Meditación de la naturaleza humana
1. LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Vivimos en una sociedad que no se caracteriza precisamente por prever las consecuencias de aquellas actitudes, comportamientos, formas de pensar, etc., que propicia desde su praxis habitual. Basta prestar atención a cualquier medio de comunicación, cualquier día: nos escandalizamos por sucesos que acontecen entre nosotros (la mayoría de ellos dignos de escándalo, por otra parte), sin que se llegue a plantear de raíz el problema que les subyace. Preferimos denunciarlo, condenar al culpable —que asumirá el papel de chivo expiatorio de turno— y volver a nuestras formas de vida cotidiana, sin llegar a reflexionar en firme hasta qué punto nuestras prácticas cotidianas propician —como digo— esas conductas denunciables, quizá porque en el fondo tampoco nos interesa demasiado. Queremos que desaparezcan ciertos males de nuestra sociedad, sin caer en la cuenta de que —con facilidad— nuestras formas de vida los favorece; queremos progresar —se dice—, sin