La teoría del ejemplarismo moral de Zagzebski

 

Ficha técnica del libro

Linda Zagzebski, Exemplarist Moral Theory
Obra de Linda Zagzebski

 

 

La teoría del ejemplarismo moral 

Linda Zagzebski (Universidad de Oklahoma) propuso en su libro (2017) una nueva teoría moral llamada teoría del ejemplarismo moral (Moral Exemplarist Theory). La teoría «es estructuralmente fundacional», es decir, «toda la teoría se construye a partir de un único punto de origen» (Zagzebsky, 2017, pág. 9), y trata sobre algo en lo que «la mayoría de nosotros confiamos: las personas a las que admiramos reflexivamente» (pág. 10).

Primera ventaja

Esta teoría, que podría competir con otras teorías dominantes en la moral, como el utilitarismo o del deontologismo, tiene varias ventajas. La primera,

la identidad de los ejemplares es una de las características dominantes de las prácticas morales que preceden a la teoría, y a menudo estamos más seguros de las identidades de los ejemplares que de cualquier fundamento conceptual (pág. 10).

Esto permite evitar eternas discusiones conceptuales cuyo resultado es menospreciar una teoría, o, a veces, evitar un diálogo entre cosmovisiones morales diversas debido a que no nos aclaramos sobre sus conceptos fundantes. Por ejemplo, si no estamos de acuerdo en qué significa “vida buena” probablemente eso nos lleve a descartar las propuestas del eudaimonismo y a evitar dialogar con sus defensores, o detractores. Señalar, sin embargo, a los modelos (ejemplares) de distintas épocas o culturas hace que tengamos un punto de comunicación en el que coincidimos en un nivel, al menos, práctico.

Segunda ventaja

En segundo lugar, su teoría conecta con la motivación moral (aquello que me mueve a querer hacer el bien) de un modo esencial:

La admiración tiene el potencial de proporcionarnos tanto los recursos teóricos necesarios para trazar un mapa de términos morales como el deseo de ser como el ejemplar, convirtiéndonos nosotros mismos en una buena persona (p. 20).

A través de otras publicaciones precedentes (2010, 1013, 2015, 2017), la filósofa «ha sido de las primeras en favorecer el restablecimiento de la admiración después de un largo olvido» (Vaccarezza, 2019). Es cierto que el ejemplarismo tiene una larga tradición debido a su herencia del aristotelismo clásico, y

Zagzebski no es en absoluto la primera en destacar la importancia del ejemplarismo moral para la educación moral. […] [Ella] no sólo está ofreciendo una versión modernizada de la teoría, sino que también está proponiendo que el ejemplarismo debe ser considerado como una teoría moral distinta (Kotsonis & Dunne, 2023).

El ejemplarismo

El ejemplarismo forma parte, por tanto, de la llamada “ética de las virtudes”, corriente neo-aristotélica que se contrapone a los excesos de racionalismo derivados de la filosofía moral moderna. La línea seminal abierta por Elizabeth Anscombe (1958) que, entre otras cosas, dijo en su momento que la tarea de hacer filosofía moral debería postergarse hasta no disponer de una filosofía de la psicología adecuada, “de la que visiblemente carecemos”, permitirá elaborar críticas contundentes y nuevas propuestas en la filosofía moral reciente. Stocker (1976) señala, por ejemplo, que las corrientes éticas provenientes de la modernidad facilitan entre la gente de a pie lo que él llama “esquizofrenia moral”, es decir, una brecha entre nuestros motivos para actuar bien y lo que consideramos bueno hacer. Más críticas contundentes en esta línea se pueden ver en el alcance real que tiene la reflexión filosófica para con la educación moral, como comenta Bernard Williams,

la afirmación filosófica sobre la existencia de una separación semántica entre lo que una persona expresa en un juicio moral y sus emociones es una afirmación no-realista sobre la psicología humana, puesto que estamos preocupados con algo que no está bien llamarlo ‘inculcación de principios’, sino, más bien, educación de las emociones. (Williams, 1973, pág. 225)

El giro mencionado en la filosofía moral de la segunda mitad del siglo XX se manifiesta especialmente en dos formatos académicos: tanto desde la preocupación por las emociones morales desde varias aproximaciones, como desde el hecho de postular la existencia de “fines y bienes valiosos y deseables”, independientes, quizá, de nuestras inclinaciones (Stocker M. , 2003) para alcanzar una vida buena (Wolf, 2002) (Oderberg, 2004) (Gómez-Lobo, 2006) (Kane, 2010).

Peculiaridad de la postura de Linda Zagzebski
Linda Zagzebski

No obstante, cabe señalar que sus supuestos teóricos «se desvían de los relatos aristotélicos y neoaristotélicos estándar» (Kotsonis & Dunne, 2023), y no deja de ser una propuesta osada dentro de la tendencia dominante de las teorías morales, sobre todo porque, dice la autora, «la admiración es más digna de confianza que el deseo [del bien]» (pág. 167), y si los agentes acreditan su emoción de admiración, tras una reflexión crítica, «usarán eso como fundamento para un juicio de admirabilidad» (Kristjánsson, 2017, pág. 22).

Por tanto, en la medida en que construye una teoría en la que lo admirable es más básico que lo deseable, invierte la prioridad que Aristóteles da en la Ética a Nicómaco al deseo (Zagzebsky, 2017, pág. 32); y lanza un mensaje al mundo académico relacionado con el estudio de la virtue-ethics:

resulta curioso que, incluso aquellos filósofos morales que otorgan tanta atención a la virtud, rara vez digan algo sobre su admirabilidad o sobre la emoción que lo detecta (Ibíd.)

 

 

Tercera ventaja

La tercera ventaja tiene que ver con una original reconducción de la metodología clásica de la filosofía moral, que ha sido generalmente teórica y habitualmente planteada desde la percepción moral del adulto ya formado, capaz de elaborar juicios de valor o de saber de antemano, qué es lo mejor y lo bueno. Ahora vemos que emerge una conexión con nuestro natural desarrollo evolutivo en aspectos morales, cosa que dota a la filosofía moral de un anhelado realismo educativo. Aprehendemos ideales y valores, ciertamente, pero éstos se encarnan en personas con autoridad, por ejemplo, –aquellas personas ejemplares que nunca emularíamos –o en personas que son modelos y que nos invitan a ser como ellos en ciertos aspectos:

Nos definimos a nosotros mismos, no sólo por lo que somos, sino por lo que aspiramos a ser. Lo que esperamos ser es, en un sentido real, un aspecto de lo que somos. (2015, pág. 219)

Aprendemos la manera de formar creencias evaluativas de niños, viviendo emocionalmente y confiando en las emociones -y juicios- de nuestros referentes principales. Una de las razones parece ser que las verdades morales, a las que se subordina el ejemplar, abstractas por sí solas no son lo suficientemente estimulantes (Vos, 2018) (Henderson, 2023). Su teoría, por tanto, fundamenta de manera comprehensiva

el estudio práctico de ejemplares que otorgan una fuerza motivacional para la educación moral y el desarrollo personal. (Dahlbeck & Korsgaard, 2020)

Narraciones y variedad de personas ejemplares

Asimismo, si los conceptos en una teoría ética formal están arraigados en una persona, entonces las narraciones y descripciones sobre esa persona son moralmente reveladoras (2017). Las narraciones son el vehículo principal de la educación moral de los jóvenes, y son una manera básica en la que los humanos de cualquier edad desarrollan y modifican su sensibilidad moral (Ibíd. pág. 8) (Zagzebski L. , 2013) (Carr & Harrison, 2015) (Carreira, 2020).

La autora toma prestados de Max Scheler, que ofreció en su momento una aproximación distinta a la necesidad de las personas ejemplares, tanto para nuestra vida como para la disciplina ética, tres variedades de ejemplares: el héroe, el santo y el sabio (aunque Scheler propone más, como el genio, el artista, o el que lidera una civilización).

Cada uno es ejemplar de una manera diferente, y creo que por eso es importante separar los tipos de ejemplares para investigarlos (p. 66).

A medida que crecemos, también debemos ser capaces de reflexionar sobre en qué y en quién confiamos, y esto no es tarea fácil. Esa es una de las razones por las que Moral Exemplarist Theory ha suscitado un animado debate, como demuestra el creciente número de publicaciones dedicadas a este tema, especialmente en los ámbitos de la educación moral, la ética de las virtudes y la filosofía de la educación en el mundo anglosajón y europeo.

Implicaciones filosóficas

Además de sus implicaciones educativas, la teoría del ejemplarismo moral también tiene implicaciones netamente filosóficas. Su teoría cuenta con otro giros ante los que no estamos acostumbrados los académicos del campo de la filosofía, como la fundamentación de lo que es un ejemplar en la visión de Putnam sobre la referencia directa, un ejemplar es una persona «así» (“like that”). ¿Qué es la virtud? Lo que una persona “así” está motivada a hacer; ¿qué es un deber? Lo que una persona “así” se siente obligada a hacer, etc.

Zagzebski coincide con la afirmación de Putnam de que el «significado se determina fuera de la mente de un hablante individual» (p.13). Los significados no están en la mente, pero tampoco lo están los conceptos morales clave; más bien, al igual que los conceptos de tipo natural tienen un carácter sorprendentemente indiciario y ostensivo, también lo tienen los conceptos morales (virtud, deber, buena vida, etc.) ya que están anclados a las acciones, deseos, motivaciones de la persona ejemplar.

Externalismo semántico

La autora es consciente de que los términos morales no permiten una designación rígida, como los términos naturales. De hecho, el externalismo sostenido por Zagzebski plantea cuestiones más allá de su obra sobre el estatus de las «propiedades morales», un tema recurrente tras la aparición del paradigma de la ciencia moderna. No obstante, aboga por un segundo sentido más débil de externalismo semántico, apelando a la comunidad experta de hablantes, a saber, a los científicos, a los psicólogos, a los estudios empíricos que, junto con los filósofos morales, los narradores de historias, etc., ya que proporcionan una visibilidad más clara de lo que puede ser una persona ejemplar. Zagzebski llama a esto la «división del trabajo lingüístico moral». Poco se ha discutido sobre su concepción externalista cuando comparamos la literatura académica sobre las mismas propuestas en el campo de la educación.

 

Principales objeciones a la teoría de Zagzebski

Tras la puesta en escena de su atractiva tesis, ha habido un intenso debate posterior, y las principales objeciones se refieren a los siguientes puntos:

a) La admiración no solo nos lleva a emular o imitar:

Los ejemplares ayudan también a promover valores que identificamos en los objetos de nuestra admiración (Archer, 2018, p. 147); a aspirar a valores transpersonales sin necesidad de admirar a la persona ejemplar (Kristjánsson, 2017); los ejemplares funcionan aunque no se basen en la admiración o la emulación, sino que funcionan como hilos conductores para formar juicios (Dahlbeck & Korsgaard, 2020); o funcionan también como fuente de inspiración.

b) La viabilidad y facilidad de copiar malos modelos:

Dado que las personas somos tan propensas a caer presas de la influencia adversa de los malos modelos, el ejemplarismo podría ser moralmente beneficioso sólo cuando los agentes están razonablemente familiarizados con algún nivel mínimo de sabiduría práctica, conceptos morales previos, preceptos y principios necesarios para distinguir los buenos de los malos modelos (Kristjánsson, 2017), (Marchetti, 2018), (Grigoletto, 2018), (Carr, 2019), (Szutta, 2019), (Dahlbeck J., 2021), (Carr D., 2023), (Carr, 2024). El ejemplarismo podría servir también como una poderosa herramienta de adoctrinamiento (Kotsonis, 2023), puesto que, incluso movimientos totalitarios han abogado por el uso de “modelos”.

c) Zagzebski ofrece una visión radical sobre la ejemplaridad:

Si el ejemplar es demasiado superior, será considerado como inalcanzable e inimitable (Vaccarezza & Niccoli, 2018), (Wilson, 2019), (Kotsonis & Dunne, 2023); sin embargo, los agentes menos que virtuosos pueden servir bien a los propósitos de los ejemplares morales (Croce, 2020), (Sanderse, 2023).

A pesar de todo, sí que es consciente de la desviación que sufre la emoción de la admiración, “debido a factores culturales y psicológicos” (p.50). En cuanto al último, argumenta que la envidia es un intento de equiparse/igualarse al supuesto ejemplar; y respecto a la envidia hacia las propiedades morales, conduce a rechazar lo admirable y a expulsar al ejemplar de nuestra vida moral. Ella cree que si exponemos ejemplares que puedan resultar “amigables” evitará que se provoque el rechazo al ejemplar. No obstante, quizá haya más factores que no contemplados en su libro que puedan explicar por qué surge la envidia, no sólo aquella que nos mueve a imitar comportamientos de otros, sino aquella que termina en el despecho (ver (Martínez Mares, 2021).

En cuanto a factores culturales que distorsionan la admiración, Zagzebski repite constantemente que

cuando las personas más sabias son marginadas en la discusión pública y las personas no admirables ocupan el centro del escenario, eso hace que nos resulte difícil incluso formular el pensamiento de que ciertas cosas buenas son buenas y ciertas cosas malas son malas (p. 192).

Una niña imitando a la Princesa Leia, de La guerra de las galaxias

Valoración final

Traer al espacio académico español el debate actual de corrientes anglosajonas de la filosofía y de la educación moral puede servir para varios propósitos: fundamentar y repensar la educación del carácter que a día de hoy utiliza metodologías de la ejemplaridad, ya sea histórica o literaria, ver (Torralba, 2022), o propias del role-modelling; e intentar llegar, de alguna manera, al aula.

En segundo lugar, podemos fundamentar con mayores matices el ejemplarismo propuesto por Zagzebski, ya que el esquema neo-aristotélico del que ella parte no puede explicar toda la complejidad de otras variantes ejemplaristas amplias. Además, podemos entrar en diálogo con alguna de las más interesantes de entre ellas: por ejemplo, con la presentada por Javier Gomá en su Tetralogía de la ejemplaridad (2003-2013), últimamente expuesta de un modo “integral, breve, directo y unitario” en su libro Universal concreto. Método, ontología, pragmática y poética de la ejemplaridad (2023).

 

Otras notas críticas publicadas en esta web

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Sara Martínez Mares
Profesora de Filosofía at Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir | + posts

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