ANTÍGONA: CONCIENCIA VERSUS DERECHO
Alfredo Obarrio Catedrático de Universidad “Nada hay más seductor para el hombre que la libertad de su conciencia”[1]. La descomposición de la memoria histórica Hay una opinión muy difundida, y ciertamente poco razonada, de que solo lo último, lo novedoso, merece nuestra atención. Argumentaciones como éstas silencian el criterio de calidad, y relegan al olvido los grandes libros del pasado. Esta triste realidad nos lleva a preguntarnos si ya no somos capaces de apreciar el valor de aquellos textos que llevan miles de años esperándonos. Y cuando los descubrimos, los leemos y los comprendemos, nos llenan de gozo y de sabiduría. Gran descubrimiento lo llamamos. La Antígona de Sófocles lo fue para mí. Y lo fue porque gracias a sus lecturas comprendí la verdad de la afirmación de Zubiri: “No es que los griegos sean nuestros clásicos: es que, en cierto modo, los griegos somos nosotros”[2]. Y lo somos porque