación a lo largo de la película.

DBL (conmovida): “Gracias. Es muy amable de tu parte. Mejor voy a prepararme. ¿Pueden quedarse a ver mi número?”

LW (determinada): “Nos quedaremos.”

DL (levantándose de modo caballeroso): “Nada podría movernos de aquí.”

DBL: “Nos vemos más tarde, entonces” (Se levanta y se va hacia los camerinos).

LW (sincera): “Parece una buena chica.”

JW (también sincero): “Lo es.”

La salida de Dixie Belle Lee y el regreso de Jerry hacia posiciones de dominio

La salida de Dixie Belle permite a Jerry regresar a la posición de dominio de la situación. Quiere ser él quien juzgue los nuevos pasos que están dando Lucy y Dan. Con una finalidad muy clara: hacer dudar a Lucy sobre que sean acertados. Se alinea con las tesis de la tía Patsy acerca del rebote.

JW: “No hablemos más de Dixie Belle por el momento. Hablemos de ustedes. (El gesto de Lucy manifiesta incomodidad). ¿Así que va a irte a a vivir a Oklahoma, Lucy? ¡Cómo te envidio! (Plano de Lucy, que parpadea nerviosa. Jerry habla articulando de modo exagerado con picardía). Desde niño creí que ese nombre estaba lleno de magia. (Plano de Dan sonriendo muy halagado. Plano de Jerry pronunciando con énfasis) Oklahoma.” (Plano de Lucy expectante)

Dl (muy ufano, con la cámara sobre él): “Vamos a vivir en Oklahoma City.”

JW: “¿En la misma Oklahoma City? (Plano de Dan asistiendo y a continuación de Jerry que se gira hacia ella. Habla con la máxima expresión de la ironía) Lucy, eres una chica con suerte. Se acabó el ir por los clubs nocturnos. Se acabó ir de compras por las tiendas de New York. (Plano de Lucy, en el que se le nubla el rostro. Plano de los tres, los hombres a los lados, Lucy de frente) Pensaré en ti cuando se estrene un nuevo espectáculo y diré ‘Menos mal que se libró de esto’.”

“Sé que disfrutaré de Oklahoma City”

Lo que podríamos señalar como autorreferencialidad de Dan Leeson es el filón que Jerry ha localizado para inquietar a Lucy. Dan es un hombre sin malicia, pero está tan convencido de las bondades de su tierra y de su modo de vivir, que no es capaz de plantearse si serán igualmente positivas para Lucy.

DL (pontificando): “New York está muy bien para visitar, pero no me gustaría vivir aquí.”

LW (intentando refutar a Jerry): “Sé que disfrutaré de Oklahoma City.”

JW (rápido): “Pues claro. Y si se pone aburrido, siempre puedes ir a pasar el fin de semana a Tulsa. (Lucy en el plano acusa de nuevo el golpe. Plano de Jerry) Creo que un cambio tan grande le hace bien a uno.”

DL (insensible de que está hablando de un cambio para ella, no para él): “Así es. Sé que no es el lugar, pero Lucy me dijo que son dueños de una mina de carbón.»

La mina de carbón

Hasta ahora Jerry había dominado el tablero de sus relaciones con Dan y Lucy. Pero ahora el hombre de Oklahoma ha sacado su punto fuerte: los negocios. Y va a querer revisar cómo han gestionado Lucy y Jerry una propiedad común, la de una mina.

JW (molesto, con gesto sombrío): “¿Qué pasa con ello?”

LW (contenta de haber cambiado el tono de la conversación): “Sí. Mr. Leeson pensó que quizás a él le gustaría comprar tu parte. (La cámara se le acerca) Claro, si el precio es apropiado. Le comentaba a Mr. Leeson, o sea, a Daniel, acerca de lo mal que nos iba, y él pensó que podría hacerlo mejor.”

JW (en el plano): “Supongo que también le contaste que no había carbón en la mina.” (Gesto de Lucy negando)

DL (en el plano): “Bueno, si le interesa, puede traer los datos mañana. Yo tengo mucha suerte. ¿Sabes cómo me dicen en casa? (Lucy hace un gesto para detenerlo y que no lo diga).

JW (con intención): “Puedo adivinarlo.”

La actuación de Dixie Belle Lee: “My Dreams Are Gone With the Wind”

En ese momento suena la música. Dan y Jerry giran sus sillas para verla bien. En el escenario Dixie Belle Lee aparece con un vestido largo de tejido ligero. Sube a una especie de tarima en la pista de baile, delante de la orquesta. Los focos se centran en ella. Jerry cambia su asiento al lado de Lucy. Dixie Belle comienza a cantar. En el momento que repite el estribillo, una corriente de aire que viene de abajo le sube las faldas, lo que ella intenta parar. Lucy, Jerry y Dan ponen gesto de incomodidad.

Continúa con la canción, y al repetir el estribillo, se suben sus faldas mostrando sus piernas. Jerry se tapa la cara. Dan baja la mirada. Lucy no puede evitar reírse. Jerry pone su mano delante de su boca. Plano de Dixie Belle Lee. Vuela provocar la corriente el mismo efecto que antes, y todos repiten sus gestos de vergüenza. Pero el plano ya muestra a Dan con una mirada un poco pícara hacia las piernas de Dixie Belle.

JW (a Lucy, excusándose): “Acabo de conocerla.”

La tercera subida del viento en la canción de Dixie Belle Lee

Vuelven a subir las faltas de Dixie Belle por acción de la corriente. Los gestos comienzan a ser consternados. Dixie Belle ya no sujeta su prenda, y se muestran sus piernas con medias hasta una especie de pantalón interior. Se retira corriendo entre los aplausos del público. Gesto cabizbajo de Jerry mirándose las uñas. Lucy también tiene la mirada hacia el suelo.

LW (un poco caustica): “Creo que era más fácil para ella cambiar de nombre que para toda la familia cambiar el suyo.”

DL (sincero): “Eso gustaría mucho en el Oeste.” (Jerry se ríe)

LW (aprovechando para atacar a Jerry): “Parece que se lleva muy bien con este vaquero.”

Sólo soy una tonta sin nada que ocultar

La letra de la canción[9] sugiere una contraposición entre quienes están seguros con lo que tienen y quienes se dejan conmover por sus sueños. Es decir, entre quienes ponen la propia seguridad por encima de arriesgarse a amar, y quienes hacen lo contrario.

Dixie Belle Lee (Joyce Compton), una actuación provocativa en un sentido profundo de la palabra, pues interroga sobre la nueva mujer, el puritanismo farisaico, la mirada machista, la lucha por la vida…”. Imagen 4

Solía soñar con una cabaña pequeña.  Una casita junto a una cascada.

Pero terminé sin hogar.

Mis sueños se han ido con el viento.

A lo largo de mi vida he ido a la deriva con la marea. Dejé que el romance me llevara de paseo.

Sólo soy una tonta sin nada que ocultar.

Mis sueños se han ido con el viento.

Una vez mi amor y yo paseamos bajo el cielo. Mano a mano juntos.

Pero ahora estoy sola. Y cuando el romance ha volado.

Seguro que hay un tiempo tormentoso.

Pensé que mi camino estaría pavimentado con oro. Yo fundí mis sueños en un molde encantador.

Pero ahora sé que estoy fuera en el frío.

Mis sueños se han ido con el viento.

La enseñanza de la canción de Dixie Belle Lee

La expresión “sólo soy una tonta sin nada que ocultar” es la que parece que da pie a que la coreografía de “My Dreams Are Gone With the Wind” incorpore ese número al que hemos calificado de provocativo, y que el resto de los protagonistas califican sin ninguna duda de ser de muy mal gusto.

Sin embargo, McCarey no parece ponerse del lado de sus personajes en esta ocasión. Como ya expusimos con ocasión de Part Time Wife, en el cine clásico americano la excesiva exposición del cuerpo de la mujer e incluso su desnudez[10] exige liberación de la mirada dominadora del varón y aceptación de la corporalidad de la mujer.

Una nueva relación, en donde la vivencia del deseo del varón –y de su propio deseo como mujer– pueda ser integrada por la conversación de los que se reconocen como amigos, enamorados y compañeros, de los que cultivan el tú-a-tú, de los que van de la libertad a la libertad, de los que practican la mutua entrega y la comunión íntima renunciando a la coacción, de los que son y se comportan como iguales y solidarios. (Peris-Cancio, Marco, & Sanmartín Esplugues, 2022: 356)

El “suspenso” de Lucy y Jerry en el camino de la complementariedad

La vergüenza puritana que Lucy y Jerry escenifican le hace escandalizarse, farisaicamente, de quien acaban de reconocer como una buena chica. Suspenden en su camino hacia la complementariedad. Es cierto que comentario de Dan Leeson -“Eso gustaría mucho en el Oeste”- se sitúa en una perspectiva machista, todavía más rechazable (Mulvey, 1999).

Pero lo que ninguno de los tres son capaces de entender es que existe una nueva demanda de mutua aceptación entre el varón y la mujer, que necesariamente incluya el diálogo más profundo sobre el deseo, la unión y lo que se espera de la vida. McCarey les tiene reservado todo un ejercicio del aprendizaje de este tipo de relación en las escenas finales.

La necesidad de cambiar de tema

Jerry, incombustible, encuentra entonces una nueva oportunidad para poner el foco sobre Lucy y Dan, y la relación que se va tejiendo entre ellos. Pero lo que va a venir tiene, a los ojos de Cavell, un gran trascendencia para que valoremos lo que se nos está proponiendo.

Cuando Jerry corrige la impresión de Dan de que a Lucy no le gusta bailar, Dan, de quien nos enteramos de que es un campeón de baile, la lleva a la pista. La música cambia y Dan es movido a bailar su especialidad (jitterbugging) en la pista. Jerry disfruta tanto con el el gusto de Lucy por la vida campestre. Acerca su silla al borde de la pista, cruza las piernas y los brazos, descuidadamente, perfectamente, de frente a los que bailan y a la cámara, mirando directamente al mundo con una sonrisa tan encantadora como Cary Grant puede esbozar, el mejor emblema del espectador que es objeto de contemplación -la película se vuelve explícitamente hacia su público, para preguntarle quién está escudriñando a quién- que yo conozco en el cine. Pienso en ello como una imagen hierática del ser humano, lo humano transfigurado en el cine [… ][11] Llamaremos a esto el final del acto primero. (Cavell, 2004: 374; 2007: 372)

La ocultación a Dan de que Lucy es una gran bailarina

El motivo para cambiar de tema es una invitación de Jerry para que Dan y Lucy se vayan a bailar. Surge entonces el dato de que Lucy es una gran bailarina. Algo que puede ser aplicado biográficamente en el caso de Irene Dunne y su gran actuación en escenas de baile en Showboat (James Whale, Magnolia, 1936), como ya tratamos en la contribución anterior.[12]

JW (apurado a Lucy): “¿Quieres cambiar de tema? ¿Por qué se levantan a bailar? ¿O es que no baila?”

DL (resignado): “A Lucy no le interesa mucho el baile. (A Jerry) ¿No lo sabía?”

JW (se gira, la mira a ella y luego le mira a él, pone gesto de extrañeza): “¿Lucy no se lo ha dicho? Se lo está ocultando. Es una fantástica bailarina. Solía llamarla: ‘Pies Movedizos.’ Hola, Pies Movedizos.”

DL (alegre): “¿Me has estado engañando, granujilla?”

LW (defendiéndose): “Francamente, no creía que te importara demasiado.”

La pasión de Dan Leeson por el baile

También tomamos nota de la pasión de Dan Leeson por el baile. Jerry aprovechará esta circunstancia para comprobar hasta qué punto Lucy va a tener que cambiar, si quiere adaptarse al estilo de vida de Dan, lo que le hará disfrutar abiertamente.

DL (eufórico): “¿lmportarme? Podría bailar hasta que las velas no ardan. He ganado varios premios.”

LW (mirando hacia abajo abochornada, frente al gesto divertido de Jerry): “Nosotros nunca ganamos nada.”

JW (con falsa modestia): “Quizás tu compañero no era bueno.”

DL (con poca delicadeza): “Hay mucha razón en lo que usted dice. (Se levanta) ¿Me concedes este vals, Lucy?”

LW: “Por supuesto” (Y se levanta. Jerry también se levanta como gesto de respeto).

“Toma, dale esto al director de la orquesta y dile que toque otra vez lo mismo.”

Dan y Lucy van a la pista. Bailan con calma el vals. Vemos el gesto de Jerry de complacencia. La cámara vuelve a la pista. Se ha acabado el vals. Tocan una especie de música de jazz que se baila, el jitterbugging, una pieza muy animada. Jerry se aproxima para verlos. La cámara subraya sus gestos. Se ve a Dan Leeson bailar con mucha soltura y a Lucy que se esfuerza por seguirle. Los demás bailarines en la pista les hacen un corro. Jerry se ríe al ver cómo Lucy sigue a Dan por medio de dar saltitos, con gesto azorado y capacidad de no perder el ritmo.

Jerry se levanta y toma asiento más cerca de la pista. Pone cara de supremo disfrute. Lucy mantiene el tipo. Dan baila alrededor de ella. Lucy mira a Jerry. Se deja llevar por Dan, y sigue cumpliendo con su papel. Bailan de modo muy destacado, causando admiración. Jerry llama al maître y saca un dinero.

Jerry: “Toma, dale esto al director de la orquesta y dile que toque otra vez lo mismo.”

Maître: “Sí, señor.”

Fin de lo que Cavell ha segmentado como primer acto. Lo aceptamos así.

Dan y Luxy terminan el baile. Los demás bailarines en la pista les aplauden. Vemos a Jerry de espaldas mientras ellos hacen ademán de regresar a la mesa. Van a sentarse cuando oyen que van a tocar de nuevo esa misma pieza, una especie de bis.

DL: “¡Oh!”

Vuelven a la pista. Jerry pone gesto de total embeleso. Dan sigue bailando hasta que, sin querer, le propina un puntapié a Lucy. Fundido. Fin de los que Cavell ha segmentado como primer acto. Lo aceptamos así.

 

Los gestos de incomodidad o de vergüenza de Dan Leeson (Ralph Bellmy), Jerry Warriner (Cary Grant) y Lucy Warriner (Irene Dunne) durante la actuación de Dixie Belle Lee (Joyce Compton… ¿Denuncian? ¿O son denunciados?. Imagen 5

 

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NOTAS a Los Warriner, Irene Dunne y Cary Grant, entre la rigidez y el pugilato en el primer acto de The Awful Truth (1937) de Leo McCarey

[1] Lo hemos estudiado en la tercera contribución dedicada a The Awful Truth, “Las aportaciones propias de Leo McCarey que se hacen presentes en The Awful Truth (1937)”, https://proyectoscio.ucv.es/filosofia-y-cine/aportaciones-propias-de-mccarey-presentes-en-the-awful-truth-1937/

[2] Un gaga ya utilizado por Mitchell Leisen en Hands Across the Table (1935, Candidata a millonaria), con Fred McMurray y Carole Lombard. Lo hemos estudiado en el Cuaderno 05 de Filosofía y Cine con ocasión del comentario de esta película (Sanmartín Esplugues & Peris-Cancio, 2019c: 115-152; 136-138)

[3] Lo hemos tratado en nuestra primera contribución sobre The Awful Truth, “El reconocimiento de la otredad de los demás según Stanley Cavell o la resistencia del matrimonio en The Awful Truth (1937) de Leo McCarey”, https://proyectoscio.ucv.es/filosofia-y-cine/el-reconocimiento-de-la-otredad-de-los-demas-segun-s-cavell-o-la-resistencia-del-matrimonio-en-the-awful-truth-1937-de-mccarey/

[4] Ciudad del Estado de Nevada, célebre por la facilidad con la que se concedían los divorcios.

[5] Interpretado por Scott Kolk.

[6] La escena la hemos puesto en la primera fotografía de esta contribución.

[7] Traducimos “faith”, de modo indistinto, por “fe” o por “confianza”.

[8] Serial radiofónico ambientado con personajes afroamericanos del Sur de los Estados Unidos, originalmente protagonizado por Amos Jones (Gosden) and Andrew Hogg Brown (Correll), que se emitió desde 1928 hasta 1960, https://en.wikipedia.org/wiki/Amos_%27n%27_Andy, consulta 25/06/2022

[9] Esta es la letra original, de Milton Drake (1912-2006):

 “I used to dream about a cottage small // A cottage small by a waterfall
But I wound up with no home at all //My dreams are gone with the wind

All through my life I’ve drifted with the tide // I let romance take me for a ride
I’m just a fool with nothing to hide // My dreams are gone with the wind

Once my love and I would stroll beneath the sky// Hand in hand together
But now I’m all alone// And when romance has flown
There’s bound to be stormy weather //

I thought my pathway would be paved with gold
I cast my dreams in a lovely mould // But now I know I’m out in the cold
My dreams are gone with the wind.

[10] Así lo apunta Pablo Echart: “…la sugerencia de la desnudez del cuerpo femenino en algún momento de las narraciones es interpretada por Cavell como una pista más de esta “creación de la mujer” … Esta creación figurada de la mujer obedece según Cavell también a un hecho sociológico como es la nueva imagen que la mujer adopta de sí misma, una imagen que en parte se define por su relación con el otro sexo (y por la imagen que se tiene de ella) (Echart, 2005: 279).

[11] En el corchete Cavell se refiere a la expresión sobre Emerson a la que ya aludimos en la primera de las contribuciones dedicadas a The Awful Truth, “El reconocimiento de la otredad de los demás según Stanley Cavell o la resistencia del matrimonio en The Awful Truth (1937) de Leo McCarey”, https://proyectoscio.ucv.es/filosofia-y-cine/el-reconocimiento-de-la-otredad-de-los-demas-segun-s-cavell-o-la-resistencia-del-matrimonio-en-the-awful-truth-1937-de-mccarey/

En esta ocasión lo expresa del siguiente modo: “Este hombre, en palabras de Emerson, lleva la fiesta en los ojos; podría soportar la mirada de millones de personas. (¿Qué le permite a Cary Grant, o cualquiera, soportar esta condición normal de una estrella de cine? No puede ser una propiedad definible independientemente lo que le diferencia de esos millones de personas. (Cavell, 2004: 374; 2007: 372)

[12] “La contribución esencial de Irene Dunne y de Cary Grant a The Awful Truth (1937) de Leo McCarey”, https://proyectoscio.ucv.es/filosofia-y-cine/la-contribucion-esencial-de-irene-dunne-y-de-cary-grant-a-the-awful-truth-1937-de-mccarey/

 

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Licenciado en Derecho y en Filosofía y Ciencias de la Educación. Doctor en Derecho con una tesis sobre el paradigma del iusnaturalismo tomista en su génesis histórica y en la actualidad. Autor de diversos artículos y publicaciones sobre derechos humanos y de la familia, así como sobre temas de biojurídica. En los últimos años ha intensificado su investigación sobre los directores del Hollywood clásico, teniendo como referencia la obra de Stanley Cavell. Ha publicado estudios sobre Georges Stevens, Henry Koster, Mitchell Leisen, Leo McCarey y Frank Capra.

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Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la UCV "San Vicente Mártir".
Autor, entre otras obras, de "Los Nuevos Redentores" (Anthropos, 1987), "Tecnología y futuro humano" (Anthropos, 1990), "La violencia y sus claves" (Ariel Quintaesencia, 2013), Bancarrota moral (Sello, 2015) y "Técnica y Ser humano" (Centro Lombardo, México, 2017).

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Profesor de la Facultad de Filosofía y director del Máster Universitario en Marketing Político y y Comunicación Institucional de la UCV, premiado como Programa de Educación Política del Año en el certamen Napolitan Victory Awards de Washington Estados Unidos.

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