Capítulo 3.- El culto interior en la Antigüedad. El espíritu y la escritura sagrada.

 

1.- El espíritu y los espíritus en el mundo antiguo.

2.- La revelación como palabra sagrada y como escritura sagrada.

3.- El culto interior en oriente y occidente.

4.- Universalidad y particularidad del culto interior. La teología de las religiones.

 

1.- El espíritu y los espíritus en el mundo antiguo.

§29.- Las formas del negocio jurídico y la oración. La versión espiritual del sacrificio.

En la era axial, la polis y el estado democrático potencian la comprensión intelectual y la expresión conceptual de las cosas y la vida, o sea, el logos[1]. En segundo lugar, hacen posible el descubrimiento y autonomización del artífice y gestor de ese logos, el Nous, el intelecto o el espíritu. En tercer lugar, permiten que el intelecto retroceda desde ese logos producto suyo, hasta el fundamento de su actividad productora y de su producción, hacía sí mismo, hacia su centro, y todavía más, hacia el fondo y fundamento de ese sí mismo en tanto que espíritu, la divinidad.

Lao- Tse. Imagen 1

Al hacerlo abre dos caminos. Uno es vivenciar el fundamento de sí mismo y venerarlo, que es lo que hacen Lao Tse, Zaratustra, Orfeo y Pitágoras, y otro es nombrarlo, poner nombre a las partes del espíritu y de su fundamento, y a las etapas del camino por el que se llega a él, que es lo que hacen Platón, el platonismo medio, Filón y Plotino. Así se abre el camino de la religión interior, del culto interior, de la mística, del diálogo con lo divino, por una parte, y el camino de la reflexión intelectual, del mundo ideal, de la filosofía y de la ciencia, de la teología, por otra.

En las fases anteriores de la humanidad, hay formas de mística, como se muestra en el clásico de Eliade, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, en los relatos de la experiencia de Moisés, en los Salmos del Antiguo Testamento, compuestos entre el 2000 y el 200 AdC por reyes y sacerdotes (entre ellos David), y en tantas otras tradiciones y textos neolíticos y calcolíticos. Pero esas formas de mística no son todavía el encuentro del alma consigo y su fundamento en el centro más profundo de su intimidad.

Zeus. Imagen 2

En la Antigüedad, en cambio, el intelecto espiritual queda netamente diferenciado de la imaginación, y empieza a operar autónomamente. Esta autonomización del Nous y la expresión de sus vivencias en el logos, hacen posible una nueva exploración del hombre y del cosmos, de la relación de uno y otro, y de la relación de ambos con un fundamento trascendente al que ahora empieza a llamársele Zeus, Dios, y también el ser.

En los periodos anteriores, la oración tiene la forma de culto, de actividad litúrgica. Tiene, en concreto, las cuatro formas del negocio jurídico romano:

Facio ut facias (hago para que hagas),

do ut des (doy para que des),

facio ut des (hago para que des) y

do ut facias (doy para que hagas)[2].

En esas épocas anteriores, la oración tiene también la forma de mandato, de imperativo legal o de precepto moral. Así lo entiende Orígenes en el siglo II, examinando los ejemplos de oración que aparecen en la Biblia y los términos que se usan para designarla[3]. En concreto, así interpreta el pasaje de Éxodo 8, 1-4:

1 Luego  el Señor dijo a Moisés: «Da esta orden a Aarón: «Extiende tu mano y tu bastón sobre los ríos, los canales y los pantanos, para que las ranas invadan el territorio de Egipto».

2 Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas subieron hasta cubrir el país.

3 Pero los magos de Egipto, valiéndose de sus artes secretas, hicieron otro tanto y atrajeron una invasión de ranas sobre el territorio de Egipto.

4 El Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: «Rueguen al Señor que aleje las ranas de mí y de mis súbditos, y yo me comprometo a dejar que el pueblo vaya a ofrecer sacrificios al Señor».

La expresión “rueguen al Señor que aleje las ranas” describe uno de los tipos de oración que aparecen en el Antiguo Testamento. Se pide a Dios que haga una cosa y se promete a cambio hacer otra cosa.

Esas formas del negocio jurídico, que son también formas del rito religioso y del culto litúrgico, pueden ser sustituidos por pensamientos palabras y deseos, y sustituidos con ventaja. Así es como se encuentra en algunos profetas y en algunos salmos:

“Porque yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos” (Oseas, 6, 6)

“Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado

Los sacrificios no te satisfacen;

Si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:

mi sacrificio es un espíritu contrito,

tu no desprecias el corazón contrito y humillado” (Ps 51 (50), 18-19).

Las cuatro formas en que Orígenes sistematiza los tipos de oración que encuentra en las escrituras, a saber, petición, alabanza, intercesión y acción de gracias, expresan el culto, prehistórico e histórico, en sus distintas modalidades de arrepentimiento, expiación, propiciación, petición por los demás, etc., que realizan el chamán y los sacerdotes de la antigüedad remota. Esas formas de culto son actos de amor y de conocimiento, y pueden expresarse con el corazón[4].

El culto y el sacrificio que se ofrece por las cosas que se piden, o que ocurrirán de todas maneras, como que salga el sol, bien si se realiza en la prehistoria o bien si se realiza en la época histórica, también tienen siempre el sentido de culto interior. Las formas de la oración son las formas de la unión de las voluntades, del amor. Puesto que nada sucede sin que Dios lo tenga pre-visto y pre-querido, la oración es un modo en que la voluntad humana se puede siempre unir a la divina. Eso es lo que se hace cuando se dice “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”[5].

la ofrenda externa como culto interior
Ofrenda. Imagen 3

Desde un punto de vista de la ontología del espíritu, lo que se pide y se da en el holocausto y en el sacrificio, es el perdón y la reconciliación, que se simboliza y expresa en el abrazo, y se realiza efectivamente en la unión amorosa de los espíritus. En esta perspectiva las actividades del culto ritual, del precepto moral y del conocimiento teológico, se cumplen realmente en el culto interior, o sea, en la oración.

Cómo llegan los hombres de la antigüedad a esa práctica y a ese conocimiento deriva de cómo se siente, se trata y se concibe al espíritu, a los espíritus, en la época prehistórica y en la histórica, en el paso de una a otra.

 

Para consultar la entrada anterior, pincha aquí.

 

NOTAS

[1] Este trabajo está basado en buena medida en el libro de Ananí Gugierrez Aguilar, La experiencia de la persona en el pensamiento de Edith Stein, Sevilla; Thémata, 2018, y forma parte de una investigación en curso sobre la religión de la Antigüedad.

[2] https://en.wikipedia.org/wiki/Glossary_of_ancient_Roman_religion#do_ut_des

Facio ut facias, literalmente, del latín, hago para que hagas. Una de las cuatro fórmulas para designar, en el Derecho Romano y en las legislaciones inspiradas en él, los contratos innominados; o sea, los no regulados por el legislador concretamente. En esa especie, una de las partes ejecuta algo con vistas a la prestación de la otra, consistente también en un hecho, y no en una entrega a dación. http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/facio-ut-facias/facio-ut-facias.htm

[3] Orígenes, Sobre la oración, “Usos de la palabra general para oración en la Escritura”. Para las citas del tratado de Orígenes Sobre la oración, sigo la edición digital on-line de On prayer, Translated by William A. Curtis, URL: http://www.ccel.org/ccel/origen/prayer.html, Publisher: Grand Rapids, MI: Christian Classics Ethereal Library, Rights: Public Domain, Date Created: 2001-00-18.

[4]Petición es la forma de oración en la que un hombre que necesita algo hace ofrendas para su consecución.  Plegaria es la forma en que un hombre hace ofrendas en el sentido más sencillo por cosas elevadas con alabanzas. Intercesión, es la petición a Dios por un hombre que tiene una confianza plena. Acción de gracias, es el reconocimiento plenamente reverencial de la bendición alcanzada de Dios, mediante el que se devuelve a Dios el reconocimiento de su grandeza, contenida en el beneficio recibido”. On prayer, cit., 9.

[5] Orígenes, On prayer, cit., 3.

 

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Jacinto Choza ha sido catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, en la que actualmente es profesor emérito. Entre otras muchas instituciones, destaca su fundación de de la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF) en 1996, Entre sus última publicaciones figuran Antropología y ética ante los retos de la biotecnología. Actas del V Congreso Internacional de Antropología filosófica, 2004 (ed.). Locura y realidad. Lectura psico-antropológica del Quijote, 2005. Danza de oriente y danza de occidente, 2006 (ed).

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