4.- Emergencia de la subjetividad en las comunidades estatales y religiosas

 

§25.- Determinación civil y religiosa de la identidad personal

La diferencia y la identidad entre el individuo y el grupo viene marcada siempre en la prehistoria por los ritos de paso, y en la época histórica por los sacramentos, pero los sacramentos no menoscaban la unidad de la estirpe ni el celo por el honor de la familia. Más aún, refuerzan la identidad y la diferencia del individuo con la estirpe y la comunidad, a través de los nombres y apellidos recibidos en el bautismo, los enlaces matrimoniales, los “padrinos” de los diferentes cultos sacramentales y los nuevos parentescos generados por ellos.

Todos estos extremos quedan consignados en el correspondiente registro eclesiástico primero, y luego en el registro civil. Más aún, los registros consignan todos estos refuerzos de los vínculos intrafamiliares y transfamiliares que son, precisamente, los acontecimientos que determinan y refuerzan la identidad personal y familiar a la vez, la del linaje.

A lo largo del periodo histórico la identidad personal y el protagonismo del individuo se acentúa, sobre todo a partir de la modernidad, en que la identidad empieza a establecerse, de alguna manera, por autonomización respecto de la estirpe y de la familia.

Este reforzamiento de la identidad personal, frente a la genealogía y frente al linaje familiar, tiene también su punto de partida y su impulso en una peculiar identificación con Dios, que es la que inauguran las órdenes mendicantes en la Baja Edad Media mediante los estados de perfección y los tres votos de pobreza, castidad y obediencia[1].

En efecto, en las órdenes mendicantes, y mediante el procedimiento de los tres votos, el individuo renuncia a su nombre y sus apellidos, y al entrar en religión adopta un nombre nuevo. También su fortuna deja de ser el punto de apoyo para su subsistencia, y a partir de entonces, vive de lo que suscita con su actividad profesional de predicador, que es la limosna.

Higinio Marín
El filósofo Higinio Marín (Imagen 1)

 

La predicación y la correspondiente limosna, marca el modelo de actividad de las profesiones liberales, como señala Higinio Marín, el modelo del self made man, que impera en la modernidad.

 

 

 

durkheim
Filósofo Émile Durkheim (Imagen 2)

 

 

El hombre moderno, representado de modo arquetípico por Don Quijote y por Descartes[2], depende cada vez menos de la estirpe e incluso de la familia, y cada vez más de la sociedad, y ese cambio en los lazos de cohesión con los demás quedan ilustrados en uno de los más conocidos estudios de Durkheim.[3]

 

 

El equilibrio personal entre identidad y diferencia, en relación con la comunidad inmediata familiar y en relación con la amplia comunidad de la nación, o incluso del continente, produce en la psique individual desajustes de diverso tipo que van desde el desarraigo al fanatismo[4]. Estos desajustes están relacionados con la religión de diversos modos, en especial, con el modo de configurarse la vida y las instituciones religiosas en la época de la globalización, y que se estudiarán en otro momento.

Para consultar la entrada anterior, pincha aquí

 

 

NOTAS

[1] Marín, Higinio, La invención de lo humano: la construcción sociohistórica del individuo, Madrid: Encuentro, 2007.

[2] Foucault, M., Las palabras y las cosas. Una arqueología del saber. México: Siglo XXI, 1968.

[3] Durkheim, E., El suicidio. Madrid: Akal, 1982.

[4] Berger, P., Berger, B. y Kellner, H., Un mundo sin hogar. Modernización y conciencia, Santander: Editorial Sal Terrae, 1979.  

 

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Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).

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