Mayo del 68 y su legado.
La universidad ante los retos del siglo XXI
Seminario de Pensamiento Ángel González Álvarez
Ficha técnica
- Nº de páginas: 236
- Editorial: Fundación Universitaria Española
- Encuadernación: Tapa blanda
- ISBN: 9788473929615
- Año de edición: 2020
Mayo del 68 y su legado
Mayo del 68 y su legado. La universidad ante los retos del siglo XXI es una obra en la que se recogen las aportaciones de diez profesores de diversas universidades de la geografía española, acerca de lo que fue este fenómeno histórico-cultural del pasado siglo XX.
Contenido del libro
En primer lugar, lo que llama la atención al tener la obra entre las manos es la portada, en la que aparece una imagen del cuadro París a través de la ventana, del pintor ruso Marc Chagall, residente en París en aquellos momentos de la historia. En el prólogo que escribe Dª Lydia Jiménez, Vicepresidenta de la Fundación Universitaria Española, se explica el porqué de la elección de esta imagen, así como su significado. En ella podemos ver a un hombre con dos caras, una para el día, y otra para la noche, con el corazón en la mano, como símbolo del predominio en él de las emociones. El hombre está de espaldas a la realidad, como encerrado en su yo. Mientras, al fondo, París, con la torre Eiffel. Esta es solamente una imagen de uno de los artistas del París de la época.
Lo cierto es que el Mayo francés se desarrolló en un caldo de cultivo propicio para dar sus frutos tiempo después. De hecho, se afirma en el prólogo que “triunfó y marcó la historia posterior como pocos otros sucesos lo han hecho” (p.12), pues son muchas las repercusiones y consecuencias que perviven aún hoy, tal como se puede apreciar a lo largo de los distintos capítulos del libro. Muchos también son los retos que ha dejado este momento histórico, uno de los cuales es el de repensar la universidad, como iremos viendo conforme avancemos en la reseña del trabajo.
En el primer capítulo, “1968, El año de la contestación”, D. Ricardo Martín de la Guardia, de la Universidad de Valladolid contextualiza la explosión de la revuelta de estudiantes, sus antecedentes, como el nacimiento en 1960 del Movimiento estudiantil para una sociedad democrática en Estados Unidos, que reclamó diversas libertades para el pueblo. Así como los movimientos coetáneos como la Primavera de Praga, que terminó a manos de los tanques soviéticos.
En el capítulo segundo, “Mayo del 68 en Francia. Los hechos y su trasfondo”, D. Pablo Pérez López, de la Universidad de Navarra, también menciona algunos hechos muy interesantes que precedieron al Mayo francés, como la revuelta en la Universidad de California en Berkeley por parte de algunos estudiantes que reivindicaban derechos civiles contra la discriminación racial. Su ejemplo de resistencia pasiva frente a la autoridad y de lograr vencerla sirvieron de modelo a los movimientos europeos de revuelta que tuvieron lugar, primeramente, en la República Federal de Alemania, con huelgas estudiantiles de protesta en 1967, y en Francia en 1968 en el campus universitario de Nanterre primero, y en La Sorbona después.
El problema surgió cuando la crisis dejó de ser solamente estudiantil y pasó a infiltrarse en el tejido social, apoyada también por la opinión pública. A este respecto hemos de advertir el papel que jugó la publicidad y los noticiarios audiovisuales, pues contribuyeron enormemente a orientar y transmitir las ideas de la revuelta. Finalmente, se puede hablar también de crisis política que, aunque quedó sofocada y terminó a finales de mes, no cabe la menor duda que históricamente ha influido de manera notable en los modos de vida de la mayoría de las personas. El autor del capítulo destaca cómo se ha generalizado a partir de entonces la idea de una promiscuidad sexual apenas sin restricciones, que se nos presente como la base para llevar una vida “digna y libre” (p. 68).
A continuación, en el tercer capítulo, D. Ignacio Sánchez Cámara, de la Universidad Rey Juan Carlos aporta una reflexión titulada “Raíces filosóficas de la revuelta de Mayo del 68”. Contextualiza la revolución estudiantil en un régimen democrático que, a pesar de sus limitaciones “garantiza las libertades y la posibilidad de cambiar legal y pacíficamente al gobierno” (p.72). Acusa el cambio a la pérdida del modelo personalista de la concepción del hombre, y al olvido de la idea de dignidad humana. Además, pone de relieve el giro hacia filosofías posmodernas como son las de Deleuze, Derrida, Foucault o Lyotard.
“El sustrato intelectual del 68: de Sartre a Foucault” es el siguiente capítulo que continúa en la línea del anterior, pero esta vez a cargo de D. Jaume Aurell Cardona, de la Universidad de Navarra. En este capítulo nos encontramos con tesis interesantísimas acerca del surgimiento de la revuelta en París. La primera de ellas es que, al estar distante ideológica y geográficamente entre la URSS y EEUU, muchos intelectuales pudieron realizar una crítica social desde allí. En segundo lugar, se trae a colación la distancia intergeneracional entre padres e hijos. Los primeros, habían sufrido las consecuencias de las guerras mundiales. Los segundos, al no tener que preocuparse por qué comer, con qué vestirse o dónde vivir, tuvieron mucho más tiempo para pensar que qué sociedad querían construir. Y, en tercer lugar, la década de los 60 se destacó por un gran aprecio a la teoría.
Por otro lado, llama la atención el cambio que se operó en la posmodernidad, donde dejaron de tener credibilidad los meta relatos, tal como puso de manifiesto Jean François Lyotard en La condición postmoderna en 1979, aproximadamente diez años después de Mayo del 68. Asimismo, se trata de Nietzsche, como profeta de la posmodernidad y de Foucault y Derrida como “heraldos de la defunción del humanismo racional moderno” (p. 98).
En el quinto capítulo “La cuestión del género en Mayo del 68” a cargo de Dª Ángela Aparisi Miralles, también de la Universidad de Navarra, se nos presentan tres rasgos característicos del Mayo francés, como son: el imponer modelos antropológicos adolescentes, la preeminencia de un modelo individualista y la liberación sexual de la mujer.
Se hace hincapié en la importancia que tuvo la obra “El Segundo Sexo”, de Simone de Beauvoir, con sus presupuestos antropológico-filosóficos y se extraen conclusiones relevantes. Por un lado, el cambio que supuso este acontecimiento histórico a la hora de “entender la sexualidad, el rol de la mujer y la familia” (p. 125). Por otro, que la liberación sexual pretendida condujo, en realidad, a una instrumentalización del cuerpo de la mujer, y a la desprotección de la vida por nacer. Y parar afrontar los retos abiertos se propone el modelo de género de igualdad en la diferencia.
En el sexto capítulo “Consecuencias políticas de Mayo del 68: una mirada a lo largo de la Historia”, D. Juan Carlos Jiménez Redondo, de la Universidad CEU San Pablo explora las implicaciones del Mayo francés en el terreno político. Por destacar solo algunas, podemos nombrar el desplazamiento del concepto de obligación por el de derecho, la transformación a nivel axiológico de la sociedad, la transformación del discurso político al implementar componentes sentimentales y emocionales, y la lucha contra el poder establecido como si representara los intereses de las clases dominantes.
Rafael Fayos en el séptimo capítulo “De la crisis de la razón a la crisis de la universidad” esboza algunos rasgos en los que se gestó el 68, como fueron la explosión demográfica y el crecimiento económico, que posibilitaron la incorporación masiva de jóvenes a la universidad, que gozaban del tiempo libre y de ocio al no tener que preocuparse por cubrir ni tampoco por satisfacer sus necesidades más básicas.
Igualmente, destaca tres elementos llamativos de la revuelta. El primero de ellos es que no se trató de una revolución con la intención de acceder al poder. El segundo, que unió a obreros y a estudiantes. El tercero, que surgieron “nuevos sujetos de opresión social” (p.167) que no eran de la clase obrera y, finalmente, el fenómeno del consumismo.
Otro hecho que se subraya en este capítulo es que, si bien la universidad no fue la causante directa de la revolución, sí fue, al menos en parte, su posibilitadora. Principalmente por la decadencia en la búsqueda de la verdad por parte de esta institución milenaria. Mayo del 68 no vino sino a poner de manifiesto la crisis de la razón a causa de la crisis de la verdad y, por tanto, de la universidad. Por otra parte, D. Rafael Fayos presenta con claridad los objetivos de la universidad en la actualidad: la formación profesional, junto con la investigación “orientada a lo útil y al servicio del poder económico y político” (180), y propone en las conclusiones una recuperación de la verdad, de la razón y de las humanidades en el mundo universitario.
Por su parte, la contribución de D. Rafael Alvira explora: “¿Es posible una universidad democrática? El 68 y sus consecuencias”. En s texto está de fondo la preocupación por la plenificación del ser humano mediante la educación. Por un lado, brinda algunas ideas clave para entender el “68”, como son: la ya mencionada distancia generacional de estos jóvenes con sus progenitores y la espacial, ya que no vivían en sus casas, sino en residencias universitarias; así como la toma de conciencia del poder que tenían al estar mejor preparados. Todo ello contribuyó a que en los jóvenes se formase el “espíritu crítico” que les movía.
Esto, unido a la crisis de la universidad y la irrisión de los catedráticos, han ido dando paso, cada vez más, a democratizar la universidad, y a que los alumnos evalúen a sus profesores, mientras que estos, por su parte, tienen que emplear, como dice con gracia y no sin razón el profesor Alvira “casi tanto tiempo a sus actividades [académicas] como a la justificación documental de ellas” (p. 196). En eso se ha convertido la universidad hoy, y uno de los mayores riesgos es que esta universidad democrática es un problema para la democracia, ya que no nos ayuda a ser libres ni a ser iguales, tal como propuso la tesis de la revolución democrática.
En el noveno capítulo, “Los nietos de Mayo del 68”, Dª Beatriz de Ancos Morales se ocupa de realizar un análisis y un diagnóstico de la herencia recibida por los jóvenes actuales de la generación de Mayo del 68, con el fin de proponer una solución a la ausencia de sentido de la existencia.
En primer lugar, se muestra la idiosincrasia propia del joven del siglo XXI, y se invita al educador a afrontar la peculiaridad del universitario actual más como un reto que como un problema. A continuación, se proponen una serie de pautas de actuación muy concretas para lograr lo que la autora ha denominado “el rescate generacional”. De entre las propuestas destacamos el voluntariado, como medios de evitar el narcisismo; la acción tutorial, para conocer y ayudar a crecer al alumno en todas sus dimensiones, y la contemplación de la naturaleza y de las obres de arte “como forma de llegar al corazón de la persona y suscitar el deseo del Absoluto en un mundo de increencia” (p. 220).
Para finalizar, el décimo capítulo corre a cargo de D. Alfonso Bullón de Mendoza, quien destaca en “Retos de la universidad del siglo XXI” que esta institución parece tener diferentes funciones o definiciones: “la formación integral de la persona, la formación para el mercado laboral, y la investigación” (p. 225) En realidad, hoy se prima la visibilidad y el número de publicaciones científicas sobre la transmisión de conocimientos y de experiencial al alumnado. En este texto queda recogida una invitación a la toma de conciencia por parte de las universidades católicas a reforzar su identidad y a conocer su misión, y a ser verdaderos centros difusiones de cultura, tal como lo fueron estas instituciones en sus inicios.
Para ver otra reseña publicada en esta web sobre otra publicación relativa al Mayo del 68, pinchar aquí
About the author
María Luisa Pro Velasco
Profesora Contratada en la Universidad Católica de Ávila
Profesora Asociada en la Universidad Pontificia de Salamanca
https://ucavila.academia.edu/MaraLuisaProVelasco
marisa.pro@ucavila.es / mlprove@upsa.es